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–Doyoung, por favor, quedé en salir con los chicos y– entonces me interrumpiste.
–Pero, es nuestro aniversario, yo creí... Olvídalo– suspiraste–... Diviértete con tus amigos, yo supongo que llamaré a Taeyong y a Jungwoo...– quitaste la mirada y tu voz se apagó, estabas herido y no me importó.
–Claro, muy seguramente vas a revolcarte con uno de ellos, no me sorprendería–solté una risa burlona, tu abriste los ojos como platos y me abofeteaste, lo merecía.
–Vete al infierno– diste la media vuelta y te fuiste.
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–Amor, traje galletas, de tus favoritas– anuncié entrando al departamento, no obtuve respuesta– Bebe? Estás ahí?– saliste de la cocina con una tasa de chocolatada en las manos. Dejé las bolsas en la mesita de centro y abrí los brazos esperando que te acercaras
–Mhm, puedes dejarlas en la mesa, las comeré luego– me pasaste de largo y entraste a tu habitación, no a la nuestra.
Bajé los brazos lentamente viendote ir, aún estabas enfadado.
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Un mes después las cosas marchaban bien, pero yo tenía que arruinarlo...
–No, no me gusta que salgas con Rowoon y lo sabes– te reclamé de nuevo
–A mi nunca me ha gustado que salgas con tus "amigos" y nunca te lo he prohibido, crees que no me doy cuenta que ese tal YuGyeom se la pasa de resbaloso?– cruzaste tus brazos sobre tu pecho mirandome con ira
Es diferente y lo sabes...– gruñí entre dientes, rodaste los ojos.
Sacaste tus llaves del bolsillo de tu pantalon y las arrojaste a la mesa
–Eres un imbécil, se acabó, no me esperes, hoy me quedo con Taeyong– tomaste tu celular y tu abrigo para luego salir azotando la puerta.
Habías terminado conmigo, pero intenté no darle importancia pensando que tarde o temprano tenías que volver por tus cosas, pero no soy tan fuerte como creía.
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Habías regresado dos días después, pero te encerraste en tu habitación ignorandome.
Tenía que arreglar las cosas, así que llamé a tu puerta con nerviosismo.
Estaba abierta así que al no recibir respuesta la abrí lentamente. Estabas leyendo tu libro favorito "La Lluvia Sabe Por Que", me miraste de reojo mientras me sentaba al pie de la cama.
–¿Que quieres?
–Hablar con mi chico– intenté sonreir pero solo salió una mueca.
Ah, entonces creo que te equivocaste de lugar– hablaste de manera hostil y cambiaste la página
–Doyoung por favor... – supliqué.
–Oh, se llama Doyoung! Que coincidencia, a mi suelen decirme así– fingiste sorpresa, usualmente estrujaría tus mejillas mientras te digo lo tierno que te ves, pero no sé que tan receptivo seas en estos momentos.
–¿Te suena? Es un poco más bajito que yo, tiene el cabello negro, parece un conejito, muy hermoso, y– elevaste tu mano en señal para que me detuviera
–No, no me suena Yoonoh, podrías dejarlo? No tiene sentido
Intentas levantarte, pero lo evito tomandote de la muñeca.
–No, Doyoung, dejame hacerlo,o, Doyoung, dejame hacerlo, quiero hacer las cosas bien, se acuerdo? Sé que posiblemente me odias en estos momentos y lo merezco, estaba demasiado ocupado saliendo con los chicos que siempre te lastimaba, debí haber pasado más tiempo contigo– suspiré– Sé que soy un imbécil y puedes decirlo, pero este imbécil te ama, nunca te lo he dicho y no sabes como me arrepiento, por eso lo digo agora, y espero no sea muy tarde para pedir otra oportunidad, porque te amo más que a nada en el mundo y deberías saberlo, eres muchísimo más de lo que puedo llegar a merecer, amo cada pequeño detalle de ti, y si me das otra oportunidad, prometo no decepcionarte.
Miré tus ojos, estaban cristalizados y mordías fuertemente tu labio para no llorar. Aún que yo si lo hice.
Suspiraste y me abrazaste, correspondí al instante aprentandote fuertemente contra mi. Dejé un beso en tu sien acariciando tu cintura.
–Sé que hay algunas cosas que no podemos cambiar, no podemos volver en el tiempo, pero prometo que voy a dar todo de mi para que la relación funcione, te amo Doyoung– susurré contra tu cabello, te separaste ligeramente y me miraste.
–Yo no he dicho que si, solo te abracé– reíste inocentemente mientras pestañeabas y yo me paralicé.
–¿Q-que?
–Es broma, está bien Jae, vamos a darnos otra oportunidad– entonces me besaste suavemente.
Prometo no fallarte de nuevo.
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