CAPÍTULO 03

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«Si buscas algo bueno, búscalo en ti hasta que lo encuentres»
~Dayan~

----->"Estaré aquí"<----

   El día transcurrió lento, pero las clases fueron divertidas ya que los profesores hacían debate al respecto de la profesión, algunos respondía incorrectamente, eso es lo usual, lo que sorprendió a Dayan fue la respuesta del joven que se hacía llamar; Carlos Mendes, prácticamente ofendió a la profesora con su estudio psicológico, parecía que ya fuese un psicólogo y no un estudiante. El diagnóstico que le mencionó a la profesora fue terrorífico y aquellas palabras resonaban por su cabeza.

Profesora Mcgana, padece de ansiedad compulsiva, y sin contar sus inestables pensamientos y emociones, tenéis que ser libre de ese sufrimiento— él la miraba con sus ojos grises lleno de odio, las palabras mencionadas afectó a la docente provocando un desbloqueo racional, y sus ojos amenazando con dejar salir lágrimas — tranquila, no hablaré más, no mereces seguir recordando esa tragedia.

  El joven estaba seguro de dejar fluir esas palabras hiriente hacia una persona "superior" a él, no se arrepentía, pero lo más tenebroso fue cuando las comisuras de sus labios se ampliaron para formar una sonrisa al ver lo petrificada que estaba Mcgana. La señora mayor salió sin dar una explicación, pocos minutos más tarde entró más tranquila para seguir con su clase.

  Pero ahora el rubios estaba con Félix en el comedor hablando de lo sucedido, el castaño no contuvo sentir lastima por la docente, pero tampoco pudo contener una risa, un alumno haciendo sentir tan mal a una profesora, eso no era de verse con frecuencia.

  Ambos estaban admirando el joven que se encontraba a lo lejos, su actitud de confianza en sí mismo, su aspecto escalofriante y aún así atraía al moreno de una forma inexplicable, no entendía ese sentimiento estúpido, solamente lo vio una noche y ahora cada vez que lo ve su piel se eriza y su corazón se acelera, a parte de quedar inmóvil con la mirada puesta en sus ojos.

   —Félix, estamos en el comedor... —el rubios tocó el hombre de su compañero para hacerlo reaccionar— cuando te quedes paralizado de esa forma viendo sus ojos, busca los mío, para que reacciones.

—¿Y por qué los tuyos? —preguntó el menor un poco confuso.

—Entre nosotros ya hay confianza y porque somos compañeros, así que no se ve extraño, extraño se ve acosando con la mirada a un hombre que no te conoce, si queréis pasar de desapercibido no tenéis que hacer eso. 

   El menor asintió con tristeza, al parecer se sentía infeliz no aceptarse como era. No quería ser así pero se encontraba en la etapa más difícil de los adolescente, donde las hormonas aumentan sin control, y tener esa orientación sexual era difícil, ya que podía ver mujeres bella donde sea y de igual formas los hombres, aunque él se encuentre más atraído por los hombres con cuerpos definidos.

El Vampiro Celestial © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora