El sábado por la tarde Johnny llegó felizmente a la casa de Valery para recogerla. El realmente estaba feliz de poder tener otro de sus 'sábados de batidos y películas' junto a su mejor amiga. Amaba aquello. Y mientras la ojimiel terminaba de arreglarse el hablaba alegremente con Amanda, la madre de la chica.
Los 'sábados de batidos y películas' se habían convertido en su pequeña tradición. Todo ocurrió la tarde de un sábado, cuando apenas tenían 13 años, cerca de donde vivían había una pequeña cafetería en donde solían reunirse alguna que otra vez. Después de tomar un delicioso batido fueron a la casa de Valery para ver películas en Netflix. Pasaron una tarde tan increíble juntos que decidieron que deberían repetirlo al menos una vez a la semana.
Al cabo de un rato Valery bajó las escaleras a toda prisa con una gran sonrisa en su rostro. Agarró el brazo de Johnny y lo arrastró hasta la puerta de su casa.
-Adiós mamá, volveremos en un rato. -Dijo Valery cerrando la puerta detrás de ella. Johnny solo sonreía ante la emoción de la chica.
[...]
Una hora después ambos adolescentes estaban sentados en su mesa de siempre bebiendo sus batidos favoritos.
-Estás muy linda. -Dijo Johnny como si nada mientras daba un sorbo a su batido.
Fue ahí cuando Valery se acordó de la conversación que había tenido con Lauren unos días atrás.
-¿Tienes hambre? -Preguntó el ojiverde. Valery se inclinó en la mesa colocando ambos brazos sobre ella y batiendo sus pestañas mientras soltaba un pequeño suspiro.
-Estoy bien, bonito. -Johnny la miró confundido pero asintió de todas formas.
[...]
Una hora después ambos ya se encontraban en la casa de la chica viendo 'Sixteen Candles', una de las películas favoritas de Valery.
Johnny estaba realmente confundido por el comportamiento que Valery estaba teniendo, la cual no había dejado de darle besos en la mejilla, acariciar su mano y decirle cosas que no eran propias de ella.
-Valery ¿Te encuentras bien? -Valery asintió pestañeando dulcemente, pensando que todo eso realmente estaba funcionando, pero se chocó de golpe con la realidad cuando Johnny simplemente se limitó a reírse.
-Estás muy rara ¿Seguro que estás bien?
Valery nunca había sentido semejante vergüenza en toda su vida, su cara ardía y lo único que pudo hacer fue apartarse del lado del chico y sentarse en la otra punta de su sofá.
Johnny notó aquello y dejó de reírse pero aún así seguía sonriendo mientras volvía a acercarse a la chica.
-Hey ¿Que pasa? -Dijo dulcemente, acariciando el brazo de su mejor amiga.
Valery estaba molesta consigo misma por haber sido tan estupida, por pensar que aquello estaba funcionando cuando solo estaba haciendo el ridiculo. Y es que Johnny se veía tan perfecto. Con su sonrisa, su bonito pelo castaño hacia un lado y sus ojos completamente brillosos. Y ella se vía tan patética, en un rincón del sofá abrazando sus piernas mientras moría de vergüenza.
-Nada. -Dijo cortante.
-Hey, no me hables así. -Dijo un poco dolido.
-Solo sigamos viendo la película. -Susurró. El chico asintió, aún confundido por cómo se estaba comportando su amiga.
-Te quiero -Habló Johnny mientras entrelazaba su mano con la de Valery.
La chica no dijo nada. Estaba demasiado avergonzada y sonrojada como para eso. Tan solo sonrió mientras las mariposas volaban por su interior debido a las palabras de su mejor amigo.
Sus manos estuvieron entrelazadas durante el resto de la película.
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