Nunca había dejado que nadie condujera su amada Harley, ni siquiera Barbara su preciada esposa, la relación de un Harlista y su moto iba más allá de toda compresión y razonamiento lógico y aun así se encontraba en la parte trasera de la misma sosteniendo el cuerpo inerte de la pequeña niña. Liam decidió llevarla a un hospital de la ciudad más cercana y no a uno de cuarta de un pueblo. Así pues, dos horas más tarde, la mitad de los miembros del club se encontraban en la sala de urgencias del Hoag Hospital Irvine, la otra mitad estaba encargada de conseguir pistas de la pequeña niña y arreglar el desastre del bar y de la mierda muerta.
Casi no había nadie en la sala de espera de urgencias, pero las pocas personas que se encontraban miraban con recelo al grupo de hombres enfundados con sus preciosos chalecos de cuero, menos Jasón quien después que la enfermera le devolviese la suya, que antes estaba cubriendo a la pequeña. La depositó en una silla, mirándola con recelo como si en ella se pudiese, más tarde encontrar pistas de todo lo sucedido.
El médico encargado del caso de la pequeña escuchó con atención y sospecha el relato que contaba uno de los miembros del club quien, a su parecer, era innecesariamente grande y de aspecto aterrador. El doctor al principio no creía en la historia, pero después de ver la preocupación de Liam al entregar la niña a las enfermeras cuando arribaron a urgencias y la mirada que le ofreció al doctor como si fuera matarlo si algo salía mal, lo ayudo a convencerse. Bueno eso y el estado en el que se encontraba las manos del motociclista, ya que cuando pregunto por el hombre que había violado a la pequeña, todos callaron y miraron a su Prez, quien se tensó a tal punto que el doctor estuvo a punto de correr, pero puedo darse una idea de lo que le había sucedido al sujeto.
Hace más o menos un par de horas que se habían llevado la pequeña, tres enfermeras y el doctor, cuando la policía llego escoltada por una de las enfermeras que los atendieron al llegar.
-Buenas noches caballeros - las personas alrededor miraron con renovado interés al grupo de motociclistas, mientras estos se levantaban de las sillas para darle la bienvenida a los policías. Liam quien era el único de pie, apoyado en una pared cerca de la puerta de la entrada a urgencias, se acercó lentamente hacia ellos. - Estamos aquí por el reporte del hospital - los Hell's Ride no eran novatos en el asunto, sabían que todo caso de violencia era reportado a la policía, por eso ellos tenían su propio médico y su propio hospital de confianza, donde podían atender sus casos; normalmente de armas tanto de fuego como blancas sin involucrar a la policía.
Liam ya había sopesado todas las posibilidades, la pequeña no aguantaría hasta llegar al hospital de confianza y el reporte a la policía, no estaba del todo mal. El necesitaba saber quién era la pequeña y como termino en toda aquella situación y si bien sabía que la policía local no era muy competente, no iba a desperdiciar la poca ayuda que pudiese recibir.
-Soy Liam mucho gusto- el líder extendió la mano a uno de los oficiales y después al otro quienes observaron su mano toda ensangrentada y la aceptaron con un poco de disgusto y con desconfianza - Sullivan - agregó al tratar de llenar el silencio incómodo de los oficiales.
-Claro, señor Sullivan - respondió el oficial más pequeño al que se le podía leer en la placa el apellido Davis. Ninguno de los dos era estúpido, ellos sabían quiénes eran ellos, no había lugar que no hubiera escuchado de los Hell's Ride MC y esa pequeña ciudad de California no era la excepción era el club más grande del país y por ende el número uno en la lista de los 1% - Nos puede contar un poco de lo sucedido por favor - el policía saco una pequeña libreta y un lapicero.
-Los muchachos y yo paramos en un bar de la carretera, íbamos camina a casa y solo necesitábamos una cerveza para seguir el camino -
- ¿Qué los traía por la ciudad? - La pregunta del policía tenía como finalidad irritar al motociclista, pero no lo logro.
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The Roads of Life
RomancePara Lenna la vida no ha sido nada sencilla, con apenas 12 años de edad despierta sola al lado de una carretera desierta con un golpe en la cabeza, sin ningún recuerdo y sin lugar a donde ir. Uno de los caminos que la vida llevó a Lenna, fue directo...