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Esa frase se quedo en mi cabeza la noche anterior e incluso en el trabajo.

Cuando Marcus llego golpeado todos se preocuparon, pero el dijo que lo habían intentado robar.

Durante todo el turno fue mejorando por el simple hecho de que Marcus se encargaba de la cocina mientras yo me mantenía manejando un poco lo de afuera y adiestrando a los nuevos empleados.

-Lo primordial siempre es darle un buen servicio al cliente. Es importante que sepan que deben velar que los platos salgan según lo pidieron ya que es de humano cometer errores- dije sonriéndoles

Así continuo mi día hasta que las puertas habían cerrado.

Tome mis pertenencia y junto a los chef salimos.

-Descansen esta semana promete- dije mientras me subía en mi motora

Todos nos despedimos con la mano y cada cual se fue a su hogar.

Llegué mucho más rápido que Marcus así que fui directo a mi piso.

Realmente me había gustado esa frase que el me había dicho que no dejaría que nadie lo tocara.

Mientras me duchaba sonó el timbre de mi puerta.

-VOY- grite mientras me tapaba mi cuerpo con una toalla

- ¿Quién? - pregunte antes de abrir

-Yo es que dejaste en el restaurante tu celular- dijo Marcus entrando sin que lo dejaras mientras miraba mi cuerpo

-Gracias- dije tomando mi celular

Marcus no podía deja de mirar mi cuerpo así que también me dedique a verlo.

-Se te antoja ya sabes- dije acercándome

-Posiblemente- respondo sonriendo mientras lo pegaba a mi

No podía negar que moría por besarlo.

Como si leyera mis pensamiento paso a besarme.

Rápidamente tome el control de la situación y lo lleve a mi habitación mientras que un poco desesperada le quitaba su ropa.

Se que mi padre no nos quiere juntos, pero es mi vida así que decido con quien estar.

Podía sentir como besaba cada parte de mi cuerpo.

-Eres hermosa- hablo mientras nos entregábamos el uno al otro

Una de las cosas que note hoy es que siempre que nos entregábamos uno al otro era con las luces apagadas. Solo podía sentir su tacto y sus labios, pero no lograba ver su rostro por completo.

-Eres cómo una droga para mi- hablo mientras besaba mi cuello

Podía sentir cómo nuestros cuerpos en segundo se volvían uno. Es cómo si naciéramos para ser del otro.

Sintiéndome totalmente agotada luego de la entrega salvaje me fui quedando dormida entre sus brazos cosa que no me agradaría acostumbrarme.

|A la mañana siguiente|

Cómo de costumbre me levante un poco más temprano y Marcus no estaba a mi lado.

Me duché y me vestí rápidamente ya que hoy tenía que recibir mercancía en el restaurante.

Sin desayunar tome mi cartera y la llave de mi motora.

Mientras esperaba el elevador me encontré con Marcus vestido con ropa de hacer ejercicio, su cuerpo estaba completamente sudado y llevaba una bolsa de comida en su mano.

Amor en la CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora