El ave

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El colorín desgrana sus primeras hojas del año, como sabana mortuoria para el pájaro que en su base duerme, el sueño de los olvidados, junto a la florecita rosa que inmutable se mece, en una tarde calurosa.

Una mariposa blanca remolineando pasa y se aloja en él sombrero de un hongo negro, para de ahí volar a una niña vestida de escolar, con los ojos muy abiertos melodiosamente va cantando
"a la víbora, víbora de la mar, de la mar por aquí pueden pasar"
detrás su hermano el chico brinca de emoción, espolvoreando un diente de león y diciendo muy contento,
¡Me  he robado un puño de sol!

Se detiene la alegría cuando de sorpresa, bajo un árbol ven una ave toda tiesa, curiosos con la boca abierta hacen rezos por el ave muerta y su madre que cercana los contempla, muy seria los amonesta,

¡A ella no!
¡Nada más a los humanos!

Al oír los gritos se alejan asustados.

Y es que así son los niños limpios, inquietos y hacen rezos a todos lados.

León

22/oct/ 2003

A unos niños mirando un pájaro muerto, bajo un árbol.

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