Capitulo 11

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Alguien me presionaba el brazo muy fuerte. Que me lastimaba, me lastimaba tanto.

Todavía no sabia quien era, no había volteado porque sabia, que mi reacción no iba a ser la mejor.

Pero entonces, escucho su voz.

– Así que eres tú.- dice Santiago, con una voz un poco en forma de amenaza.

– Que haces? suéltame, es mejor que me sueltes te lo pido. - Esto terminara mal.

– Estoy tratando de cobrarme aquella la del bar, o no te acuerdas de aquella noche? ¿quieres que te haga recordar? - Santiago lo dice serio, muy serio. Algo que no me asusta, sino que me molesta. No sabe en lo que se está metiendo.

Entonces me pega con contra la fría y dura pared de piedras del pasillo, dejándome acorralada. No puedo pedir ayuda porque lamentablemente he quedado sola aquí con este patán.

– No me gusta que se metan conmigo, pero tú lo hiciste. -dice con una risa, una risa que me perturba.

Me dispongo a mirarlo a los ojos directamente y e encuentro con una sorpresa, sus ojos, algo que no había detallado muy bien aquella noche en el bar. Unos ojos azules, del azul del cielo. Unos ojos llenos de demonios y desafíos. Creyendo que se puede comer el mundo sin más, pero no es así, claro que no.

–Me estas lastimando idiota, te estoy diciendo que me sueltes por tu bien-. le digo retándolo con la mirada, pero hay algo más detrás de esos grandes ojos azules y esta masa de músculos que me tenían presionada contra la pared.

Santiago a pesar de ser alto, algo intimidante y lleno de músculos, un hombre con un gran físico. Era alguien débil, lo estaba empezando a notar. Tal vez no lo notaban los demás, pero yo lo notaba en este momento.

– Entonces qué? ¿qué harás Lara? así es que te llamas no? - mi nombre suena entre sus labios como algo asqueroso, algo que le da asco decir.

Ahí es cuando me entra la rabia.

– De verdad crees que no haré nada... después que me humillaste aquella noche. Me dejaste como un perdedor al frente de mis amigos y todo el mundo, crees que de verdad lo dejare asi?

– Esto va a terminar mal si no me sueltas Santiago. - por primera vez digo su nombre, su nombre me causa nauseas.

– Que me harás? acaso me darás tan duro dejándome en el piso y saldrás huyendo después como si nada...

– Lamentable, déjame decirte que las cosas no se repiten dos veces de la misma forma. - dice con una sonrisa.

Así que está dolido el pobre Santiago pienso, me divertiré un poco con esto así que decido comenzar.

– Es increíble lo tan inmaduro que puedes llegar a ser, para no olvidar una simple tontería como aquella noche...

Le digo con la intención de provocarlo, de humillarlo y darle tan duro en su orgullo de patán, entonces me presiona más contra la pared.

– Sabes que hombre o mujer lo que quiera que seas, ya me tienes cansado, si quieres defender mujeres y hacer el héroe no te metas conmigo porque puedes pagarlas muy ca...

Antes de que termine la frase, porque fue la gota que derramo el vaso lo agarro por el brazo y se lo tuerzo y ahora es el quién está contra la pared

A pesar de ser fortachón, me da risa que él es ahora el que esta contra la pared, se metió con la persona equivocada.

– Mira idiota. - le digo muy cerca de su cara. - te dije que no te metieras conmigo, aprende a tratar a una mujer pedazo de basura.

Terminó golpeándolo en su zona viril y dejándolo ahí tirado, sin más, en el piso.

Ni siquiera puede hablar, decido recoger mis cosas e irme.

Entonces cuando voy a mitad de camino sigue el en el piso, un poco recuperado y grita:

–Me las pagaras LARA, esta vez sí que será así-...

Salgo, otra vez, en seguida de ese lugar. 

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora