Hoy, sólo a tres horas de haberte escrito, recibí un llamado de mi papá. Aún no había podido conciliar el sueño, dado que necesito por lo menos dos horas para intentar dormir una, cuando sonó el teléfono.
Al principio, las palabras me sonaron todas tan juntas y desordenadas que no pude descifrarlas. Luego entendí: mi mamá estaba con taquicardia en la clínica.
Sucede que a las seis de la mañana, mientras yo me preguntaba por qué lloraba él, mi madre había recibido un llamado anónimo diciendo que, yo, ellos (mis padres) y "todos"- parece que ese colectivo no lo incluía a él - éramos tan buenos que no merecíamos esta burla.
¿Qué burla? ¿Cuál es la burla? Mi madre interpretó que hay otra mujer. Y por eso terminó en la clínica. El es SU hijo. El no hace esas cosas. Al menos, sin decirlas. Sin enfrentarlas.
¿Es una posibilidad? No, para mí no lo es. Fui a ver a mi mamá, con resto de rimmel en los ojos, la cara hinchada y las piernas flojas. Me puse un jean y un saco enorme, debajo estaba la remera que uso de pijama. Otra vez, yo bajo el mandato de consolar a otros. "No te pongas de este modo", le dije. Parecía exagerado su cuadro, pero debo comprender que ella sigue convencida de que es su hijo, su protector y su protegido, debo comprender que, aquella primera vez que nos separamos, mis padres sólo estaban con él y con conmigo.
Y yo?
Bueno yo, era la perra mala insensible que había dejado a un muchacho tan bueno, por el simple hecho de que yo había caído en razón de que me había casado con un ojo negro de su trompada, que me engañó tres años con la primera secretaria que tuvo mientras yo estaba embarazada y que me animé a pensar que eso era difícil de cambiar. Aunque, luego del e-mail 1601, en el que volvió a prometer todo lo que iba a cambiar, regresé, y en ese momento abandoné la piel de la perra maldita que era para mis padres y volví a ser su hija.
En ese contexto, es entendible que mi madre pueda descompensarse ante un llamado anónimo según el cual existe una posibilidad de que el pedestal donde él está colocado se caiga sin freno ni atenuantes.
Probemos a jugar que el llamado "malintencionado" es cierto.
¿Sería quizás que el e-mail 1601 contenía 1601 mentiras?
s¿Que nada cambiaria? ¿Que todo seguiría igual?
Juguemos a que es cierto. ¿Será entonces que jamás fui una maldita perra que abandonó a un buen muchacho? ¿Cómo se sentiría mi madre en ese caso? ¿Era también la taquicardia de la culpa?
Cuántas culpas ajenas rodean las escenas de la vida de mi mi ser.
Y sin embargo, les diría a cada uno de los equivocados, si acaso lo están, que los perdono, que hago un perdón colectivo, como si tuviera un perdón divino, elevado y celestial. Ello solo para poder estar sola y sin nadie que haga ningún diagnostico de la situación, ello con tal que nadie tenga que pedirme disculpas con cara de compasión. Si supieran que de ser eso cierto no hay otro culpable que yo. Bueno seria que mi madre tuviera un problema de salud por el cual yo sentirme culpable porque ella a la vez se siente culpable de haber jugado para el equipo equivocado. Eliminemos ya las culpas y veamos si puedo dormir en algún momento, porque mis ojos no resisten tantas horas de desvelo.
.....
"Vos bien sabés lo que la gente nos envidia, siempre fuimos la pareja perfecta perfecta, ambos prósperos inteligentes, vos tan linda...no deberías creer algo así", fue la contestación que hizo él a mi pregunta sobre la verdad de los hechos de los que se lo "acusaba" en ese misterioso llamado anónimo.
No sé quién es la "gente", ni cuál es el límite de la envidia, a veces no sé ni qué es la envidia. Es un sentimiento que jamás tuve y ni sé si es una virtud. Uno debería padecer todos los defectos mundanos siquiera una vez en la vida para saber de qué se tratan.
Nunca lo experimenté, vivo en mi mundo, lucho conmigo y contra mis sombras, y de ningún modo supe qué es envidiar la vida de otro. Puedo llegar a pensar que tiene que ver con la idea de disfrutar que me vaya mal, pero más allá de eso no puedo arriesgar.
No sé si él tal vez es envidioso, puede ser que sí, y por eso conoce de aquello de lo que habla.
Que su amorío negado de modo efusivo desde el día que partió de casa fuera cierto, hubiera sido un shock, pero no tiene un motivo para mentirme.
Él se fue, ya no vive acá, es libre, puede estar con otra persona. Sería raro, porque paso poco tiempo desde que se fue. Seguramente sí se trataría de una amante...
Pero no hay otra mujer, así lo afirmó una y mil veces.
Esos descarados que llamaron a mi mamá a las seis de la mañana, solo lo odian a él. No cabe duda.
Lo odian porque es brillante, poderoso, exitoso, y lo quieren arruinar.
La parte de que nos envidian como pareja es la que logro entenderla menos: ya no lo somos, y es por su decisión. De qué modo estaría tratando de hacer mal alguien que llama, no mientras somos la pareja perfecta, sino cuando él ya hizo sus valijas y se marchó de la casa para ser feliz y reír.
Para pasar mejores navidades que las que brindó mi compañía, mejores consejos, mejores caricias, mejores viajes. Todo lo mejor que le espera en la vida.
Si aquellos que llamaron querían verme mal, ya me están viendo.
Por eso no lo logro entender, ¿por qué querrían destruirme, si ya estoy destruida?
¿No es acaso más acorde a la realidad que sólo sientan que estoy pasando por estúpida y quieran ayudarme?
"Dejá de ser siempre tan tonta −dijo−, nadie quiere ayudarte." , sentenció.
Y fin del intercambio.
Las conclusiones del día serían:
Que recordé aquella oportunidad en la que mi madre dejó de ser mi madre, cuando yo intenté rearmar mi vida, que creí alguna vez las palabras dulces y amorosas volcadas en 1601 e-mails, palabras todas que hoy tienen sabor a mofa, que no puedo vocalizar ni dimensionar el alcance de la palabra envidia, que soy tonta y que nadie en este mundo quiere ayudarme.
Y vuelvo a la representación de él conteniéndose el rostro lleno de lágrimas.
Y mientras tardíamente me dispongo a sacarme el maquillaje, frente al espejo quedó prendada de mi imagen por varios minutos, con los ojos fijos en mi misma y ... me vuelvo a preguntar por qué lloraba.
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LA DESVENTURA DE AMAR
Fiksi UmumTamara relata en su diario intimo la historia de su vida, en un viaje a su yo interior, a medida que avanza una historia que tomará cursos inesperados, frente a lo cual se despertará el temor a su muerte, el nuevo descubrir de sus fortalezas, y l...