"El frío azota la ciudad, y todavía no hay señal alguna de la primer nevada de invierno.
Tampoco hay señales de ti.
Como un tonto, estropeé las cosas haciendo que te fueras, que te esfumaras de mi lado como si fueras aire, que te marcharas por culpa de mi temor a exponer mi corazón ante tus ojos, y ahora me encuentro siendo castigado por eso al no tenerte a mi lado.
Tu sola existencia es para mi como el oxigeno; indispensable, me mantiene con vida, y me mata si no lo tengo. Ahora, sin ti, estoy muriendo.
Con mis manos dentro de mis bolsillos de mi abrigo, camino por las calles de la ciudad. Mi cuerpo está allí, pero mi mente es un disco dañado que sólo puede repetir nuestros momentos juntos.
Recuerdo cuando nos conocimos en aquél bar. Estaba muy lleno, y yo era el único que estaba sentado sólo, por lo que me habías pedido si podías sentarte junto a mí. Éramos dos desconocidos que se volvieron grandes amigos en cuestión de minutos, y luego grandes amigos que se convirtieron en enamorados.
Recuerdo el día en el cual te pedí que fuéramos pareja. No tenía idea de que era lo que estaba haciendo. Sólo sabía que estaba desesperado por estar un paso más cerca de ti, y lo logré. Mi propuesta logró sacarte una sonrisa, de esas que me vuelven loco y que extraño con locura.
Recuerdo la primera vez que nos animamos a algo más, cuando hicimos el amor, cuando nos volvimos solo uno, Yo todo tuyo, y tú solo mio. Aquella noche no dejamos de prometernos una eternidad juntos.
Una eternidad que duró poco.
Recuerdo, también, una de nuestras peleas más fuertes. Fue el inicio de todo, fue mi culpa, y recién ahora logró comprenderlo. No parabas de llorar. Estabas furioso, pues pensabas que nada de lo que hacías por nosotros era suficiente, que yo no sentía por ti lo mismo que tú sentías por mi, que yo no estaba enamorado.
Nada de eso se justifica. No puedo darte excusas para que me perdones, pero sí quiero que sepas la verdad, y la verdad es que tenía miedo. Lo tengo, mejor dicho.
Paso mucho tiempo trabajando sin poder dedicar mucho a los demás, soy orgulloso, soy muy celoso, no soy muy abierto con mis sentimientos... No soy el el mejor chico del mundo. Eso es lo que tú mereces.
Cuando estabas conmigo, la parte que te amaba te atraía hacía mi, y la parte que tenía miedo te alejaba. Fue eso lo que hizo que optaras por dejarme y créeme. Lo entiendo.
Si te digo estas cosas, no es para que vuelvas, sino porque te conozco. Quiero que dejes de pensar que tú no eres suficiente, y que jamás lo serás para nadie, que te olvides de la tonta idea de que esto se arruinó por tu culpa... Quiero que seas feliz.
Hay muchas cosas más que desearía decirte, pero esta no es la manera. Debería hacerlo frente a frente, contigo escuchando mis sinceras .
Siempre he adorado el invierno.
Siempre me ha gustado la nieve.
Este año, se ha tardado. Ahora me encuentro solo en el banco de este parque. Estoy mirando al cielo mientras pienso el la ausencia de aquellos copos blancos que tanto disfruto ver caer lentamente hasta que se acumulan en el suelo. No sabes cuánto ansío abrir las cortinas cada mañana y verlos frente a mí.Y, ¿Sabes? Me recuerdan a ti.
Tal vez, por ser algo que adoro.
Tal vez, por que también ansío verte, porque también quisiera que estuvieras a la mañana cuando despierte.Al menos, sé que la nieve vendrá y, cuando eso suceda, pensaré en ti y sonreiré a la nada, porque con su llegada intentaré sentir tu presencia.
Esto se está haciendo muy largo, por lo que voy a parar ahora.
Feliz navidad. Deseo con todo mi corazón que seas feliz siempre
-Isk."
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Fanfiction"No hay señales de la primer nevada de invierno, tampoco hay señales de ti"