DC XII:LA REINA DEL MUNDO √

54 - LARGA NOCHE

Inspirado por @FaNyMnDa y dedicado a ella. Gracias por tu insistencia.

Fiona

Todos se han retirado a sus habitaciones y yo decido salir un momento al jardín a pensar. Sin darme cuenta, me encuentro delante de los columpios y decido sentarme en uno de ellos. ¿Por qué no? Pienso. Según mi madre, éste es un sitio que siempre le ayudó a pensar.

Me siento en el columpio y empiezo a balancearme lentamente mientras observo la preciosa luna que todavía luce en lo alto del cielo. Es muy tarde ya, pero ella continúa allí, impasible, observando todo lo que ocurre a su alrededor y, quiero creer, dándonos fuerzas para que todo salga bien.

Suspiro. Lo que suceda mañana depende en gran parte de mí y no sé si estoy preparada del todo para eso. ¡Sí tan sólo soy una cría! 

Si bien es cierto que soy muy madura para mi edad, aunque creo que esto me viene grande.

—¿Estás bien, Fiona?

Me vuelvo al escuchar esa voz y me encuentro con el pequeño minidrogo en el columpio de al lado. Una risilla se me escapa. Aún estoy empezando a conocer a mi padre, pero debo reconocer que me encanta esta versión infantil de él. Es como si aportara un soplo de aire fresco a esta casa.

—Sí —respondo mirándole —. Es sólo que... Creo que esto se me hace grande.

—¿Pero qué tonterías dices? —me increpa poniéndose en pie —. ¿Sabes el poder que tienes? Tú eres capaz de conseguir eso y mucho más.

Sonrío enternecida por sus palabras. La verdad es que ha conseguido animarme, pero veo que hay algo que le preocupa, ya que su reacción ha sido muy exagerada y eso me intriga.

—¿Te pasa algo, Drogo? —pregunto con disimulo.

Él agacha la cabeza y empieza a juguetear con sus manos. Eso me hace gracia.

—¿Tanto se nota? —contesta avergonzado. Yo asiento. —Es que... Verás... He intentado acceder al sótano con Cris y mi yo mayor y no me han dejado. Es más, me han sugerido que vaya a buscar a mamá y que ésta me devuelva a mi época y yo no quiero. No hasta saber si todo va a salir bien.

Una tierna sonrisa se me escapa. Me enternece el saber que mi padre ha estado enamorado de mi madre desde su más tierna infancia y es obvio el cariño que ella le profesa. Le trata incluso mejor que a cualquiera de nosotros. ¡Y eso que somos sus hijos! Pero el amor verdadero es lo que tiene, no hace distinciones.

—Entiendo como te sientes —le respondo con tranquilidad —, pero eres un poco pequeño para estar con ellos esta noche. ¿No te parece?

—No será la primera vez que les pillo —contesta con una pícara sonrisa.

Yo alucino ante el descaro del pequeño y, no sé porqué, me entra la risa. Debo reconocer que es genial. No se corta un pelo y expresa lo que siente sin importarle nada más. Así es mi padre. Y me encanta.

—¿Y no crees que será perjudicial para tu futuro saber lo que va a pasar? —pregunto intrigada.

—¿Y qué más da? —responde seguro —. De todos modos, mamá me va a borrar la memoria, pero no puedo irme sin saber lo que va a pasar. Lo entiendes, ¿verdad?

Me mira con ojos de ternero degollado y a mí me entra la risa. Empiezo a entender lo que enamoró a mi madre de él. La verdad, sería capaz de enamorar a cualquiera. Es un auténtico encanto cuando se lo propone.

Creo que se merece una oportunidad y se la voy a dar. Además, necesito ayuda. Todavía me encuentro muy perdida con todo lo que se me viene encima y, por que no decirlo, creo que el pequeño no es mala opción. Me gustaría contar con la ayuda del libro de las sombras de mi madre, pero, por desgracia, no tengo acceso a él. En cambio el pequeño...