Era 31 de diciembre y Jungkook se sentía muy feliz, pues hoy era año nuevo y estaría con su prometido, Jung Ho Seok. Un hombre amable y atento que amaba a los animales, la naturaleza y mas que nada, a Jungkook.Era unos tantos años mayor que el muchacho, pero eso no fue impedimento para que el amor les brotara.
El mayor de ambos terminaba de preparar la cena en la cocina y Jeon lo esperaba en la sala tranquilamente mientras veía el jardín a través de los grandes cristales de la casa.
Bajó su mirada a su mano izquierda viendo el bonito anillo de compromiso que tenía en su dedo anular.
Sonrió con cariño al recordar como el hombre le pidió matrimonio. Como frente a tantas personas de aquel festival navideño en Nueva York le prometió entregarle su amor y atención por el resto de su vida solo si aceptaba casarse con el.Y su piel se volvió a erizar como en aquel momento, en el que aceptó.
Estaba tan feliz, ahora mismo no le faltaba nada.Seguía tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando su esposo llegó a la sala con la cena en manos y una linda sonrisa.
- ¿En que tanto piensas? -le habló el hombre con una sonrisa en su rostro.
- No es nada, solo recordaba cosas -dijo contagiándose de la risa de su pareja.
El hombre le entregó uno de los platos y comenzaron su cena mientras reían y platicaban de cosas al azar.
Dieron las 11:45 de la noche, a unos momentos de recibir el año y ambos habían terminado su cena.
Repentinamente Jung quedó en silencio mirando hacia el frente, mientras le daba un gran trago a su, probablemente, octava copa de vino.- ¿Recuerdas como nos conocimos? -habló repentinamente sin mirar al menor.
Jungkook sonrió y habló.
- Claro que si, tú estabas jugando tennis y te accidentaste, después fui yo a ponerte una venda en el tobillo -dijo riendo mientras recordaba a su pareja decirle "no está inflamado, no pongas vendaje", cuando en realidad por la hinchazón ni siquiera se podía acomodar bien el zapato.
Hoseok rió y se terminó de un solo trago lo que le quedaba de vino.
Suspiró y abrió un cajón del mueble que estaba al lado del sillón tomando un pequeño cuadro de marco dorado y pegándolo en su pecho.
- Quiero mostrarte algo -habló sin más, recibiendo un asentimiento un tanto confundido de Jeon.
Giró el cuadro hacia el chico, quien lo tomó en sus manos y lo analizó.
Tenía una foto de una chica, una muy bonita. Tenía rizados y alborotados cabellos pelirrojos, una piel bastante blanca y en sus labios pintados de un intenso rojo había una sonrisa muy grande. Sus ojos estaban cubiertos por unos grandes lentes de sol blancos y con una de sus manos sostenía una sombrilla.
El chico tomó el cuadro en sus manos y volteó a ver a su pareja tratando de encontrar la explicación en su mirada.
- Ven, bailemos -dijo el mayor y Jungkook aún más confundido por toda la situación solo asintió tomando de la mano a su prometido.
El hombre reprodujo en el antiguo tocadiscos una linda y lenta canción. "Put your head on my shoulder", una canción que Jeon había escuchado en algún video de internet o en algún lugar, pero que se quedó grabada en la mente del muchacho por alguna razón.
Comenzaron a valsear al ritmo lento de la canción, y como si la canción se lo hubiera pedido, Jungkook recargó su cabeza en el hombro de su pareja, inhalando su aroma, queriendo grabarlo en su mente.
- Esta canción es mi favorita -habló acariciando la cintura del más joven- y la chica que acabas de ver se llama Mitch.
Jungkook levantó su cabeza y lo miró a la cara.
- ¿Y por qué estás triste? -Jungkook quería saber más.
- Cuando yo tenía alrededor de 20 años, conocí a Mitch. Ella era Americana, provenía de Chicago. Ella no hablaba coreano, y yo no hablaba tanto inglés, pero me mostró esta canción y siempre en los días lluviosos solíamos bailarla. Después supe que significaba cada verso y palabra, y pude decirle lo tanto que la amaba, y gracias a esto, ella podía entenderme. -habló mientras veía los brillantes ojos del muchacho.
- ¿Y qué pasó con Mitch? -dijo Jeon aún más curioso.
- Mis padres desde un inicio me prohibieron estar con ella, ya que al ser el hijo mayor, tenía que contraer matrimonio con alguien de mi misma nacionalidad y clase social -dijo desanimado- nunca les hice caso y siempre solía escapar con Mitch a cualquier bosque o lago lejos de la ciudad. Pero el día en el que cumpliríamos dos años de relación me dieron la peor noticia. Mitch había fallecido.
Entonces la piel de Jungkook se erizó y el mayor siguió hablando.
- Mitch tenía una horrible enfermedad, la cual le iba desgastando cada uno de sus órganos hasta el punto de dejarlos inservibles por completo. Ese punto de la enfermedad se cumplió y Mitch jamás llegó al parque en donde nos veríamos. -entonces una lágrima rodó sobre la mejilla del mayor- ¿Pero sabes algo? Ahora siento que Mitch te envió a mí para poder amarte y casarme contigo.
Entonces sin darse cuenta, Jungkook estaba llorando. No podía imaginarse lo doloroso que sería perder a alguien de quien estabas tan enamorado. Entonces miró a Jung al rostro y habló.
- Si fue Mitch quien nos unió, quiero agradecerle por darme la oportunidad de amar a alguien como tú -habló para después acomodar de nuevo su cabeza en el hombro del mayor.
Siguieron danzando al ritmo lento y romántico de la canción mientras que Hoseok la tarareaba.
El gran reloj antiguo que tenía Hoseok dio unas campanadas señalando que ya eran las doce de la noche; Año Nuevo.Un espectáculo de fuegos artificiales se vió a través de los grandes ventanales, pero ninguno se esmeró en separarse.
La misma canción volvió a repetirse y ambos la volvieron a bailar sin problemas.
Por qué Jungkook así quería estar, sin problemas.
Ahora estaba más feliz que nada por compartir tan bello momento con su pareja.
Y Hoseok no se queda atrás, esta igual o aún más alegre que el menor.
Ambos se sentían tan bien, tenían una gran euforia y una satisfacción enorme de estar en los brazos del otro que ni las palabras mismas podrían describirlo.
Se amaban, se complementaban, y eso, al final de cuentas, siempre será lo mejor y más importante.
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S w e e t p a s t - hopekook (one shot)
FanfictionEn una noche fría de año nuevo, Jung Ho Seok le muestra a su pareja una hermosa canción, la cual le ha encantado desde su juventud. Pero Jeon Jung Kook no sabe que es la misma que le trae tristezas y borrosos recuerdos de un dulce y rebelde amor.