aún recuerdo esa fría noche de mayo,
caminando estaba sobre el azabache suelo de pizarra, a mi parecer, de los suelos más bonitos que habré visto.
pasaban tantas cosas por mi cabeza,
pensamientos fugaces que se perdían en el gélido viento, de todos modos, no me esforzaba en retenerlos.
sentía el viento en mi cara, di un hondo suspiro y pensé:
qué rápido pasó todo ¿cuál era el sentido de todo eso?
tampoco quería retener eso, ni siquiera buscar una respuesta.
no había mucha luz, se podía apreciar de buena manera el claro de la luna, acompañada de incontables estrellas, esa era la vista del cielo en aquella noche, tampoco había ruido, sólo el sonido del viento, de la naturaleza y también, de vez en cuando, mi voz.
tanta paz en un solo lugar.
sólo disfrútalo, dije.
contempla, respira, y aprecia una noche más.