Espíritu#14: Cita

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¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

Era el sonido de los puestos de disparos.

Los prometidos estuvieron jugando cada puesto que había en el festival siendo el Minamoto el ganador de cada juego.

Cuando le dio el ultimo disparo para derribar una botella anunciando nuevamente una victoria para el rubio.

- ¡Felicitaciones puedes elegir cualquier premio del puesto! – Le anuncio el dueño al alfa.

Teru eligió al peluche de un pato amarillo y se dio vuelta para dárselo al pelinegro, el cual se encontraba sentado a una banca cerca del puesto de disparos.

Amane se encontraba comiendo una paleta de helado junto con varios peluches a su alrededor, siendo estos premios de puestos anteriores.

- ¿Cuándo planeas detenerte? – Interrogo el omega al volver ver al rubio con otro peluche.

- Ah ¿crees que ya son muchos? – Pregunto Teru rascándose la mejilla en señal de vergüenza.

El pelinegro solo miro de reojo al alfa pero sin dejar de comer su helado una vez que termino su paleta busco algún sello de ganador solo para ver que no había nada, tenía que comprar otro.

- Este es el quinto helado que te comes – Dijo el rubio al ver que su prometido se iba a comprar otra paleta de helado. – Si mejor vamos por algo de Takoyaki o Yakisoba –

- Solo compro este y vamos por algo de comer – Respondió el menor en lo que pagaba al vendedor por otra paleta.

Teru solo suspiro ante la terquedad del otro, decidió mejor recoger los premios para ir a la zona de comidas.

Si el novio de su hermano tenía razón entonces los omegas le gustaba ser mimados por su pareja, pero cada vez que el intentaba hacerlo el otro reaccionara de manera brusca.

Y no ayuda que haya arruinado en dos ocasiones su visión hacia él.

En la zona de comida comieron las típicas comidas de los festivales, aunque el menor aprovechaba cada oportunidad para comprar más helado.

En esta ocasión él también se compró una, en la envoltura observo que daba como premio unos llaveros de temática del espacio.

Caminaron por un tiempo más hasta que se sentaron en una banca para ver los fuegos artificiales que pronto lanzarían.

- ¡Maldición! – Maldijo Amane al ver que por décima ocasión no encontró el sello ganador.

- ¿En serio quieres tanto el llavero? – Pregunto Teru al pelinegro.

El menor se sonrojo ante la pregunta, asintió en lo que escondía su rostro en un peluche de conejo.

- Sabes he querido disculparme contigo – Dijo Teru levantándose para quedar enfrente del omega. – Sé que es egoísta de mi parte, pero realmente me gustaría empezar esta vez con el pie derecho –

Amane lentamente aparto el conejo de su rostro para enfrentar al Minamoto.

– No tienes que preocuparte, te perdono – Respondió el omega regalándole una sonrisa.

- Entonces perdóname por mi rudeza – Dijo el rubio con un sonrojo en sus mejillas.

- Eh? – Tartamudeo en el momento exacto en que los fuegos artificiales empezaron a decorar el cielo nocturno.

Pero antes que reaccionara al espectáculo sintió algo suave en sus labios, cuando se dio cuenta que Teru lo estaba besando.

El beso termino tan pronto como comenzó, pero su corazón seguía latiendo a un ritmo acelerado.

Solo cuando Teru le ofreció su mano salió de su shock.

- Tu hermano nos debe de estar esperando – Comento el rubio con su rostro sonrojado.

El solo asintió en que aceptaba la ayuda.

Los dos caminaron nuevamente a la entrada del festival para buscar a sus amigos. Sin olvidarse de los peluches ganados por el Minamoto.

Cuando estaban ya cerca de la entrada el mayor recordó algo. – Espérame un momento Amane, no tardo –

El omega no pudo responderle ya que se había ido a un puesto, cuando volvió tenía una pequeña caja.

- Recordé que aún no lo he cambiado – Dijo Teru obsequiándole la caja al menor. – Ya que has intentando ganarlo, sería una pena no lo tengas –

Amane se quedó sorprendido ya que la caja contenía un llavero en forma de cohete el mismo que había visto en la envoltura del helado. Podía sentir sus orejas calentándose nuevamente.

- Muchas gracias Teru-san – Agradeció inclinándose un poco al alfa.

El alfa solo sonrió al menor.

No paso mucho cuando encontraron a su hermano con una gran bolsa de katanuki y sus amigos esperándolos. De ahí se separaron a sus hogares.

Ya cuando se encontraba acostado en su futon rodeado de los peluches que gano el Minamoto se dio cuenta de algo.

"Me llamo por mi nombre" Pensó Amane al recordar que el mayor siempre lo llamaba por su apellido.

Y como por cuarta vez se sonrojo.


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Curiosidad Que Enamora#15

Luego de que terminara su paleta Teru le salio el sello de ganador en su primer intento, mientras que Amane termino con dolor de estomago por comer mucho helado.

- MemYoi-

Compromiso Espectral(Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora