Cap 3 -El perdón se pide con acciones-

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N.O.

-Bueno...- La chica trato de cambiar el tema lo mas rápido posible, la incomodidad estaba en el aire y faltaba muy poco para que fuera palpable. -¿Que tal las donas? ¿Les gustaron?- Siguió, Kai iba a abrir su boca para pronunciar unas palabras, o probablemente un balbuseo.

-¡No coman eso!- Grito... ¿Reeve? ¿Que hacía aquí?; Grito al entrar al jardín y ver que el más alto sostenía una.

Era muy tarde, ya la había probado. ¿No pasaría nada, verdad? Kai había comido una antes.

-¿Por qué? ¿Qué pasa?- Preguntó Mira parándose de su asiento para dirijir la mirada a Reeve.

-En Santas Donas hay un fallo, lo vi con Vanessa.- Se explicó Reeve apoyándose en sus rodillas para tomar de nuevo el aliento. -Se trata de la nueva dona, hay un fallo que cuando te la comes te vuelves algo así como un borracho enamorado.- Dijo -Vanessa tiene un perro de la infancia y estuvo como mosquito al lado de él.-

-¿Es como el amor de familia? ¿O también puede haber uno de pareja?- Preguntó Mira.

-La primera si, pero la segunda no lo sé aún.-

-Esta bien... Yo me voy.- Dijo el más alto después de mirar de reojo a Kai. Adam ya tenía los primero sintomas; Mareo. El chico tenía miedo que pueda ser un borracho enamorado dirijido hacia Kai, simplemente no quería que el supiera. Y además que no sabía que tonterías pudiera hacer frente de él.

-¿Por qué te vas?- Preguntó Kai, qué aún estaba un poco sonrojado.

-No te incumbe.- Le respondió para luego irse y darle la espalda. En ese momento el de tez blanca pudo darse un chapuzon en su piscina sin ningún problema, por causa de lo seco que fue Adam.

Hay que aceptarlo, Kai se sintió horrible.

El alto era gay, todos lo sabían, pero ¿Como se sintió cuando sus miradas se encontraron? ¿Eso explicaba lo frío que fue? ¿Acaso el problema aquí era Kai? El chico se sentía perdido; y aún que no quisiera, enamorado.

Sin palabras de por medio, Kai bajo su cabeza y salió de ese lugar, para luego decirle a Davis que se quedaría en su cuarto encerrado por un tiempo. Kai no quería molestar a Adam con sus chistes inentendibles, su miedo irracional y todos los defectos que según el chico tenía; Mira se sintio mal por él, luego de pensarlo ella supo como Adam miraba a Kai, una mirada que nunca tendría por parte del moreno; Una mirada que decía exactamente: "Eres tan tierno, ¿Alguna vez podríamos ser pareja? No me lo merezco, pero no puedo dejar de pensar en ti".

...

En el cuarto de Adam era un tema diferente, luego de salir a duras penas de ahí, casi no llegaba por la jaqueca que tenía.

Maldijo Santas Donas al caer rendido en su cama.

...

El chico estaba en el cuarto de Kai, estaba de pie frente a él.

-Kai yo...- Dijo extendiendo una mano hacia su hombro.

Rápidamente el contrario le golpeó para que no le tocase. El más bajo tenía lágrimas en sus ojos y el ceño fruncido.

-¡¿Que te pasa, Adam?!- Le dijo acercándose peligrosamente a él.

-Por favor...-

-¡No me hables! ¡Yo... te odio!- le interrumpió al contrario.

Desde su ropa sacó una pistola, cargó el arma y le apuntó. En un acto de los reflejos de Adam levantó las manos, y Kai, tan sólo... Presionó el gatillo, iba una bala en dirección a Adam.

Pero algo le salvo; un portal se abrió bajo sus pies, cayendo por este mientras veía arriba suyo las lágrimas de Kai derramarse, viendo la bala enterrandose en la pared, pensando en que el muro pudo ser él. A medida que caía, cada vez se hacía más oscuro.

Unas imágenes o más bien recuerdos se hacían presentes en su caída, con una luz tenue alumbraba el rostro de Adam; En esas imágenes aparecía Kai cuando le grito esa vez en la playa: "¡La mataste!", cuando ayudaba a este que dejara de vomitar en ese bote tan pequeño, o cuando se tomaron de la mano y saltaron a ese portal que los llevaría de nuevo a The hollow.

Pero todo termina; Cayó nuevamente en su cama, como si fuera una alma llegando a su cuerpo. Despertó con gotas de sudor en su cabeza y su respiración agitada. La jaqueca no se hizo presente, algo que él agradeció.

No podía quitarse un nombre de la cabeza; Kai, Kai, Kai.

¿Gustaba de él? ¿O sólo se confundió cuando se miraron fijamente?

Tomó compostura y se sentó en la orilla de su cama, sacudió su cabeza y vio la hora: 01:32Am.

Tenia un gusto amargo en su boca, algo no andaba bien. De nuevo le vino ese nombre. Ahora no podía pensar en eso, estaba muy mal, muy... Confuso.

Kai, Kai, Kai, parece que su cabeza le odiaba, no podía dejar de pensar en él.

Salió de su cuarto y bajó las escaleras cautelosamente, tratando de que esta no chillara como la hacía casi siempre. Fue a la cocina, del estante tomó un vaso y lo lleno de agua que estaba en un jarro sobre la mesa. Tomó asiento y posó sus labios en el cristal para tomar un sorbo.

Kai.

Tomó otro.

Kai.

Tomó el último.

Kai.

¿Acaso su mente le odiaba?

...

Los sollozos de un joven inundaban en una lujosa habitación.

Kai estaba cubierto con una manta y en posición fetal, dando la espalda a la puerta de entrada. Se mordía levemente su dedo para no llorar aún mas fuerte.

Su nariz y mejillas estaban de un color rosado.

Pensando del porqué tuvo que enamorarse de él.

Uno puede elegir a quien amar y a quien no. Pero él simplemente no podía.

¿Era bisexual? ¿Y si es así, desde cuando?

¿Acaso el mundo en donde estaba le estaba haciendo sentir esto?

¿Acaso sólo es parte de un mundo para hacer una buena novela?

¿Cuando terminará?

¿Cuando él muera?

No, una historia de amor no termina así.

Toc, toc, toc~ Alguien llamó a su puerta y escucho como la abrían lentamente.

-Te dije que estoy bien, Davis. No es nada.- Dijo Kai con la voz temblorosa, tratando de disimular que no estaba llorando y no moviéndose ni un pelo.

-Kai, necesito hablar contigo.- Una voz grave sonó, era Adam.

𝘿𝙀𝘽𝙀𝙍𝙄𝘼𝙎 𝙄𝙍𝙏𝙀 ⇄ 𝙆𝘼𝙄𝘿𝘼𝙈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora