Capítulo 6: la hora final

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Marcus y Keanu comienzan a correr, saliendo de la casa. Will va tras ellos despreocupado, dándoles ventaja. En un momento, levanta el auto y lo lanza, obstruyendo su paso.
Los chicos al ver el auto en los aires, se detienen y miran a Will asustados.
-¿Ya se van, -dijo Will burlándose.- sin sus amigos?.
Ellos se miran, no tienen a donde huir, así que intentan enfrentarse a Will. Comienzan a correr en dirección a él.
-Muy bien, juguemos un poco -Will sonrió de forma siniestra.
Keanu se acerca, deteniéndose en frente suyo, le lanza un golpe al rostro, pero lo único que consigue es lastimaste los dedos. Will se ríe al ver lo que intentaba hacer y lo golpea en el estómago, dejando a Keanu sin aire y encorbado. A continuación, le encaja una patada en las costillas, lanzádolo contra el frente de la casa donde se hospedaron aquella noche y dejándolo inconsciente en el suelo.
Marcus furioso, al ver lo que le hizo a su amigo, intenta derribarlo agarrando sus piernas, pero el chico nisiquiera logra moverlo.
Will continúa riendo y le da un rodillazo en la cara a Marcus, rompiendo sus lentes y sangrándole la nariz.
El chico cae al piso y el demonio lo sujeta del cuello. Marcus comienza a ver borroso, no solo por perder sus lentes, sino porque se queda sin aire.
Will estaba a punto de atravesar su estómago con su mano, cuando de repente, aparece una luz viniendo de su lado derecho.
Él sale disparado, algo extraño lo golpeó con tanta fuerza que lo lanzó por el aire como si fuera un simple trapo de piso.
Marcus, tirado en el suelo, tosiendo, apenas podía ver lo que tenía en frente.
-¿Qué... -preguntó con dificultad.- qué es eso?
-Tranquilo muchacho -respondió con calma la luz misteriosa.- vas a estar bien.
-¿Quién... eres? -Insistió el chico.
-Será mejor que empieces a correr -repuso.- esto se va a poner feo.
-No, mi... -Marcus estaba adolorido.- ¡mi amigo está en la casa!.
-Sí vives, podrás hacer más. ¡Ahora corre! -le ordenó.
Marcus no le obedeció, ya que de todas formas no podía ver sin sus lentes. Se levantó y trató de ir hacia donde estaba Keanu pero en ese momento, Will apareció, saltó hacia donde estaba Keanu y lo levantó del cuello. El chico logró recuperar la conciencia y vio a Marcus tratando de caminar hacia él.
-Se acabó el juego niño -le dijo Will mientras apretaba más su cuello.
De repente un hacha pasa rápidamente delante de sus ojos, contándole el brazo a Will y dejando caer a Keanu.
-Ah, veo que estoy un poco distraído -se escuchó.- le apunté a tu cabeza.
Will no dejaba de gritar y derramar sangre por todos lados.
Keanu asustado y recuperando el aire, ve al dueño del hacha.
Era un ángel, brillado en la oscuridad. Un hombre alto, fornido, se parecía al Will que conocieron en la estación de servicios unas horas atrás. Tenía una barba similar pero era más alto que el demonio. No vestía la típica túnica blanca, sino que llevaba un pantalón cargo negro, una remera pegada al cuerpo, resaltando mejor sus brazos y la funda de su hacha enganchada a su espalda.
Keanu rápidamente se incorpora y corre hacia Marcus, alejándose ambos del lugar.
-¡¿A dónde creen que van?! -gritó Will furioso.
-Deja a los niños en paz -le ordenó el ángel.- ahora te toca jugar conmigo... agh, ¿y tu brazo?.
-¡Maldito hijo de...! -dijo Will furioso y punto de explotar.
El ángel se posó al frente de él y lo interrumpió.
-Shhh. Cuida tu lenguaje, algún niño podría estar leyendo esto.
-¡¿Qué?! -dijo Will confundido.
El ángel agarró a Will del rostro y lo lanzó contra la casa, golpeándolo contra el frente de ésta y destruyendo aún más la pared. El demonio se levanta de los escombros y corre rápidamente hacia su brazo cortado.
-Vamos hazlo, yo espero. -se burló el ser celestial.- recién empiezo a calentar. Además, das un poco de asco.
Hizo un movimiento con su mano derecha y el hacha regresó hacia el ángel, enfundandolo en su espalda.
Will une nuevamente su brazo a su cuerpo y corre cegado de ira hacia él.
-Oh, creo que lo hice enojar -dijo el ángel mientras reía.- Muy bien, hora de mandar su trasero demoníaco de vuelta al infierno.
Will lanza un puñetazo, seguido de una patada giratoria hacia su rostro, pero este lo esquiva agachándose y contraataca con un golpe en la boca del estómago, haciendo que este vomitara pedazos de carne humana por el golpe.
-¡Ay por Dios, que asco!. Acabo de lavarlo. -dijo mientras miraba horrorizado su pantalón negro y levantaba la vista seria hacia Will.- Ahora si me enojé.
El ángel sacó su hacha y de forma impecable le cortó nuevamente el brazo, seguido del brazo izquierdo. Will cae arrodillado mientras grita de dolor.
El ángel levanta el hacha para cortarle la cabeza.
-¡Espera, por favor! -dijo Will suplicando.- no lo hagas. No volveré a causar problemas, pero déjame vivir.
El ángel sonríe y baja su hacha acercándose a su oreja.
-Lo haría querido amigo, pero ya causaste muchos problemas y el negocio es así -dijo levantando nuevamente su hacha.- ¡sin resentimientos!.
El ángel en un moviendo rápido y limpio, le cortó la cabeza al demonio, cayéndo ésta y el cuerpo al suelo.
En ese momento, los primeros rayos de sol aparecen. Will comienza a descomponerse rápidamente al ser tocado por estos, dejando solamente cenizas.
-Muy bien, otro trabajo bien hecho. -dijo orgulloso mientras veía las cenizas.
El ángel se prepara para irse hasta que recuerda.
-¡Oh, cierto!. Olvidé a los chicos.
Se elevó por el aire buscándolos por el lugar, hasta que en un momento, los ve corriendo débiles por la calle. Al encontrarlos, el ángel desciende frente a ellos.
Keanu y Marcus, aunque no estaban heridos de gravedad, se los veía mal.
-¿Y ahora que haré con ustedes? -se preguntó el ángel.- los había olvidado.
-¡Por favor -suplicó Keanu.- no nos mates!
-¿Matarlos? -respondió el ángel mientras reía.- acabo de salvarlos, creí que el otro era el ciego.
Puso sus manos en el pecho de cada uno y cerrando sus ojos, curó todas sus heridas.
-Ya está -dijo sonriendo.
Los chicos no podían creer lo que acababa de pasar.
-Bien, a casa niños. -dijo colocándose atrás de ellos.
Los levantó a los dos y los llevó de vuelta hasta la ciudad donde pertenecían, dejando atrás a sus amigos y sus pertenencias. Definitivamente, jamás olvidarán esta noche.

Fin.

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