Es increíble cuántos estragos puede causar Flareon sólo con lanzar una técnica. Los poderes de los Dioses Legendarios son devastadores. Admito que haberle dicho que atacara fue un pésimo plan, pues es culpa nuestra que ese edificio esté consumiéndose en llamas.
Y Perla sigue adentro.
¿He dicho ya que fui un idiota al dar esa orden?
— ¡Oye!
A Flareon no le agrada ser ignorada, no le gusta que finja que ella no está aquí. Pero, ¿qué quiere que haga? Estoy furioso con ella. Si iba a lanzar ese ataque, al menos pudo haberlo hecho cuando ya nos hubiéramos reencontrado con Perla y Diamond.
¿Qué hacer para volver con ellos?
— ¿Vas a llamar a Pidgeot? —pregunta Flareon, corre para seguirme el paso mientras yo doy vueltas alrededor del edificio buscando una entrada.
—Tu fuego es demasiado destructivo —le respondo—. Si vamos sobre Pidgeot, posiblemente el fuego lo alcance y salga herido. Necesitamos entrar por tierra.
—En ese caso, tendrías que darte prisa. El fuego seguirá avanzando, lo sé. Ese fue mi plan cuando lancé mi ataque. A este edificio no le queda mucho tiempo antes de derrumbarse.
—Con Perla adentro.
—Bueno, ¿qué querías que hiciera? —Reclama alzando un poco la voz—. ¡Tenía que protegerte!
—Bien, ahora quiero que busques una forma de entrar. Tenemos que ir por Perla.
— ¿Crees que ella se encuentre bien?
—Juro que te estrangularé que si no lo está.
La impotencia es insoportable, así como lo es la incertidumbre.
No puedo dejar de pensar en ella, y no precisamente de la forma que quisiera. Daría cualquier cosa con tal de imaginarla sonriendo en lugar de pensar que ella ya está en manos de un enemigo. Esas imaginaciones no me dejan tranquilo y son una terrible tortura. Tengo que volver con ella, ese grito suyo que escuché tiene que ser un mal augurio.
— ¡James, mira esto! ¡La puerta principal está abierta!
Tenemos que cubrirnos detrás de un gigantesco escombro para observar la entrada por la que algunos miembros de la Elite están saliendo con sus Pokebolas en la mano.
No hay rastro de Perla.
—Andando —le digo a Flareon e intento escabullirnos detrás de esos sujetos.
Sin embargo, sólo consigo dar un par de pasos antes de que alguien me tome por los hombros y me estrelle con fuerza contra el mismo escombro que usamos para ocultarnos.
Ver directamente a los ojos a esta persona provoca que todo mi mundo se derrumbe a mis pies.
—Se acabó, James —dice, creo que nunca había detestado tanto que él dijera mi nombre—. Ya has jugado lo suficiente a ser el héroe.
Más vale que no intente retrasarme.
En estos momentos, reencontrarme con Perla es más importante para mí que mi propia familia.
Nota mental: No es buena idea salir con una chica que sabe defensa personal y luego botarla.
Maldita sea, tremenda fuerza que tiene para ser tan esbelta. En tan sólo cinco minutos ha logrado dejarme adolorido todo el costado derecho de mi cuerpo. Ella respira agitadamente y me mira como si me hubiera detestado toda la vida. Intenta golpearme, pero yo consigo dominarla tomándola por un brazo. Tiro de él hacia atrás y la coloco al frente mío, al mismo tiempo que exclamo:
— ¡Aquí, Electrode!
Electrode paraliza al Pokemon de Kim para girar y lanzar un rayo de electricidad en contra de ella. Podría impactarse de lleno en el pecho de Kim y darle fin a la batalla, pero ella golpea mi rostro con su cabeza para liberarse y se lanza hacia un lado, yo debo agacharme para esquivar el ataque de Electrode. Ella adopta una posición de ataque y chasquea los dedos para que su Pokemon se libere de la parálisis, a él le cuesta pero al final lo consigue. Da un salto intentando embestir a Electrode, pero mi Pokemon ve venir el ataque y lo contrarresta acumulando electricidad en su cuerpo que afecta al Pokemon enemigo en cuanto éste golpea a Electrode.
— ¡Acábalo ya, Electrode!
Electrode asiente y concentra toda su energía para lanzar un potente rayo de electricidad que consigue dejar a nuestro enemigo fuera de combate. Ambos le dirigimos a Kim una mirada de suficiencia. Para nuestra sorpresa, ella sólo sonríe y comienza a aplaudir. Suelta una risa tan fría como los Pokemon que entrena. La Expresión de Electrode y la mía se endurecen.
No es momento de bajar la guardia.
Ella continúa riendo.
Escuchamos el estallido de un edificio detrás de nosotros, la onda expansiva es tal que una corriente de aire llega hacia nosotros.
—Ha sido un buen calentamiento, Fox —dice ella, toma una de sus Pokebolas y la apunta hacia el frente sin lanzarla—. Ahora vamos a luchar en serio. ¡Ve, Cryogonal!
Cryogonal sale de la Pokebola y se coloca a la derecha de ella. Intento darle una orden a Electrode, pero Cryogonal es más veloz que yo. Lanza una ráfaga de hielo que congela a Electrode. Acto seguido, usa una corriente de aire gélido para lanzarlo contra una montaña de escombros. Un golpe, dos golpes, tres golpes. Lo deja suspendido en el aire por dos segundos y lo estrella contra el suelo, causando que se parta en mil pedazos.
—E-Electrode…
Ella se cruza de brazos y suelta una carcajada cruel.
—Cryogonal, ahora encárgate de él.
Su Pokemon acata la orden y pronto puedo sentir que su ráfaga de hielo comienza a congelar mis pies.
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Pokemon V: La Batalla Contra la Elite
Fanfiction¿Por qué tuve que ver los ojos de Skyler antes de morir? Él lo dijo, Él lo repitió mil veces. Él me advirtió que si veo los ojos de alguien antes de darle muerte, esa última mirada me perseguiría el resto de mi vida. Y los ojos azules de Skyler no m...