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Perdido, su sonrisa se había perdido en el instante que dijeron aquellas palabras

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Perdido, su sonrisa se había perdido en el instante que dijeron aquellas palabras.

- Lo sentimos señor Córcega, no pasa a la siguiente fase - Espeto uno de los jueces

Había dado lo mejor de sí, había encantando al público pero simplemente los jueces habían negado su acceso a la siguiente fase sin siquiera hablarlo.

- Gracias por su atención - Agradeció antes de que su voz se cortará y salió del escenario con la vista baja, de fondo podía oír algunos gritos de "injusto" en la audiencia pero dieron paso al siguiente concursante sin decir más.

Había perdido, todo su esfuerzo, sus prácticas diarias y demás habían sido en vano.

- ¡Aris! - Llamo su madre y, como el pequeño que era, fue al refugio que le daban los brazos de su madre y lloró en silencio.

Oh, ingratos aquellos que no podían sentir empatía por sus contrarios, ¿acaso no notaban que sus frías palabras hacían sufrir a las personas?

- ¡Es una injusticia! - Espeto molesto Temo

- ¡Todos vimos como el público te adoraba, compraron el programa! - Gruño Diego cruzado de brazos por aquella decisión tan injusta.

Cualquiera con un poco de cerebro podía notar que Aris merecía aquél puesto pero se lo negaron así sin más.

Polita hizo gesto de silencio, pidiendo que dejarán de maldecir al programa a la par que consolaba a su hijo mayor.

- Vamos mi niño, ellos se lo pierden, tú eres especial - Le susurro, con aquel cariño que solo las madres podrían decirles a sus hijos y Aris asintió separándose de aquel abrazo.

- Quiero ir a casa, ma'

- Vamos a casa, mijo

Y con aquello dicho, todos se retiraron de aquél concurso sin más.

Aristóteles había perdido pero no era el fin del mundo, habría más oportunidades, ¿no?

- Ya, no llores Aris - Pedía Thiago desde el otro lado del teléfono, se hallaba en un taxi con dirección al departamento donde vivía la madre y el padrastro del oaxaqueño con dos botes de helado de chocolate en mano

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- Ya, no llores Aris - Pedía Thiago desde el otro lado del teléfono, se hallaba en un taxi con dirección al departamento donde vivía la madre y el padrastro del oaxaqueño con dos botes de helado de chocolate en mano.

- ¡Es que es injusto Thiago, me esforcé!

- Gracias, quédese el cambio - Le susurro al taxista saliendo del auto y caminando hasta Aquél departamento y tocó el timbre - Ya, no llores, son unos tontos, mejor sal y abreme la puerta

- ¿Tas de joda?

- No, abreme la puerta ojos bonitos.

La pantalla se quedó mostrando la habitación donde se hallaba llorando el oaxaqueño, no espero demasiado antes de que la puerta se abriera.

Si por teléfono se veía demacrado, frente a frente se veía peor.

- ¿Qué haces aquí, Thiago?

- Traje helado, vamos a quejarnos de la Voz México juntos mientras lo comemos, ojos bonitos

Le vio sonreír y su corazón latio más de lo normal.

Adoraba su sonrisa y buscaría la manera de que siguiera sonriendo así tuviera que gastar su dinero en helado.

Adoraba su sonrisa y buscaría la manera de que siguiera sonriendo así tuviera que gastar su dinero en helado

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Letters To The Waiter (Thiago x Aris) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora