Capítulo 53: En el momento menos indicado, en el lugar menos esperado

1.4K 100 24
                                    

Aclaraciones: El capítulo que están por leer es narrado desde la perspectiva de Nathan y Damien dadas las situaciones que suceden en diferentes lugares a la vez. Para cualquier cosa o aclaración, no duden en comentar. Ahora si, que lo disfruten. 

Nathan

−Estoy gordo –digo viéndome en el espejo de cuerpo completo que está en la habitación.

Damien me mira con el ceño fruncido desde la cama y luego se levanta para rodear mi cuerpo con sus brazos. Sus manos acarician mi vientre y la bebé empieza a moverse.

−No estás gordo, cariño. Ve esta pancita, es pequeña y a veces me pregunto si realmente está mi bebé ahí o solo te comiste una sandía- ríe y yo lo miro feo a través del espejo.

−No es gracioso, Damien. Si estoy gordo, la bebé nacerá muy pronto, cuando menos lo esperes, estaremos durmiendo poco.

−Bueno, podemos aprovechar ese tiempo antes de que ya no tengamos tiempo a solas –dice empezando a besar mi cuello.

−Hmm –digo suspirando –Me encantaría...pero no, llegarás tarde al trabajo.

−Soy el jefe, no importa –me acaricia el vientre despacio y la bebé no deja de patear.

−Ya deja de tocarla, se emociona mucho cuando escucha tu voz y cuando la tocas, duele.

−Lo siento bebé, hey princesa, te amo –empieza a hablarle al bebé y a mí se me derrite el corazón.

Este hombre ablanda mi personalidad. Me muero de amor cuando le habla a la bebé.

−Eli, bebé...−digo acariciando mi vientre sobre las manos de mi esposo.

−Cuando volvamos a tener otro hijo, yo elegiré su nombre.

−No vamos a tener bebés otra vez –digo en tono molesto –No me voy a volver a embarazar.

−Ya lo veremos –sonríe con una risita burlona.

−Te amo –digo riendo y cambiando rápidamente de tema.

−También te amo –me responde − ¿Quieres ver lo mucho que te amo? –dice empujando sus caderas contra las mías.

−Creo que prefiero sentirlo...ya sabes, tu amor –río y el no desaprovecha la oportunidad para llevarme a la cama.

−Anoche lo hicimos... ¿crees que todavía esté listo? –dice acomodándome en la orilla de la cama.

−No lo sé –elevo las piernas y él retira mi ropa − ¿Y?

−Hmm, no se ve mal. Pero no quiero lastimarte, pondré un poco de lubricante.

Asiento y él va por el lubricante.

Deja caer lubricante sobre sus dedos y luego los mete en mi interior. Mi cabeza cae hacia atrás.

−Estas muy sensible. Me encanta lo que el embarazo provoca.

−Cállate y muévelos más. No, ya mételo.

−Impaciente, eso no me gusta –dice empujando más sus dedos y tocando mi próstata.

− ¡Ah! Maldición amor, mételo ya –digo con voz suplicante.

El jadea y retira los dedos.

Coloca mis piernas en sus hombros y empuja lentamente su miembro dentro.

− ¡Aaah! Si, de eso estoy hablando –tomo sus brazos con fuerza y clavo mis uñas.

−Estás muy húmedo... ¿te gusta que sea un poco rudo? –empuja su miembro, llegando más profundo.

Jamás te olvide.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora