*ESTA HISTORIA CONTIENE ERRORES ORTOGRÁFICOS, ESTOY TRABAJANDO DE ELLOS*
Astartea Hunt es misterio puro. Asesina sin remordimientos, con secretos oscuros y un pasado traumatico.
Gabriel West. Un simpático y muy dulce, universitario de derecho, pero...
Por su apoyo y soportarme tanto y por sus narcomensajes cuando termina un capitulo ❤
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Astartea Hunt.
—¿Qué mierda hiciste? —le pregunté a Ariel quedando pasmada. Acababa de entrar al sótano de nuestro edificio. El olor metálico de la sangre embriago mis fosas nasales haciéndome tragar grueso.
Ariel estaba de espaldas a mí, su reputación pesada, su camiseta negra de mangas cortas revelaba sus tatuajes, una fija capa de sudor en su cuerpo bien trabajado, la sangre corría por sus dedos y caían en gotas densas al suelo, me miró por sobre su hombro, su cabello negro azabache cubría un poco su rostro y respiraba entrecortada mente, el arma en su mano izquierda.
Ariel sonrió en grande y pateo un poco el cuerpo sin vida que yacía delante sus pies—. Una crisis —pronuncio con naturalidad.
Fruncí el ceño y me acerqué a un lado de Ariel, quería saber de quién se trataba, pero simplemente no reconocí a la persona—. ¿Quién es? —pregunté frunciendo el ceño.
Me miró y sonrió. Su rostro tenía algo de sangre seca y su pelo también, suspiró y relajó sus hombros—. ¿Recuerdas al tipo del bar? —me preguntó señalándome con su dedo. Fruncí el ceño ya que no tenía ni puta idea de quién hablaba—. El que me pidió un cigarro —agregó para que hiciera memoria. Y sí, lo recordé.
Rodé los ojos y bufé—. ¿Lo mataste porque te pidió un cigarro?
Asintió—. Así es Astartea, por esa misma razón.
Y no cabe duda que de los tres, Ariel es el más retorcido. Azarel actúa por rabia y es el más macabro a la hora de matar y ni hablar de la satisfacción que nos contó que sentía. Ariel siempre se burla del dolor ajeno y actúa por cualquier estupidez, luego estoy yo, actuó solo cuando no respetan mi regla y cuando estoy muy molesta.
Bufé por segunda vez y lo dejé para que limpiara su desastre. Eran alrededor de las tres de la madrugada y yo salí a fumar un poco, necesitaba calmarme, desde que Gabriel me dejó en casa y se fue con sus amigos le estoy dando vueltas a las probables cosas que a la estúpida de Nora se le podrían salir, aparte de que me muero por saber cómo es que sabe de mí. Mierda, no quiero que Gabriel se entere de mis errores, no quiero que se aleje.
Me hace bien.
Logra que mi instinto asesino desaparezca, su paz es contagiosa y mierda, me encanta por su gran inexperiencia. Tiene esa aura inocente, dulce y sensual, porque Gabriel podrá ser tímido, pero a la hora de besar... maldita sea, es otro.