Capítulo 27

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Nathalia Campos.

Todo estaba listo para salir, estaba muy emocionada.

—¿Vamos?— preguntó Simón.

—Vamos— me despedí de los chicos saliendo con él.

Agradecí que la playa estuviera muy cerca del hotel en donde me quedaría por unos días.

—¡Qué lindo día, pero no más lindo que tú!— dijo Simón dejando un ligero beso en mi frente.

—¡Ay cielo, eres un sol, igual de resplandeciente que este!— sonreí.

Caminamos en busca de conchitas, pero en mi busqueda encontré algo que me llamo la atención. Algo totalmente diferente.

Vi a lo lejos a una chica deportiva, tal vez la conocía pero no tenía mis lentes, así que le pregunté a Simón si podía ver a lo lejos a aquella chica.

—¿Cielo puedes ver a esa chica?

—Si, bueno, la veo un poco, ¿La conoces?

Vi cómo la chica se aproximaba y decidí cambiar hacia ella.

—Creo que si, tal vez...Vamos— lo halé del brazo dirigiéndonos en esa dirección.

—Disculpa.

SI ES ELLA.

Nathalia Martínez S.

Demonios es Nathalia y Simón.

—Nathalia— la abracé— Simón—lo abracé igual— qué gusto verlos.

En realidad no, está muy bien hasta ahora.

—Te extrañamos— se señaló ella y luego a Simón— bueno te extrañamos todos— rió solo hasta notar mi indiferencia y seriedad.

—Si, si, es bueno verla por aquí Nathalia pero ahora debemos irnos...— comentó Simón en tono seco.

Simón y su indiferencia no cambian, miré a Nathalia y sentí un gran impulso de llorar por todo lo que había sucedido.

—Oye— Nathalia me abrazó y luego Simón hizo lo mismo, al separarnos me preguntó— ¿Quieres hablar?— asentí— Simón nos puedes dejar a solas, si algo te llamo al rato para que me indiques en donde está el cuarto...

—Yo puedo llevarte, tranquila— ella asintió, se despidió de Simón.

—No te imaginas todo lo que te extrañé, en serio— dije abrazándola.

—Tranquila, sabes que eres mi Nath Colombiana favorita— hizo una pausa—¿Y de qué quieres hablar?

Lo lamento.

—No se por donde comenzar...

Le conté sobre todo lo que había sucedido después de despedirme de Juan, me había quitado un gran peso de encima, además le conté la historia sobre Juan David.

Descanse un poco.

—No quiero ir a ese "evento" de hoy...

—Hazlo por tu padre, todo saldrá bien, te lo prometo... Ahora llévame a mi apartamento que mi novio tiene un evento y no puedo llegar tarde.

—Vamos— corrimos hasta llegar al hotel.

Hora: 12:43 PM.

—Llegamos— señalé la puerta.

—¿Cómo sabías en donde me estaba quedando?— preguntó mirándome, estaba asustada.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora