Una Vez Más

13

—No la soporto más Tae, se la pasa siempre que puede encima de Woojin coqueteándole...¡incluso en mi propia cara!

Chan y Taeyeon tenían su fin de semana de compras en el centro comercial.
La chica escuchaba paciente que su amigo decía, soltando todo lo que hacia días, se notaba, que quería decir.

—"Oh los alumnos hablan tan bien de usted, Woojin-ssi usted es tan amable"..."Oppa, me puede ayudar en esto, soy tan torpe"...Oppa esto, Oppa aquello, OPPA MI TRASERO

El rubio estaba que echaba humo por las orejas. Jiwoo, tal como había dicho, se la pasaba todo el tiempo que podía encima del castaño, sin ningún disimulo delante de todos su compañero de trabajo, delante de él.

La chica actuaba muy linda frente a Woojin pero a la vista Chan se volvía arrogante, incluso llegaron chocar sus hombros por los vacíos pasillos, ya que cuando estos se hallaban repletos de estudiantes era una cosa diferente, Chan se encontraba haciendo un esfuerzo sobrehumano le sonreía y saludaba, solo para no levantar sospechas con los alumnos y demás profesores, sobre el severo odio que le tenía.

No le decía nada a Woojin al respecto, no quería sonar como un niño pequeño que no sabía defenderse por si sólo. Pero ya estaba algo cansado.

El castaño por su parte trataba todo el tiempo de evitar a la mujer, la situación ya le molestaba demasiado, primero, era él a quien atosigaba todos los benditos días y segundo que su rubio, como claro se notaba, estaba muy celoso y furioso con la pelinegra, cosa que no le gustaba.

Juntos había quedado en dejar que el tiempo pasara un poco y la chica desistiera, pensando que, por ser algunos años menor a ellos todo se trataba de un enamoramiento infantil, como en años anteriores había pasado con muchas alumnas. Pero apenas dos semanas habían pasado y no habría señales de que esto parara.

—Tómala de los pelos y haz de escoba con ella, barre todo el Instituto, pero avísame cuando lo hagas, así te hecho una mano o tal vez lo grabe

Juntos rieron por largos segundos.

—Ah, que haría sin ti mi querida Tae

—Lo mismo me pregunto mi querido Channie, siempre puedes contar conmigo, para lo que sea, verás que esa idiota se cansará, verá el amor que Woojin te tiene y desistirá de sus idioteces

—Eso espero

Pasaron las horas, hablando de muchos temas, sin percatarse de que el sol comenzó a esconderse.
Tomaron todas sus compras y un fuerte mareo, invadió en cuerpo del pálido, pero simplemente decidió ignorarlo. Caminaron hacia las escaleras mecánicas para así poder salir del centro.

—Tae..., no me siento bien—dijo el pálido,una vez que habían bajado de la escalera, mientras que llevaba una de sus manos a su cabeza.

La pelinegra le miró preocupada, y su preocupación aumento más, al verlo más pálido que de costumbre.

—Chan, ven, debes tomar asiento

Tomándolo levemente de la cintura, caminaron un poco, hasta una de las bancas más cercana.

Por otro lado, Chan sentía que todo a su alrededor se movía y que pronto caería al piso.

—Me siento mareado.

—Tranquilo, debes tomar un poco de agua.

Taeyeon se volteó, y busco en una de sus bolsas, la botella de agua que traía consigo, la abrió y se la entrego a Chan
Con un revista que se encontraba en la banca, comenzó a generar, un poco de viento.

Chan bebía de a pequeños sorbos el agua, esperando a que el mareo lo abandonará. Cosa que comenzaba a suceder, poco a poco.

—¿Te sientes mejor?

El rubio se limitó a asentir levemente. Por unos cuantos minutos más, esperaron a que Chan se sintiera completamente bien.
Aunque el pálido insistía en que se encontraba perfectamente, algo en Taeyeon le decía que no, y Chan sólo rodaba los ojos ante lo tan preocupada que es su amiga.

Cuando Taeyeon, sintió que Chris podía ponerse de pie, emprendieron camino hacia la salida del edificio.

—Tae... Por favor, no digas nada frente a Woojin. No quiero preocuparlo.

La pelinegra lo pensó un poco, era lo primero que iba a decir al llegar a la casa del rubio. Y quedarse ella misma a cuidarlo. Aunque Woojin intentase correrla.
Pero si Chan, no quería preocupar a Woojin, no le quedaba de otra que aceptar. Así que, dudosamente asintió.

Chan le agradeció con una sonrisa cansada. El camino al apartamento del rubio, fue silencioso, simplemente no había palabras, para ser pronunciada en ese instante.

Una vez llegando al edificio en donde el rubio alquilaba el departamento.
Caminaron hasta el elevador. Chan trato de mejorar su aspecto, –o al menos, no hacer notar en su totalidad lo pálido que se encontraba en ese instante– aplicándose un poco de maquillaje en su aún algo pálido rostro. Sabía que el castaño se encontraba arriba y si lo veía en ese estado, millones de preguntas caerían sobre él.

Caminaron unos pocos metros, y llegaron a la puerta de la casa del rubio, quien soltó un suspiro e intento calmarse y actuar normal.

Tomo la manija de la puerta y la abrió, se adentro junto con Taeyeon, quien venía atrás.

—Ya llegue Woo~

Un sonriente Woojin, fue a recibirlo a la puerta, seguido de los dos caminos que poseía Chan.
Pero su sonrisa, poco a poco, se perdió al ver el rostro cansado del menor.

—Channie....¿Te encuentras bien?

Mirándose cómplice junto a Taeyeon, decidió responder.

—Si, sólo estoy algo cansado, no es nada

A Woojin le pareció extraño eso. Cuando Chan salía de compras, no importaba cuántas horas pasaba caminando, y más si iba con Taeyeon, quienes recurrían alrededor de tres veces el centro comercial. Nunca se cansaba, siempre llegaba a casa con una enorme sonrisa.

—¿Seguro?

—Si, cariño, tranquilo...Tae..., gracias, fue un gran día, me divertí mucho.

—Si lo fue, duerme un poco, así pasara el cansancio ¿Bien?

La pelinegra acarició, el cabello del pálido, sonriéndole amablemente se fundieron en un abrazo.
Y la hora de emprender camino a casa llegó, tenía que dejar a Chan descansar y ella a guardar toda la ropa que habría comprado.

— Adiós, Woojin, buenas noches.

— Adiós, cuídate Taeyeon, gracias

La pelinegra le brindo una cálida sonrisa y se fue del lugar, llenado a su propio hogar.

Por otro lado, Chan, tomo las bolsas que habría traído, llenado a su habitación, seguido del castaño.

—Woo~ dormiré un poco.

Dijo mientras dejaba las bolsas a la par de la cama y se tiraba en dicho mueble.
La risita del moreno se escuchó en la habitación.

—Esta bien, descansa. Iré a preparar la cena.–depositó un beso en la frente de su rubio, para después tomar una de las mantas, y taparlo para que este no sintiera frío.—ten dulces sueños, Channie