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Me sonrojé yo también y mi único pensamiento era...¿¡pero QUÉ COÑO HAGO YO EN PIJAMA?! Este chico delante mío con esos ojos, con su beanie...y luego yo con mi pijama y el moño de recién levantada...
-Uhmmm...¿Hola?-insistió.
Salí de mi ensimismamiento.
-¡Hola!-exclamé gritando sin darme cuenta.
Seguro que le había asustado...menuda rara.
-Ya veo que no soy el único al que parece que le vaya a explotar la cabeza.
Reí. Chillando. Otra vez. Silencio. Reaccioné tarde. Cagada otra vez.
-Y...¿tú quién eres?-pregunté mirando la suelo. Mirando sus chanclas.
-Soy Luke-sonrió-pero lo interesante es, ¿quién eres tú?
¿Luke? ¿Cómo el hijo de Liz? Reacción tardía de nuevo.
-¡Sí! Sí, sí, sí, me llamo Lídia-respondí.
Pareció soprenderse.
-¡Tú eres ella!-exclamó-Quiero decir, ella, ella-dijo poniéndole énfasis al último ella.
-¿Yo soy ella?-pregunté.

~Narra Luke~
Seré idiota..."¡Tú eres ella!" ¿Quién iba a ser sinó? Ella es la única española que hay en casa de Michael que se llame Lídia...pero si mi madre se había pasado toda la noche hablando de ella, que si visítala, que si sería una buena amiga...
Ella mientras tanto me miraba con esos ojos verdes que pueden llegar a ser inquietantes porque, joder, ¿quién le mandaría ser tan expresiva?
-Mi madre me dijo que tenía que conocerte-me sonrojé. Genial, Luke.

~Narra Lídia~
-¡Y tú eres Luke! ¡Tu madre es Liz!-dije. Sabias palabras Lídia.
Silencio. A lo lejos pude oír a Karen chillando:
-¡Lídia, cariño, tus tortitas ya están!-y también-¡MICHAEL CLIFFORD! ¡SAL AHORA MISMO DE LA DUCHA O TE SACO A SARTENAZOS! ¡LLEVAS SIGLOS AHÍ DENTRO!
Luke y yo reímos.
-Es como una sirenita-dijo Luke-Inevitable.
Intentamos aguantar la risa, pobre Michael, pero no pudimos.
Le pregunté el porqué de su visita.
-¡Ah! Sí, ya casi lo olvida...bueno, como todo siempre...da igual, toma-cogió una bolsa que tenía a sus pies-Michael se dejó esto el otro día en mi casa.
Me dió la bolsa que contenía libros de matemáticas y libretas.
-Así que...¿tú eres amigo suyo?-pregunté.
Luke calló y con su cara ya noté que no era la mejor pregunta. En ese momento llegó Karen.
-¡Luke!-Karen le abrazó-¡Cuánto has crecido! Hacía años que no te veía...aunque tu madre ya me mantiene informada-le guiñó un ojo.
-¿Qué tal, Karen?-saludó Luke.
-Pues muy bien, hijo, como siempre-sonrió-Lídia, deberías entrar o se te enfriará el desayuno.
-Sí, sí, ya voy-dije-Adiós, Luke, ya nos veremos.
-Hasta otra, Lídia.
Le sonreí y entré. Cuando llegué a la cocina, me senté junto a Michael "El Sireno" y vi como Karen hablaba con Luke. Parecía insistirle a que entrase pero él se negaba hasta que Karen se cansó y Luke se fue. Al llegar Karen a la cocina Michael habló:
-¿Qué hacías allí tanto rato?-parecía molesto.
-Nada, preguntarle por Jack, Ben...ya sabes, hacía mucho que no le veía-explicó restándole importáncia.
-Pues yo le veo cada día y no es nada del otro mundo-acabó sus tostadas y se fue.
Eso me respondía a la pregunta a Luke antes y a su silencio.
-Michael...-empezó su madre.
Yo a todo esto parecía estar viendo un partido de tennis.
-Déjalo ya mamá, por el amor de Dios, deja de intentarlo-dijo Michael y desapareció del comedor.
Preferí no preguntar, acabé el desayuno y me fui a mi habitación. Desde allí podía escuchar una guitarra, seguramente sería Michael. Después de un buen rato estirada en la cama tirando una pelota hacia arriba pensando en que harían por casa, dormir seguramente, decidí hacerle una visita. Piqué a su puerta y solo escuché un seco...
-Qué.
No era una pregunta y lo capté al instante.
-Perdona, no quería molestar-dije.
-¡Lídia! No, no, tranquila, pensaba que sería mi madre otra vez. Pasa.
-Gracias-pasé y me senté en una especie de cojín gigante en el suelo delante suyo.
La habitación era como la mía pero llena de pósters de diferentes bandas...todas parecían estar allí. Después de rato sin hablar en el que solo se escuchaba como Michael tocaba "Holiday" dije lo primero que me pasó por la cabeza:
-¿A qué hora saldremos hoy?
-No sé...más o menos después de comer.
-Ajá...
Callamos otra vez. Empezó tocar "The A Team". Me sorprendió ese cambio tan "brusco" pero para ver si se animaba empecé a cantarla.Para mi sorpresa, me acompañó. Pasamos las horas así hasta que tuvimos que ir a ayudar a Karen a poner la mesa. Me levanté para salir pero me entró curiosidad y me giré.
-Mike...eso de antes...¿era por Luke, verdad?
Respiró hondo.
-Sí...¿sabes?-dijo.
-Dime.
-Algún día lo sabrás todo, estoy seguro, pero...
-...pero ese día no es hoy. Lo pillo, no te preocupes, no me incumbe.
-No, no, no pasa nada, es solo que no quiero hablar de ello ahora.
-Claro, ¿te espero o...?
-No, ves tirando, ya voy-dijo Michael.
Y cerré la puerta.
Después de comer, Michael me dijo que nos iríamos ya de ya porque habíamos pasado horas en la cocina simplemente hablando de esto y de lo otro. Fui a vestirme y arreglarme y nos pusimos de camino.
-Te llevo allí básicamente porque la vida de cualquier adolescente es, o bien, el centro comercial o, la playa, pero hoy no es que haga un día maravilloso-explicó.
Tenía razón. El cielo empezaba a cubrirse con enormes nubes grises y negras.
-Bienvenida a la otra punta del mundo donde te venden que siempre hace sol-pensé en voz alta.
Michael rió.
-Supuestamente siempre hace sol, pero has coincidido con el mal tiempo australiano.
-Soy un amuleto de la suerte, lo sé. Envidiable-dije.
-Ay, ay, Lídia...-reía Michael-no te preocupes, te lo habrá pegado Luke...-rió.
Al ver que yo no reaccionaba, calló. Silencio.
-Oye, retiro lo dicho sobre él-dijo. Luke.-Me ha salido sin pensar. No sabes lo mucho que me recuerdas a Calum...-Otra vez ese Calum. Sí, ese por el que fui en un taxi apestoso.-En parte, sí, sí tienes mala suerte ya que el verano ha sido fantástico y caluroso, tu estancia aquí podrá llegar a ser bastante fría y horrible. Ya hemos llegado.
Aparcó y al entrar en el centro comercial me llevó durante horas y horas de tienda en tienda. Lo único que salía de mi boca era:
-Eres peor que una mujer en rebajas...
Y seguíamos andando a todas partes.
Tienda de música: "¡Mira allí!" "¡No, no aquí!" "¿Debería comprarlo? No lo tengo..." Pero esto en cada estante con 10 CDs mínimo.
Tienda de ropa: tres cuartos de lo mismo. Hay un mujer poseyendo ese cuerpo, lo juro por lo que más quieras.
Tienda de donuts: "Uno de cada, por favor" 15. Quince jodidos bollos, donuts y galletas todos diferentes. De todo.
4 horas dando vueltas hasta que llegamos a una librería. Allí le perdí. Por si fuese poco no saber donde me encontraba, tenía dos plantas la maldita tiendecita.
Le busqué por todas partes. Nada. Volví al coche y no estaba. Dí vueltas en el aparcamiento y ni rastro. Pánico. Intenté llamarle. Sin cobertura. Volví a la puerta del centro comercial, bueno, a la salida...NI IDEA. Ni jota de donde estaba. Llamé dos veces y por fin lo cogió...
-¿Diga?
-¡Michael!-dije-¿dónde estás?-silencio al otro lado...solo...¿disparos?
-Mmmm...¡muere!-exclamó-¡No seas petardo! ¡Muévete!
-¡CLIFFORD!-chillé.
-¡Sí!
-¿Dónde estás?
-En casa de Calum.
...Calum...Calum...Calum...
-Y, ¿qué haces allí?
-Es que te he perdido y luego te he encontrado embobada com tres libros a la vez y he pensado darte tiempo y entonces me ha llamado Calum.
-¡No se tardan horas en mirar libros! ¡Podrías haber esperado!
-Pero tú parecía que tardarías la vida-se quejó.
-¿Tiene pizza verdad?-pregunté. Aunque ya sabía la respuesta.
-¿Quién?
-Ya sabes quien, Michael.
-Sí que tiene...y videojuegos también.
-Genial, gracias-colgué.
¿Y que se suponía que debía hacer en ese momento? Gracias a mi suerte llovía y al estar enfadada no podía pensar con claridad y en vez de meterme dentro, me quedé fuera maldiciendo y hablando sola.
-¡Yo mato a ese Calum!-empecé-¡Yo tengo tetas! ¡VAMOS A VER! Solo le falta tenerlas-chuté un lata. Cayó en medio de la carretera.
-¡¿Estás loca o qué?!-chilló alguien- ¡¿Quieres matar a alguien?! ¡¿Provocar un accidente?!
-¡Me cago en la madre que...-ese alguien me cortó.
-¡Ni se te ocurra acabar esa frase!-dijo.
Me giré y encontré a un chico rubio señalándome con un dedo acusador.
-¿Me dirás TÚ lo que debo hacer?-dije sarcásticamente.
-Si es necesario, sí.
-Anda y vete un rato a...-me tapó la boca con su mano y me apartó contra un pared pero sosteniéndome con su otra mano...
Le mordí.
-¡La madre que...
-Ni se te ocurra acabar esa frase-le corté.
-Uhmmmm...me gusta...un placer, soy Ashton.
-Lídia-reí y le estreché la mano.

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Hola de nuevo!! Siento no colgar muy amenudo pero casi nunca tengo tiempo y intento hacer lo que puedo, pero NUNCA me olvido!
Espero que os haya gustado, ahora puedo decir que empiezan cosas interesantes!
Thanks for reading,
Lídia xx

Let me fix you (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora