[JinKook] •||OS||•

⚜ O N E ️⚜️

La primavera había llegado pero las calles aún eran frías. Todo el mundo caminaba con su pareja de la mano haciéndose compañía.

Yo solo observaba, analizaba y callaba.
El ser maestro de universidad me había esclavizado por gran parte de mi vida por dedicarme en cuerpo y alma a mi trabajo.

Para mí las primaveras... los meses, los años, siempre eran lo mismo, no había nada de interesante hasta aquel día que conocí a la primavera en persona.

Cabellos castaños, ojos café demasiado profundos adornados con cortas y tupidas pestañas negras, piel canela, perfecta y una sonrisa que me hizo caer ante sus pies.

Siempre me considere Heterosexual hasta ese día, que unos fuertes sentimientos y unos fuertes deseos de profanar a ese chico se me hicieron presentes.

- Profesor... Lamento la molestia pero mis calificaciones son pésimas en su materia y... Necesito asesoramiento, ¿Usted podría darme el teléfono de algún tutor? Por favor... No quiero reprobar.-

- No hay problema joven Jeon... Yo mismo puedo ser su tutor sin necesidad de algún pago a cambio.-

Aquel 10 de marzo nos hicimos cercanos, le expliqué mi materia de la "A" a la "Z" y todo lo comprendió a la perfección.
Me di cuenta que el solo fingía para poder acercarse a mi, le agradecere eternamente que allá hecho eso.

Siempre estábamos juntos, nos mirábamos a los ojos con grandes sonrisas dibujadas en nuestros rostros y los rumores no se hicieron esperar.

"Mentiras son todas mentiras"

Todo llegó a oídos de Kim Namjoon, el director de la universidad, pero el no podía recriminarme nada ya que desde hace meses mantenía una relación demaciado cercana con Park Jimin, el chico prodigio de la institución.

"Cosas que dice la gente"

- Profesor Kim... He comprendido todo a la perfección y creo que ya no hay necesidad de que venga a mi casa para mis clases.

- Lo se joven Jeon, así que doy por terminado esto, lo veré mañana en la clase.- iba a levantarme de aquel sillón aterciopelado pero el me detuvo.

- N-no se valla... Y-yo...yo...- mordió sus labios color cereza con nerviosismo, suspiró, con un gran valor que no espere se sentó en mi regazo y se atrevió a besar mis labios.

Ansiaba hacer esto desde hace mucho tiempo atrás, sus labios no sólo tenían el color, si no el aroma y el sabor de las deliciosas cerezas.

"Decir que este amor es prohibido"
"Que tengo 40 y tú 20"

Éramos discretos con todo lo relacionado a nosotros, cada descanso y receso aprovechabamos para escondernos en mi salón.

"Que yo soy otoño en tu vida
Y tú eres dulce primavera"

Besos...
brazos...
C

aricias...
Jadeos...

Mi escritorio era testigo de su hermoso rostro gimiendo y retorciéndose de placer pidiendo por más de mi en su estrecho interior.

"No saben que guardo un verano que cuando te miro te quema"

Al siempre ocultarnos los rumores lentamente fueron desapareciendo.
Todo lo manteniamos en secreto a petición suya y yo no me opuse.