cinco

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IV de Sufjan Stevens sonaba en los oídos de Jungkook, mientras que su mente se preguntaba cómo reaccionaría Yoongi cuando la tocara para él.

¿Sonreiría otra vez, sólo para sus ojos?

El castaño suspiró, sin poder evitar soltar una carcajada. Allí estaba, nuevamente; sentado alrededor de una multitud, perdido en sus pensamientos y suspirando como si estuviera loco.


Ya nada era lo mismo para Jungkook. De alguna manera, todo lo regresaba a Yoongi.
La música no era la misma si no era Yoongi quien estaba a su lado escuchándola con él. Los caramelos de fruta y el café ya no tenían el mismo sabor y, cuando llovía, sólo se preguntaba si Yoongi estaría mirando la tormenta desde su ventana también.

¿No era eso estar loco?

"Te saldrán arrugas si suspiras tanto."
Y eso bastó para que los ojos del menor se iluminen y su cabeza se eleve hacia el dueño de esa voz ronca y grave que se estaba sentando junto a él. Jungkook sabía que estaba loco, pero nada le importaba más que la compañía del mayor y nada lo tranquilizaba tanto como su voz.


Y, sin dudas, nada lo volvía tan feliz como tocar el piano con él.

evangelion : yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora