Goyangi─[Todoroki Shouto]

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A Todoroki no le gustan los gatos, o por lo menos no tanto a comparación de sus amigos. Para el chico, dichos animales eran extraños, si bien no en una mala manera, consideraba que era más fácil cuidar de un perro que de un felino; ya que éstos últimos solían ser mayormente selectivos con sus cuidadores y de igual manera, a veces parecían tener altas expectativas con el mismo, como si tuvieran una clase de sexto sentido que les conectara a su dueño.

En muchas ocasiones el de cabello bicolor aceptaba llegar a sobrepensar el motivo por el que los mininos no le agradaban del todo, prestaba atención a la actitud de ellos porque en una diversidad de veces llegaba a sentir que le miraban despectivamente, como queriendo juzgar a su persona y qué va, es buen momento para admitir que el sentimiento era mutuo, o eso hubiera deseado creer hasta el día en que no tuvo otra opción más que "dejarse querer".

─¿Estás seguro de esto, Midoriya?

Las palabras del semi pelirojo salieron de su boca con una pizca de inseguridad. Su vista paseó por todo el lugar en el que se encontraban, no haciendo más que observar la variedad de gatos callejeros que por ahí se ubicaban. Shoto no aguardó a cuestionarse si la decisión de haberle pedido ayuda al peliverde había sido correcta, y es que bueno, ¿en verdad necesitaba un gato para deshacerse de aquello que le atormentaba? Ya habían pasado varios días, se atrevería a decir incluso que semanas desde que no podía dormir bien; se sentía vigilado, también había noches en las que llegaba a tener pesadillas o simplemente no pegar el ojo hasta unas horas antes de que sonara la alarma que correspondía para levantarse. Sumaba a todo eso que el ambiente en su hogar se tornó un tanto extraño; hacía frío en ciertas áreas de la casa, y aunque sonara estúpido, Todoroki afirmaba que en definidas horas parecía como si algo le consumiera la energía, muy por fuera de su ya mencionada falta de sueño. El chico con heterocromía estaba consciente de que varios de sus amigos solían indagar mucho en esos temas "paranormales" (pero cabe resaltar que el de hebras blancas no creía que fuera algo de ese tipo) así que nada más queriendo una opinión externa a su situación, optó por hablar con el curioso muchacho de ojos verdes, sin embargo, no creyó que éste le llevaría en busca de un gato por ser su opción más viable para deshacerse de "su visita".

─Por supuesto, ahora, ¿qué tal si te acercas un poco?

Midoriya le sonrió con una calidez que desbordaba serenidad, provocando que el casi imperceptible pánico del más alto disminuyera. Según lo que el contrario le había dicho, el gato debía acercarse a él, como una regla básica para conseguir un protector; Todoroki no podía ir en dirección al gato que más le gustara, el gato era quien escogería si ir con él o no: "Debe elegirte, sea cual sea el minino que decida ir contigo es porque sabe que podrá cuidarte, ¿sabías que los gatos son muy perceptivos? Parece como si vieran lo que nosotros no podemos, así que más te vale confiar en quien te elija". En el fondo, muy, pero muy en el fondo, sentía que todo eso era una completa estupidez sacada de algún foro para bobos en internet, ¿qué tan verídica era la información? No tenía idea, pero a esas alturas ya nada le costaba confiar en lo que le decían. Caminó con tranquilidad, percatándose del como cada uno de los gatos que se encontraban en esa calle no hacían más que observarle con indiferencia, inclusive parecía grosera su propia presencia; algo considerablemente obvio por el hecho de que un desconocido como él fue a invadirles su territorio. Era una tontería estar haciendo todo eso, todavía tenía tiempo para resignarse, así que sin siquiera pensárselo dos veces tomó la decisión de volver sobre sus pasos, pero no pudo ni por cerca tener la oportunidad de avanzar luego de darse la media vuelta.

Un gato.
Había un gato sentado
pocos pasos lejos de él.

Su mirada no vaciló y enfocó a Midoriya en busca de ayuda, pero éste solo le sonrió emocionado. Bien, tomaría su reacción como la señal de que ese gato era el indicado. Se agachó para estar más cerca del felino y con un poco de temor extendió una de sus manos, rogando internamente que el animal accediera a acercarse para tocarlo. Fue cuestión de segundos antes de que el gato con diversas manchas en su pelaje se dirigiera hacia él; frotando su cabeza contra la mano de Todoroki antes de volverse a sentar justo frente a su persona. ¿Ahora qué se supone que debía hacer? ¿Cargarlo y llevárselo así como si nada? ¿No iba a ser demasiado sospechoso? Como si fuera cosa de todos los días que alguien apareciera a llevarse gatos.

─Si sigues conmigo luego de dos cuadras aceptaré ser tu dueño.

Las palabras salieron de su boca con total naturalidad dirigidas al animal. Se levantó de su lugar y sin volver a divagar en sus propias acciones, emprendió camino hacia donde estaba su acompañante, quien aún emocionado, no esperó a comenzar una larga plática sobre lo bien que le iría al semi peli rojo ahora que consiguió su mascota. Beneficios, méritos y ventajas abundantes de tener un gato, ¿en serio dichas criaturas eran tan extraordinarias como les pintaban? Suponía que ahora tendría la oportunidad de averiguarlo, ya que dos cuadras después, aquel felino aún lo estaba siguiendo.

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Hola, sí, bueno; de verdad no vengo aquí a dar el discurso de siempre. En esta ocasión solo he venido a aclarar un par de cosas antes de continuar, la primera es el hecho de que estoy probando redactar temas nuevos; me han de disculpar si todo esto termina viéndose muy serio u raro, pero prometo hacer mi mejor esfuerzo para no dejar en flop la historia. La segunda es que será una historia corta, capaz de aquí solo salen tres o cinco capítulos, pero es para ver cómo me va con las tonterías que escribo; es un poco difícil retomar el rumbo en algo que te gusta luego de mucho tiempo, aunque he de admitir que me emociona. Ojalá les guste y espero se queden a ver qué tal.

-Shunsuke