Fairy Tail: Valhalla

Capítulo 59: ¡No debes preocuparte!

—¡Quiero a todos mis amigos frente al fuego! —ordenó Shen mientras apuntaba con la mano al anciano.

Por reflejó, una de las mujeres tomó a Erza como rehén y colocó una punta de flecha en su cuello.

—¿Puedes matar a un viejo por la espalda? Valla héroe.

—¡Yo no soy un héroe! —afirmó Shen. No tengo problema con hacerlo.

Una esfera de magia pasó justo a lado de la cabeza del anciano, tan cerca que alcanzó a rosar su piel y sacar un poco de sangre. El hombre volteó con sorpresa hacia Shen, Elizabeth usó las pocas fuerzas que le quedaban para desviar el brazo de Shen.

—No... lo hagas... —logró decir antes de finalmente caer inconsciente.

—¿T-tu? —exclamó el anciano con miedo.

—Es tu última oportunidad, ella ya no puede salvarte más.

—¿Te atreverías a acabar con una aldea llena de niños, mujeres y ancianos moribundos? Haces honor a tu nombre ejecutor.

—En una guerra no hay enemigo pequeño viejo. En el pasado los habría aniquilado sin siquiera darles oportunidad a rendirse.

—El regente prometió que...

—¡DA-XIANG NO ES DE CONFIANZA! —bramó Shen. Si se vuelven una molestia para sus planes los borrará como si nada...

—Pero él... —dijo el viejo al borde del llanto.

—Nadie conoce mejor a ese hombre que yo, entre menos se involucren con él, mejor para ustedes. La pelea inició en la aldea, los soldados se transformaron y avanzaron al norte persiguiendo a los extranjeros, ¿entendido?

—¡DE NINGUNA FORMA! —gritó el anciano, perdiendo la compostura.

—Suelten a mis amigos, no les haré daño. Lo prometo.

—No, tu no... no podemos confiar en ti.

—Debes hacerlo, has lo mejor para tu gente.

Las personas a sus alrededor comenzaron a levantar sus armas , el dragón no hizo movimiento alguno pues sabía que no tenían ni la más mínima oportunidad contra él. El anciano levantó la mano listo para dar la orden de atacar, observó firmemente a Shen a los ojos y luego a su gente, bajó la mano resignado y ordenó bajar sus armas.

—¿Esta seguro? —preguntó una de las mujeres.

—Hagan lo que él dice —confirmó resignado.

El pueblo entero bajo sus armas y colocaron a todos los inconscientes junto al fuego tal y como ordenó Shen. El viejo cayó de rodillas apoyando los brazos en su bastón, Shen se aproximó a él y lo observó unos segundos, luego fue directo hasta Erza y examinó su cuello con detenimiento.

—Hiciste lo correcto anciano —dijo Shen antes de revisar a todos sus compañeros.

El hombre se quedó en el suelo varios minutos antes de levantarse, dirigió su mirada a Shen una vez más, mientras este se adentraba en el bosque, dejando nuevamente a sus compañeros aún dormidos.

...

«Elizabeth avanzó por las ruinas de la ciudad con lentitud, muy cautelosa y alerta. Un rugido atronador la obligó a cubrirse los odios. Una sombra se proyectó en el suelo desde las alturas y un gran dragón negro aterrizó frente a ella. La pelirosa tragó saliva mientras la bestia se aproximaba más y más a ella, con sus ojos fríos e inexpresivos clavándose en su ser, como afilados cuchillos.»