Capítulo 31.

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Diamantes oscuros.
Capítulo 31.

-¡Chicas!- escuchamos un grito. Shelby y yo nos miramos.

-¿Qué necesitas, Mikka?- preguntó Shelby, amablemente.

-Bajen, estámos planeando la fiesta y necesitamos de su ayuda- ambas asentimos y Annie ignoró a todos y siguió con sus libros.

-¿Qué crees que quieran?- preguntó Shelby mientras bajabamos.

-No tengo idea- dije y nos reunimos con el resto de las chicas.

-Bien, ustedes saben que este es el último baile del año, pero no el último evento gigante- todas asintieron entusiasmadas-. Por lo que hemos decidido invitar únicamente a las Alpha a un último día de clases fuera.

-¿De qué hablas?- preguntó Isabella.

-Vamos a escaparnos- su ceja estaba levantada y todas nos miramos.

-Pero podrían eliminar la hermandad por eso- Shelby parecía preocupada.

-Oh, Dios mío, no. No permitiría que eso le pasara a mí tan querida hermandad. Haremos todo con cuidado. Diremos que es una excursión.

-Oh.

-Sí, y necesito que me digan quién puede ir- todas levantamos la mano. ¿Qué más da? Su apestosa hermandad jamás me ha gustado.

Y el resto de la semana lo vivimos entre exámenes, pruebas de vestuario, entrevistas de trabajo, llamadas secretas a Ronan y un montón de cosas para hacer.

Yo me sentía nerviosa, porque sabía perfectamente que estaba a días de saber si podría participar en la pasarela más esperada y básicamente me iba a la cama rezando por ello.

-Ese vestido es asombroso- casi lloro al ver a Shelby entrar a la habitación. Tenía un vestido color vino, largo y hacía que sus caderas se pegaran a la preciosa tela escotada en la parte de la espalda. Ella era preciosa.

-¿Vas a cambiarte ya?- ella me preguntó y corrí hacia el baño.

Quité mi vestido negro del perchero y lo coloqué sobre mi cuerpo rápidamente, bajé mi vista para buscar el par de zapatillas y junto a la regadera, miré una caja grande que mantenía un tono negro mate y en el centro el logotipo de Chanel.

Madre mía.

Abrí la caja y me di cuenta de que tenía una pequeña nota: "Para: Luna Beaulieu". Y eso era todo. La quité y un vestido amarillo apareció ante mí. Jale con cuidado de no romperlo y cuando estaba completamente fuera, mi respiración se fue; era precioso. Su corte era tan elegante y sensual que podría desmayarme tan solo de verlo. Era mas corto del frente que de la parte trasera y la tela era suave y muy bonita. El escote caía como un corazón marcado y estaba rodeado en los bordes por pequeños diamantes, yo me estremecí de inmediato, no pudo haber sido él. Yo podría casarme con quien me hizo este regalo. Y estoy siendo seria.

Me lo puse, coloqué también las zapatillas que venían incluídas en la caja. Estaba bien, pero, con todo y nuestra pelea, coloqué el dispositivo "buscador de diamante maldito" en mi bolso, en realidad siempre lo ponía en cada bolso que utilizaba, con la esperanza de que el grandioso diamante apareciera y Liam pudiese encontrarlo. Porque era mi trabajo y todas esas cosas.

-¿Todo bien, Luna?- Shelby preguntó y yo le respondí que sí, mientras me maquillaba más profundamente que otras ocasiones. Alacié mi cabello y le hice unas ondas en las puntas, me encantaba el resultado.

-¿Qué dices?- pregunté, entrando en la recámara. Shelby soltó el pendiente que se estaba poniendo.

-Dios mío, Luna- se quedó parada mirándome-, no puedo creerlo, Dios mío- respiró y yo me reí nerviosa-. ¡Estás hermosa!

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