-Bueno, Daniel, como acordamos, el partido es por la tarde, eso nos dará unas horas para prepararlo todo.- Dijo Sam emocionado, agitaba las manos más de la cuenta, nunca le había visto tan nervioso.
Sam es mi mejor amigo, no recuerdo un momento en el que no estuviese con él, llevamos juntos desde que eramos unos enanos, nuestras madres eran amigas, así que nuestra amistad surgió así, jugando mientras ellas charlaban.
Sam no es sólo mi mejor amigo, es como mi salvador, me saca de TODOS los líos en los que me meto, no sé que haría sin él.-Vale, yo lo compraré todo, tú...tú intenta que yo no la cague, mañana es un día especial.
Sam y yo teníamos preparada una sorpresa de cumpleaños para nuestro colega en común, Luis, llegó hace un año de Nuevo México y desde entonces se hizo muy amigo de nosotros.
Luis jugaba un partido el mismo día de su cumpleaños, y queríamos sorprenderle al llegar a casa, si salía bien, sería la sorpresa perfecta.-Y...al final, ¿que le regalamos?
-Lleva meses queriendo tener el Storm Crusaders 4, creo que está bastante claro.
-Tienes razón, no sé saca de la cabeza ese maldito juego, pero no le culpo, el 3 es una obra maestra.
-Había pensado que podíamos pillarlo todos y así ya tenemos a qué jugar los fines de semana, quizá soy el único, pero me estoy muriendo del asco sin hacer nada.
-Tienes razón...oye, llama a Lili, quizá quiera ayudar.
-Si, he quedado con ella.
Lili, ¿que puedo decir de Lili?, es la mejor chica del mundo...lo cierto es que no me acuerdo de cuando empezamos a salir, eramos amigos desde el colegio y siempre me gustó, pero nunca me había sentido demasiado como para preguntarle, pero este veranos pasamos tiempo juntos y surgió espontáneamente.
Espero que ahora entendáis por qué este es mi mejor año.Podría hablar todo el día de Lili, así que no me voy a enrollar más.
Cuando me despedí de Sam, nada más girar la cabeza, allí estaba.
-¿Puede que haya escuchado mi nombre?
-Exacto...estábamos hablando sobre...bueno, ¿Te acuerdas de Luis?
-Claro, aunque todavía no le conozco.
-Pues mañana es su cumpleaños, y teníamos pensado prepararle algo después del partido, no sé, globos y esas cosas de cumpleaños...sabes que soy malo para estas cosas.
-Y...¿Que tengo que ver yo en todo esto?
-Nada, pero quizá te interesaría ayudar a prepararlo.
-Mañana tengo un examen, pero sabes que lo haría todo por ti...claro que quiero ayudar.
-¡Bien!, iré a comprarlo todo y luego hablamos para prepararlo, ¿vale?
-De acuerdo, ¿a que hora te llamo?
-Déjalo, te llamo yo, así sabrás cuando he acabado.
-Vale, nos vemos luego...te quiero.
-Yo también te quiero.
Debo admitir una cosa, hay miles de tiendas de regalos en San Francisco, y todas serán buenísimas, pero estaría traicionando a Uncle, ese abuelo lleva vendiendo regalos, globos y todo tipo de artículos desde que era un chaval.
Tras entrar en la tiendecilla de Uncle, me dí cuenta de que él no estaba, en su lugar estaba su nieta, Rachel.
Rachel tiene 20 años, pero va a mi mismo instituto, de hecho está un curso por abajo mía, se junta con toda la lacra que podáis imaginar, drogadictos, pandilleros, es la definición perfecta de mala influencia.-¿Y Uncle?
-Ha salido...¿Que coño quieres?
Esa chica siempre me pone nervioso, su aliento es una mezcla de Whiskey y marihuana...repugnante.
-Le dije a Uncle que me guardara unos globos, confeti y el Storm Crusaders 4.
-Ese juego no ha salido, imbécil.
-Vamos, Rachel, lleva un mes a la venta, es imposible que no lo tengáis.
-Pues no lo tenemos, cojes tus cosas y te vas.
-Eres una capulla, Rachel.- dije mientras le daba el dinero a Rachel.
-¿Sabes que es esto, Dan?- Rachel había sacado de debajo del mostrador una pistola.
Mi cuerpo empezó a temblar, el arma era real, y estaba cargada.
-Una...una- me costaba hablar- Desert Eagle, es una pistola Desert Eagle.
-Sabes el calibre que tiene esta mierda, ¿no?
-Si.
-Nunca la he usado, es de Uncle. Debo decir...que tiene gusto para las armas.
-No creo que esto sea necesar...
-Como he dicho, nunca la he usado, pero eso puede cambiar en un momento, así que escucha.
-Rachel, por favor.
-Santa Monica Beach, debajo del puerto, ahí está mi camello.
-¿Qué quieres que haga?
-Ese cabrón pasa de venderme, le metí en un buen lío hace dos meses, así que te usaré para conseguir mi droga, así de fácil, tú me traes mi droga y yo no te incrusto una bala en la cabeza.
-Va...vale.
-Así me gusta...y ahora, largo.
Salí corriendo de alli con un miedo gigante, no terminaba de creer lo que acababa de pasar, era como una pesadilla.
Nunca había estado en una situación así, no sabría cómo describirla, todos mis músculos se contrajeron, y mi respiración era escasa, me puse tremendamente pálido.Después de dos horas, llegué a la playa, me costaba entender como un camello podría haber burlado a la policía en un sitio tan transitado.
Según me acercaba al camello, su cara cada vez me sonaba más, sabía que le conocía.
-Rápido, me iré pronto.
Por fin recordé por qué conocía a ese hombre, era amigo de mi padre, pero actué como si no le conociera.
-LSD, por favor.
-Joder, pensaba que eras nuevo.
-¿Nuevo?
-Que si eres nuevo en esto...vas a fliparlo.
-No te pillo.
-Cuando veas gnomos sobrevolar la playa montados en unicornios lo pillarás.
-Toma, la pasta.
-No...quiero que te metas esta mierda delante mía.
-¿Por qué?
-Para saber que no eres un puto poli.
-Soy un chaval, ¿por qué iba a ser un poli?
-Yo que sé tío, a lo mejor hay un ejército de polis enanos, niños polis y esas mierdas de las películas de ciencia ficción, joder, ¿quieres que te venda esto o no?
-Está bien.
No era consciente de lo que estaba haciendo, no me culpéis, pero mi único impulso era salir de allí corriendo lo antes posible, así que le hice caso y...lo probé, me puse el LSD debajo de la lengua...y lo tragué.
Tras consumir la droga, todos mis sentidos se dispararon, lo primero que sentí fue cómo se me erizaba el pelo, pronto me aumentó la frecuencia cardíaca, se me dilataron las pupilas y mi cuerpo empezó a temblar.
Pasaron unos segundos hasta que...me desplomé en la ardiente arena de la playa.
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Drug Diaries (Daniel Black)
Ficção AdolescenteDaniel Black es un chico de 17 años de San Francisco, está viviendo el mejor año de su vida, ha hecho nuevos amigos y ha conseguido novia, pero las drogas se ponen en su camino. Daniel se ve involucrado en una serie de problemas de los que le costar...