❝Son como un rompecabezas... sólo funcionan cuando están juntos❞
Portada hecha por marveltwd.
Los personajes pertenecen a Stephenie Mayer, salvo por Louisa y su familia. Todos los derechos reservados.
Fanfic Jasper Hale y Paul Lahote.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Louisa había evitado a ver a Paul por dos semanas, ¿la razón? Estaba perdidamente enamorada de él y eso la asustaba.
Sabía que Paul lo había notado y quería hablar con él, ser sincera y decirle todo lo que sentía pero eso era lo que le daba miedo, una vez que lo hiciera no habría vuelta atrás. Sería oficial: estaría enamorada de Paul y eso dejaría de ser un secreto. Además le aterraba lo que seguía, cuando dos personas están enamoradas suelen formalizar una relación, ¿y qué ocurriría cuando comenzara una relación con Paul?
Una parte de ella había soltado a Jasper, pero otra mantenía la esperanza de que el rubio apareciera algún día, ¿y qué le diría? ¿Lo siento? Sabía que su primer amor no tenía por qué ser el último pero eso era lo que ella quería, o al menos lo había querido en algún momento, ahora ya no estaba tan segura.
Lo único que tenía claro era que amaba a Paul, lo sabía perfectamente y estaba segura de ello. Pero no sabía qué hacer al respecto.
Lo había visto dos veces en esas semanas cuando acostumbraban a verse casi a diario y sabía que se acercaba el día en que Paul preguntaría por qué estaba así y exigiría una explicación razonable, y también se la merecía. De hecho, Louisa no sabía cómo había logrado aguantar tanto sin preguntárselo.
Los últimos días Paul había dejado de buscarla y eso no la sorprendió, cualquiera en su lugar habría hecho lo mismo.
Se metió a la ducha, intentando que el agua caliente la tranquilizara, pero resultó en vano, salió aún más nerviosa de lo que había entrado, si es que eso era posible.
Se vistió con una sencilla sudadera gris, ésta le llegaba casi a las rodillas, había pertenecido a su padre. Era la primera vez que la usaba desde su muerte.
Escuchó que tocaban la puerta y sonrió. Pizza.
Bajó las escaleras descalza, casi corriendo.
—Paul.
A diferencia de todas las veces que lo había visto, esta vez tenía el rostro ensombrecido, sus ojos destellaban tristeza, además de coraje, un profundo coraje.
—Ya me cansé, Evans, no sé a qué estés jugando, pero no planeo ser parte de ello.
Louisa suspiró dejándolo pasar, pero Paul no entró, se mantuvo justo donde estaba.
—Es a lo que me refiero, tú esperas que las cosas sean normales, que estemos juntos y pasemos un buen rato para después volver a ignorarme. Ya lo entendí, Evans.
—¿Entendiste qué, Paul?
—Que así eres tú, te alejas en cuanto comienzas a pensar demasiado las cosas, ¿no has pensado en cómo me lastimas? Y no me digas que no, pasas el día martillándote la cabeza con tus ideas.
Sintió como las lágrimas le enjugaban los ojos, pero no derramó ninguna.
—No llores, Evans, sólo lo harás más difícil para ambos. Lo entiendo, ¿sabes? Nunca seré el vampiro del que estás enamorada y tampoco pretendo serlo.
