Capitulo 1

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A veces pretendía que el mundo a mi alrededor desaparecía lentamente, y de repente, al abrir los ojos, la realidad volvía a estrellarse contra mí. Todo era igual, no había amor, no había respeto ni lealtad, era un mundo lleno de odio y miseria, las personas dejaron de creer que la esperanza lo podía todo. Entonces, sin querer, lo vi.

Lo vi, saliendo de entre la neblina espesa del viejo bosque, era extraño lo que él solo verlo provocaba en mi pecho. Levantó la mirada y Dios, esa mirada salvaje y triste me hacía querer levantarme del tronco y correr hacía él, pero

¿Cuán descabellado es tener este tipo de sentimientos hacía un desconocido? pero un segundo después, él dejó de caminar y miró hacia mi dirección, estuve a punto de correr pero recordé que él no podía verme, estaba escondida entre los arbustos.

Sabía que debía encontrar un refugio esta noche, pero cuando nuestros ojos se conectaron a pesar que él no podía distinguirme, sentí que por un momento todo tenía sentido. Desvió la mirada y siguió caminando hacia el norte. Se me ocurrió esta genial idea de seguirlo, entonces sin que él se diera cuenta estaba siguiéndolo, agradeciendo la densa vegetación.

-Es mejor que dejes de seguirme, no creo que quieras saber lo que podría hacerte-.

Me detuve abruptamente, mi corazón amenazaba con salirse de mi caja torácica, juro que estaba siendo sigilosa. Recobré la calma y salí de la oscuridad.

-Lo siento, estoy perdida y llevo días sin ver a alguna persona y pens...-No terminé la oración y él ya estaba acercándose a mí.

-No, no piensas. ¿Qué tal si soy un cazador? ¿No se te ocurrió que podría matarte?-

Lo pensé pero vi su rostro y no pude contener las ganas de ir hacia él, su rostro se me hace tan familiar.

-Llevo tanto tiempo vagando por Arrow que puedo identificar a un cazador, y tú, solo eres un forastero malhumorado en busca de algo y ¿Sabes algo más? ¡Un maldito maleducado también!-. Estallé, mirando fijamente sus ojos.

Él tenía una belleza salvaje, cabello corto y oscuro, mandíbula dura y labios algo gruesos pero finos. Sus ojos eran lo que más llamaba mi atención, eran verdes como las hojas en el comienzo de primavera, con motitas naranjas, esos ojos me hacían recordar vagamente a alguien, no sé a quién exactamente pero eventualmente tendré una respuesta a eso.

-Perdida varios días ¿No?, y sin embargo, sabes cómo se llama este lugar, bastante creíble, chica.

Atrapada.

-Como sea, no eres un cazador.-

-Ciertamente no lo soy, pero no estoy tan lejos de serlo si continuas frente a mí en los próximos 10 segundos.-

Sonrió con malicia. ¿Dije que me encantaba su rostro? Claro, me encantaría estrellarlo contra el roble del frente.

Sonreí, -Tan tentador como suena eso, quiero hacer un trato contigo-.

Entornó los ojos y por un segundo pareció considerar lo que dije.

-No.-

Me dio la espalda y se puso en marcha retomando su camino.

-Solo dame un minuto...por favor-. Lo último salió como un susurro doloroso. Él era una oportunidad que debía aprovechar si quería llegar a Terra Nova y no iba a rendirme tan fácilmente, aun cuando la parte sensata de mi cerebro gritase que estaba cavando mi propia tumba. Dejó de caminar y sin darse vuelta -Tienes un minuto, si no me interesa tu oferta, seguiré con mi camino, y si descubro que estas siguiéndome, no dudare...miento, prometo que...-

Lo corte antes de que terminara la oración.

-Sutil. Bueno, necesito llegar a Terra Nova, sé que es un viaje largo y nos tomará 8 ó 9 días, pero a cambio te pagaré. Solo necesito protección, puedo cuidarme sola, pero estoy plenamente consciente de que un grupo de cazadores podría liquidarme.-

Dio la vuelta, mientras me estudiaba.

-Interesante, arriesgar mi vida por la tuya. Y ¿Cómo planeas pagar por mis servicios?- Dijo mientras me daba una sórdida sonrisa.

Maldito engreído.

-Sé cazar, puedo encontrar y armar buenos refugios, además tengo 10 monedas de oro, no es mucho pero prometo conseguir más.- Asintió y me dirigió una mirada aburrida.

-Lo siento, pero sigue siendo un no.- Sentenció y eso fue todo. La esperanza de que pudiera ayudarme se fue con esas últimas palabras.

-Siento haberte seguido y gracias –dije disimulando el temblor en voz, iba a llorar pero no frente él.

Me miró por un segundo más, antes que él voltease y siguiese con su camino, por un momento sentí un leve dolor en el pecho, pero lo dejé ir tan pronto como lo sentí y continué con mi camino, esperemos que las cosas no se pongan feas o al menos haremos el intento de vivir un día más.

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