Segunda oportunidad |WangXian|

II. Cuenta regresiva.

Condujo a casa de sus padres tan pronto como regresó a la ciudad, su madre le había pedido específicamente que fuera, de hecho, se lo había recordado durante todo el día por mensajes de texto, ¿Quién mandaba mensajes de texto en estos tiempos?

Se detuvo al ver a su familia esperándolo en la sala, aquello parecía como si alguien hubiese muerto y estuviesen a punto de darle la triste noticia, tragó, odiaba admitir que realmente sabía, sin que le dijeran una sola palabra, que el temase iba a centrar en Wei Ying. Durante lo últimos años, había notado a sus padres cada vez más desesperados con ese tema, su madre sentía un remordimiento y una culpa terrible y sabía que todos los días se debatía entre mantenerlo con vida, artificialmente, o desconectarlo y dejarlo descansar en paz; para él personalmente no había dos opciones, sólo una; dejar que Wei ying, su hermano siguiera con vida.

— Bienvenido —dijo su hermana.

Su vientre abultado sobresalía entre su vestido blanco, acarició cuando esta se puso de pie para saludarlo, aún no procesaba que se iba a convertir en tío, que su hermana iba a dar a luz a una criatura y, sobre todo, aún no podía procesar el que su hermano no estuviera ahí para ver aquel momento, sabía que Wei Ying sería el más complaciente con YanLi, de hecho imaginaba la escena; El vientre abultado de su hermana, Wei Ying sentado a un lado suyo masajeando sus pies hinchados mientras reían por alguna de las tonterías que solía contar sin decencia alguna, tonterías que extrañaba cada día de su vida. Tragó, él no quería ponerse a llorar ahí, él no era débil y tampoco era un niño, había llorado demasiado por muchos años ya.

— ¿Han cenado ya? Llegué más tarde de lo planeado.

— Sí, tu hermana debe ir a descansar, así que queremos halar rápido.

— ¿Entonces?

Se sentó manteniendo a su hermano entre él y su esposo, el rostro de sus padres le causaba temor, no quería escuchar lo que estaban a punto de decir.

— Nosotros hemos hablado —comenzó su padre—. No estoy muy de acuerdo en muchas cosas con su madre pero creo que es momento de dejar que Wei Ying pueda descansar en paz.

— ¡Papá!

Una cosa era suponer y otra muy diferente escucharlo de su propia boca, el enojo se apoderó de él, apretó sus puños fuertemente en las rodillas, arrugando sus pantalones.

— Jiang Cheng, Wei Ying no muestra mejorías, han pasado muchos años y...

— ¿Y qué? —le respondió a su madre—. ¿Simplemente van a matarlo?

— No vamos a hacer eso, debes comprender qué mientras más pase el tiempo menos oportunidades tiene de despertar y si lo hace va a sufrir por los efectos secundarios de estar postrado en una cama por años, ¿Sabes acaso lo que va a pasarle si despierta?

El pecho de su madre subía y bajaba con agitación, podía ver que estaba molesta y desesperada quizás en partes iguales.

— Él puede no volver a caminar, recordarnos, dependerá de una persona para que pueda continuar con su vida si es que puede avanzar con sus terapias, ¡Se perderá gran parte de la vida encerrado nuevamente! ¿Soportarás ver a tu hermano apenas pudiendo pronunciar su nombre o vomitando lo que coma porque su cuerpo no pueda procesar el alimento? ¿O aguantarás el dolor de verlo en el piso si alguna vez cae y no hay nadie para ayudarlo a levantarse? ¡Porque a mí el solo pensarlo no me deja dormir por las noches!

Su madre rompió a llorar, nadie dijo nada más mientras escuchaban los suaves sollozos que su padre trataba de apaciguar. Claro que él había pensado todo eso, su madre no era la única que sufría, eran YanLi, él, WangJi, había personas que trataban de seguir con su vida siempre con su hermano en sus pensamientos, él no podía permitir que se fuera, quizás era una decisión egoísta, pero para él el desconectarlo era equivalente a asesinarlo.