aguas melancólicas.

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El amor no era algo que realmente muchos pudiesen presumir, ya que, encontrar a cierta persona especial era increíblemente difícil, esto siempre había sido dicho por muchas personas a lo largo de todo el Japón antiguo

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El amor no era algo que realmente muchos pudiesen presumir, ya que, encontrar a cierta persona especial era increíblemente difícil, esto siempre había sido dicho por muchas personas a lo largo de todo el Japón antiguo. Pero llegaba a haber excepciones, como cierta gran excepción situada en la era taisho.

El matrimonio que se conformaba de Rengoku Kyojuro y Tomioka Giyuu siempre había sido algo que muchas personas deseaban. Ambos eran importantes y grandes pilares además de un matrimonio amoroso, unido y siempre dispuesto a apoyarse en todo.

Pero justamente ahora, en ese momento, apoyo era lo principal que Tomioka Giyuu buscaba.

—Giyuu, cielo, ¿pasa algo?—. Rengoku miraba a su esposo sentado en el engawa algo pensativo. —Desde que regresaste de con Shinobu en la tarde estás algo extraño—.

El chico de oscuros cabellos sintió a su marido a su lado, junto con la bella vibra que él le transmitía, así que tomó la suficiente valentía como para suspirar y después de aquello; hablar.

—Todo está bien, pero...—. El rostro de Kyojuro ahora mostraba una ligera preocupación.

—¿Seguro que estás bien, cielo?—.

—¿Recuerdas que hace unas semanas hablábamos sobre el tema de tener hijos?—. Aquello salió de su boca con algo de miedo, ya que le aterraba la reacción que pudiera tener su contrario.

Rengoku simplemente sonrió besando la mano derecha de su esposo mientras asentía con la cabeza.

—Claro que lo recuerdo, ¿pasó algo con eso?—.

Tomioka asiente con la cabeza aún temeroso, causando un susto en el chico rubio que estaba junto a él, quien acarició sus mejillas.

—Oye...quiero que sepas que te amo y nada de lo que pase en nuestras vidas hará que deje de amarte—. Kyojuro junto su frente junto a la de Tomioka, quien sonreía un poco más tranquilo ante tales palabras. —Si no quieres decirlo, está bien, pero solo quería que supieras eso y estuvieras un poco más seguro de hablar—.

—Bien...—. Tomó una bocanada de aire antes de proseguir hablando, un poco más tranquilo gracias a las palabras de su esposo, cabe mencionar. —Estamos esperando un hijo, cielo—.

La expresión del chico a su lado cambió a una de sorpresa en pocos segundos, Giyuu estaba asustado a más no poder, pero aquel sentimiento se vio apagado al ver una enorme sonrisa en el rostro de su contrario.

—¿Estoy embarazado?—.

—Kyojuro...tú no lo estás—. Suspiró. —Pero yo si—.

Silencio.

Silencio era lo que ahora se escuchaba, pero pronto, los miedos de Giyuu se esfumaron cuando el rubio se acercó a él, abrazándole.

—¿D-De verdad hay un bebé nuestro creciendo dentro de tu barriga?—. Habló emocionado y con unas notorias ganas de llorar, pero fue cuando miró a Tomioka que le era imposible no llorar mientras le abrazaba. —Cielo, es la mejor noticia que me pudiste haber dado...Gracias, gracias por darme la oportunidad de convertirme en padre—.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2022 ⏰

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