"Eres De Mi Propiedad Jungkook!"

Cap.2

Estaba con Jimin en la entrada de la escuela, cuando de repente una chica me empujó con fuerza, casi haciéndome perder el equilibrio.

—¡Eh! ¿Qué te pasa? —exclamé, molesto, girándome hacia ella.

—¡Quítate! ¡No ves que va a pasar Kim Taehyung! —dijo, visiblemente emocionada, casi gritando mientras intentaba abrirse paso entre la multitud.

—¿Kim Taehyung...? —repetí, algo sorprendido, pero al ver su auto estacionarse en la entrada entendí rápidamente—. Ah, claro, Tae.

Me hice a un lado para no quedar en medio del torbellino de fans que comenzaban a murmurar y a moverse, todas con la mirada fija en la puerta. Miré hacia la entrada y ahí estaba Taehyung, bajando de su coche con esa aura que siempre llamaba la atención de todos. Se veía impecable, como siempre. En ese momento comprendí por qué las chicas se volvían locas por él. No era solo su apariencia, era su presencia, algo que emanaba sin esfuerzo.

Salí de mis pensamientos cuando escuché la voz de Jimin.

—¡Jungkook! Ya vámonos —me dijo, casi rogándome que nos fuéramos.

—Ok, vamos —le respondí, lanzando una última mirada a Tae antes de seguir a Jimin hacia la cafetería.

Mientras nos dirigíamos al lugar, noté que Jimin estaba inusualmente callado, así que decidí preguntarle.

—¿Qué pasa, Jimin? ¿Por qué querías irte de allí tan rápido? —le pregunté, mirándolo con curiosidad mientras me sentaba.

Jimin bajó la vista hacia sus manos, sin mirarme directamente.

—No quiero ver a nadie... Hacen demasiado ruido. Me incomoda —dijo en voz baja, casi como si no quisiera que lo escuchara.

—Ah, ya entiendo —asentí mientras tocaba mi estómago, sintiendo el hambre—. Bueno, faltan solo unos minutos para que entren las clases y yo ya tengo hambre.

Jimin me miró con una leve sonrisa, pero de repente pareció recordar algo importante.

—Perdón, Kookie... Me tengo que ir al salón. Me olvidé de que no terminé un trabajo y debo hacerlo ahora mismo —dijo, con una urgencia que me hizo sonreír.

—Está bien, no te preocupes —le dije, y antes de que se fuera, le di un beso rápido en la mejilla.

Lo vi correr hacia su salón mientras yo me dirigía a la cafetería. El hambre ya me estaba matando.

—Adiós, Jimin —murmuré para mí mismo, antes de hacer mi pedido—. Creo que me voy a desmayar si no como algo.

Pedí un café y un panecito, pensando en cómo había empezado el día. Entre empujones, Taehyung y la extraña actitud de Jimin, ya sentía que este iba a ser un día más raro de lo habitual.