- ¡Ah!, ya despertaste. -
Miró a un doctor, este me sonríe, saca su estetoscopio y revisa mi respiración.
- Sonidos respiratorios normales... - Me dijo aun portando una sonrisa, luego esos ojos azules se posan en una señorita de cabello rojo, una enfermera. - Parece estar estable. - Dice el médico. Luego voltea a mi. - ¿Te duele la cabeza?, ¿sientes alguna molestia en tu cuerpo?, ¿ves borroso?, ¿te duele al escucharnos?. -
No entiendo por qué hace esas preguntas.
- ¿Dónde estoy?. - Hable un poco lento y siento como me raspa la garganta, por lo que la enfermera se da cuenta y me acerca un caso de agua con popote.
- Por favor, beba. - Me indica, yo con cuidado levanto mis manos, me doy cuenta que mis brazos están, en algunas partes, vendados y otras partes tienes rasgubos y algunos moretones.
Aún cuando termino de beber algo de agua, carraspeo mi garganta para poder hablar mejor. Más sin embargo, el médico se adelanta.
- Te veo confundido. - Me dice. - ¿Sabes lo que te pasó?. -
Niego.
- ¿No recuerdas nada?. -
- ¿Debería?. - Pregunté curioso. Tanto el médico como la enfermera se ven entre sí. - ¿Qué pasa?. ¿Tengo algo malo?. -
- Pará nada... - Dijo el doctor, luego pasó hacia la enfermera. - Ordene una resonancia, quiero hacerle estudios. - La enfermera asiente y se va apresuradamente. El doctor me ve ahora. - No quiero que se asuste, joven Yugi. -
-¿Yugi?. - Pregunté confundido. - ¿Quién es Yugi?. -
El doctor posee un rostro lleno de decepción, logra murmurar algunas cosas que no puedo alcanzar a escuchar, parece maldecir. Luego se calma, me pide que guarde la calma, hay algunas cosas que quiere explicarme, pero deberá decir ellas en un rato cuando termine con el resto de sus pacientes, finalmente sale de la habitación.
Me quedé examinando la habitación. Hay paredes blancas, estoy conectado a algunas máquinas, mis brazos me duelen un poco, tengo una intravenosa, intento mover las piernas, estás, a diferencia de mis manos, me cuestan más moverlas, las siento muy pesadas, extrañado y guaido por un pequeño dolor punzante, destapó las sábanas que me cubren, cuando lo hago, noto que estoy en vuelto en una bata de hospital, pero en mis piernas veo que estas están vedadas y que poseen manchas carmines.
Si así están mis brazos y mis piernas, ¿que le paso a el resto de mi cuerpo?.
Es en ese momento que me levanto y examinó una vez más la habitación y veo en una esquina una puerta de madera donde hay un signo de W. C.
Me dirigí a el con algo de dificultad, me tuve que tirar la intravenosa que portaba, tuve que sostenerme de los muebles que había cerca de ahí e ir despacio, ya que, cada paso quedaba era como el caminar por vidrios, mientras el resto de mi cuerpo temblaba al no poder soportar por mucho tiempo mi peso, tuve que parar cada dos pasos debido a que mi respiración se aceleraba; mi cuerpo parecía estar muy débil.
Una vez dentro del baño, pude ver un espejo de cuerpo completo y note en el estado que estaba.
Mi cabeza estaba vendada, mis brazos estaban rasguñados y vendados de los ante brazos, pequeños rasguños decoraban mi cara, mi labio inferior estaba partido... Llego un punto donde me quite la bata del hospital, Cúando la prenda cayo, supe en ese inta te que algo horrible me había pasado; mi cuello estaba decorado con unas marcas rojas, mis clavícula estaban decoradas con manchas moradas y verdes, todo mi tórax estaba vendado, ya ni siquiera quería saber el por qué, el resto solo tenía rasguños y golpes de tonos rojos que lentamente iban pasando a un violeta.