Se alistaba, abrochándose el cinturón, la corbata y los botones de la camisa formal, sacudiendo los pliegues.
Profundizó su camisa en los confines del pantalón, buscando en el armario de tonos grises sus calzados. Unos zapatos de años, pero relativamente lento su desgaste por el cuidado minucioso.
Entre su peinadora encontró lo que andaba buscando, un collar, una baratija, no, un símbolo que lo identificaba como el capitán de la pandilla Corazón.
Una pandilla que formó cuando aún era un estudiante de escuela.
Inició en su primer año, cursando como estudiante de secundaria básica, conociendo a su mejor amigo, Bepo, en una clase que los obligó a convivir juntos, empatizaron al instante, después, sin tardar mucho se unieron unos chicos llamados Penguin y Shachi.
Al principio eran solo ellos cuatro; luego fueron llegando más y más. Su grupo a finales del bachillerato eran en total veinte. Un equipo bien estructurado y formado que cubría a capa y espada a los suyos.
En aquellos tiempos en su instituto era muy popular la agrupación de gente cuyos propósitos eran divertirse, o mejor dicho, la agrupación de los "problemas" según el concepto de los maestros que veían a sus alumnos unirse o formar.
Borboteaban por doquier, y los nuevos grupos que se querían dar a relucir, se frenaban con la oscura realidad. Las verdaderas pandillas, siendo sus ilusiones miserablemente aplastadas como cucarachas. Por supuesto, nada era completamente "transparente." Los fines infantiles e inocentes de diversión de los ingenuos estudiantes de primer año se desvanecen al enfrentarse a lo que les ofrecían los que vivían de aquel oficio. Mostrando la verdadera cara de la unión, de la palabra: "pandilla."
La mayoría de pandillas de escuela, se convertían en verdaderos dolores de trasero para la policía local.
Claramente, el grupo de piratas de corazón no ofrecía ningún fin delictivo, pese a que para los ojos de los educadores fuese así durante el transcurso académico.
Aunque él no los culpaba, su grupo tuvo fuertes enfrentamientos por el poder en aquella zona, su formación nunca fue entorno a lo negativo de la palabra, no obstante, tenían que defenderse, tras tener una racha de victorias, marchando invictos, se coronaron como los propietarios de aquellos territorios.
Obteniendo fama y reconocimiento, en su ciudad natal y en otras ciudades cercanas. Claramente sus aventuras no acabaron allí, el nombre de los piratas de corazón estaba al tope, y con su epítome de "Cirujano de la muerte" espantaba a sus adversarios.
Entró a la prodigiosa universidad Grandline y conoció a terribles personas, y fue testigo de una luz que brillaba como el sol entre el barullo de pandillas, (para no decir plaguero). Los sombreros de paja. Un grupo en particular que destacaba por la bola de especímenes raros que era cada miembro.
Por sobre todo su capitán, todo lo contrario de lo que uno diría que debería ser un jefe de pandilla.
Law lo supo por experiencia, él forjó una alianza con aquél grupo, y fue un suplicio que caecio como las plagas de Egipto.
Mala decisión suya.
Se decía, sin embargo, su grupo siempre le brindo la mano y unas palmaditas en la espalda por los dolores de cabeza que tuvo que soportar en una temporada. Y ni que decir de los otros jefes. Los de peor generación. Si se le consultaba a los veteranos en el oficio, es decir, los antiguos pandilleros, que actualmente eran los educadores de la universidad a la que asistía.ㅡrodó los ojosㅡ. Todos eran un plaguero. Y cada uno de ellos tenían un símbolo que los identificaba.
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Torpe conejito↬ONE PIECE
FanfictionEn un día de compras, Law se termina encontrando con una esponjosa criatura enrollada en un bolsa de plástico en medio de la gélida calle de su vecindario. [Law x Rosinante] [Rosinante x Law] [Law / Rosinante] [Doflamingo x Rosinante] [Doflamingo...