Once in a lifetime.

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La chimenea en frente de él estaba encendida, consumida por el fuego poco a poco, logrando que emanara calor en el pequeño pero cómodo hogar, el cual antes no era necesario, no cuando el calor que sentía en su corazón cada vez que estaba a su lado era simplemente maravilloso porque se sentía a salvo. Y eso era lo que más le importaba.

"Y está bien, que siempre estemos a salvo."

Una sonrisa nostálgica apareció en su rostro, recordando las múltiples veces que ha estado ahí, pero nunca solo, y le dolía en extremo tener que decir adiós a un lugar así.

—¿Te he dicho que te amo?

El menor, al escuchar que se dirigía hacia él, deja de jugar con sus manos y lo mira, sus lindos ojitos siendo iluminados por las brasas del fuego en frente de ellos.

—Sí, Kookie, me lo dices siempre. —Dice sin poder evitar mostrar esa sonrisa tan peculiar que poseía.

Y él amaba esa sonrisa.

Es porque quiero recordarte que te amo y lo haré siempre.

Lo haré siempre. ¿Cómo unas simples palabras podían sonar tan fuertes?

Miró la pequeña planta de nomeolvides que estaba a su lado, un regalo que le había dado en su cumpleaños, ahora siendo él el encargado de cuidarla, ya que no sólo representaba una fecha, sino una unión.

Recordaba a la perfección su reacción, una sonrisa en grande y un tierno sonrojo. Él amaba sus adorables sonrojos.

Y sus obsequios.

—Toma, Kookie, es para ti. —un castaño muy sonriente le entregaba una caja pequeña decorada con estampados rojos y plateados.

—¿Será un perrito? —Finge una voz de ilusión y sorpresa, haciendo reír a su contrario.

—No, tonto Jungkookie~. —Hace una mueca de reproche, que sólo hizo que el mayor se le derritiera el corazón. — Sólo abrelo.

Con cuidado de no dañar mucho la envoltura, abre la caja que estaba entre sus manos y pudo ver un collar de una rosa con la cadena de color dorado.

Dirige su mirada a su menor y sonríe enternecido al ver que jugaba con sus dedos mientras un tierno sonrojo se apoderaba de su rostro.

—Siempre usas ropa oscura y casi no mucho de color. —Explica mientras se acerca un poco a él para tomar el collar entre sus manos. — Así que te hice un pequeño detalle para que, incluso con ese tipo de ropa, no se vea tan apagado y tenga vida. —Coloca el collar en el cuello de su pareja, sonriendo al final de ver el perfecto contraste que hacía en él.

Sostiene entre sus dedos aquel colgante, como queriendo no dejarlo ir.

"Porque de alguna manera se siente como si nada hubiera cambiado."

Juraba que las comisuras de sus labios dolían por la sonrisa que nunca desapareció de su rostro, pero era un dolor muy mínimo al que sentía en su corazón.

El lugar a lado suyo estaba vacío, no había un chico tierno y mimoso recargando su cabeza en su hombro, envuelto en la manta que él usaba ahora. No había nadie. Y lo prefería así, nadie merece ese lugar a su lado, no al menos en ese lugar.

"Pero su corazón seguía latiendo de la misma manera."

A pesar de tener que hacerlo, no quería guardar todos esos recuerdos, sus ojos dejaron de mirar las llamas del fuego en frente suyo para ver un pequeño portaretrato con una foto de ambos en unos tiernos disfraces, él usaba el de un conejo y su menor un tigre, aún recuerda cómo pasó aquello.

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⏰ Última actualización: May 16, 2020 ⏰

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𝑂𝑛𝑐𝑒 𝑖𝑛 𝑎 𝑙𝑖𝑓𝑒𝑡𝑖𝑚𝑒 [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora