The Roads of Life

3. Déjà vu

Habían pasado tres días desde que la pequeña niña, ahora conocida como Lenna, había sido ingresada en el hospital. Tres días en que Liam y algunos de sus hombres se instalaron en un hotel cercano al mismo. Barbara la esposa de Liam, tuvo que retener el llanto cuando su esposó le relató lo ocurrido, ella sabía que Liam siempre había deseado tener más hijos y entre esos estaba una pequeña niña. Pero el destino no lo había querido de esa manera, Bárbara inmediatamente supo que deseaba darle todo lo que pudiera a la pequeña, sería una madre para ella hasta que encontraran a sus verdaderos padres, ella la protegería. Había hablado con Liam y ella y su hijo irían a Irvin, para el fin de semana, deseaba conocer a la pequeña y estar cerca de su esposo.

Habían revisado la mochila amarilla al derecho y al revés, solo habían encontrado dos cuadernos, una cartuchera con colores y crayones, un pequeño pez de peluche de color naranja, un termo azul transparente vacío, un paquete de galletas vacía, un par de monedas que no alcanzaban al dólar y una manilla hecha a mano de macarrones pintados de color verde. Eso era todo. En los cuadernos solo había dibujos, algunos de animales, de paisajes, de casas, de su familia, en varios dibujos su nombre estaba escrito, Liam deseaba que hubiera escrito el de sus padres, pero solo estaba escrito; mamá y papá. Liam estaba frustrado, en esos días la policía no había podido encontrar absolutamente nada de la pequeña, ni tampoco sus hombres, era como si la pequeña niña hubiera aparecido de la nada.

Lenna abrió los ojos, la luz le fastidiaba, su garganta ardía y se sentía débil y adolorida, se sentía desorientada, no sabía dónde estaba, ni quien era. Todo eso, ella ya lo había vivido, tiempo atarás, el sentimiento de déja vu era fuerte. No sabía cuánto tiempo había sido, parecía ayer. La pequeña empezó a recordar todo lo sucedido hacia tan solo tres días atrás, su dolor, su angustia, su miedo. El hombre, le había pedido ayuda. ¿Él lo había ayudado? No recordaba nada más, seguía sin recordar su vida, su nombre, su familia. Miro su alrededor y de pronto sospecho dónde estaba. Un hospital. Imágenes de ella sentada en una camilla mientras un doctor le tomaba la temperatura, invadieron su mente, había estado enferma y su madre la había llevado a un hospital. Los rostros de las personas de sus pocos recuerdos eran inexistentes. Se trató de incorporar, pero no lo logro. Una enfermera que pasaba para chequear el estado de la pequeña, la vio con los ojos abiertos mirándola fijamente. La enfermera corrió rápidamente a su lado y mientras le hablaba apretó un botón para llamar a otra enfermera. Lenna no dijo ni una sola palabra, se limitó a observar todo.

Cuando por fin llego el doctor, ya le habían avisado a Liam sobre la pequeña, este se encontraba en el hotel a la espera de su esposa, pero inmediatamente se puso en marcha hacia el hospital, dejando instrucciones claras a sus hombres sobre la llegada de Barbara. Mientras tanto en el hospital, el docto revisaba a Lenna, le hacía preguntas, pero ella nunca abrió la boca, si bien la pequeña comprendía un poco lo que le estaban hablando, le costaba mucho seguir la conversación y lo que estaba ocurriendo. Estaba tan desorientada que no le salía una palabra. El doctor ante la falta de habla de la pequeña se comunicó con el área de psiquiatría y pidió que viniese un especialista a verla.

Cuando el doc. se iba a marchar porque tenía otros pacientes que ver, saco de su bata una paleta de color rojo y se la entregó a la pequeña, a quien inmediatamente le volvieron a invadir imágenes de cuando su madre la había llevado al hospital. El doctor también le había dado una paleta redonda de color rojo, en ese entonces ella había respondido "no me gustan las paletas rojas, quiero una de color amarillo" Lenna quiera contestarle de la misma manera al actual doctor, pero no pudo. No sabía si en realidad no le gustaban las paletas rojas, así que sola la recibió sin decir una sola palabra.

Si bien el hospital estaba cerca del hotel, Liam llego en tiempo récord y subió corriendo a la habitación de la pequeña, cuando abrió la puerta de una manera un poco brusca y se adentró un poco más en la habitación, pudo ver a la pequeña con la cama un poco levanta en posición vertical y al doctor sentado con un solo pie en la camilla y una paleta en la mano y dos enfermeras paradas con carpetas en las manos al otro lado de la camilla. Todos observaron la entrada algo rápida del motociclista.