Decidido a saludarla como cualquier humano cuerdo hubiera hecho, Shoto trató de aproximarse para darle a Momo un toque en el hombro. Aquella era la estrategia que había utilizado siempre cuando quería llamar a alguien, y, hasta ahora, nunca había fallado. Agilizó su paso para poder alcanzarla y sintió una nueva ola de erubescencia; lo único que había cambiado es que ahora estaba persiguiéndola a mayor rapidez. Disminuyó de nuevo la velocidad. ¿Cómo podía ser tan ridículo, tan brutalmente torpe como para no saber saludar a alguien por la calle?
Supuso que su última opción era recurrir a aquel instrumento olvidado; su voz. Al contrario de lo que se había imaginado, esta vez le resultó más fácil controlar su excitado corazón y coordinar su mente con su boca.
- Yaoyorozu.
El nombre salió de sus labios casi instantáneamente. Era la primera vez que lo pronunciaba, y tuvo unas ganas repentinas de sonreír para sí mismo. Era un deseo que nunca había experimentado antes con aquella fuerza. Sintió la necesidad de decirlo otra vez, más alto de lo que lo había hecho.
- ¡Yaoyorozu!
La chica paró en seco al escucharle y su instinto la llevó a darse la vuelta. Entonces vio lo que había pensado imposible; Shoto Todoroki estaba allí, a unos pasos de ella, tratando de cubrir con el dorso de su dedo índice una minúscula, pero visible, sonrisa.
Momo no había querido imaginarse cómo sería el reencuentro después de todo lo que había sucedido entre ellos. Al igual que Shoto, tenía la horrible impresión de que, tras una noche de descanso, tan solo restaría una masa informe de embarazoso nerviosismo e incomodidad. Y, sin embargo, alzó la mano con la más dulce naturalidad para saludarle con una sonrisa sincera.
- Buenos días, Todoroki.
Aguardó a que este alcanzase su posición en la calle y, a partir de ese momento, avanzaron juntos hasta la UA. A preguntas habituales del tipo <<¿Cómo estás hoy?>>, Momo solo obtuvo como respuesta asentimientos de cabeza o gestos con las manos. Ella los interpretaba y continuaba hablando. Era una conversación aparentemente sin sentido. En cierto momento, Momo detuvo su parlamento ante la sorpresa de Shoto.
- ¿No te importa que hable tanto? – cuestionó -. Si quieres, podemos guardar silencio.
Él negó con la cabeza inmediatamente.
- Por favor, sigue.
<<Sigue, porque adoro escuchar tu voz>> era la oración completa que se había formado en la mente de Shoto. Porque, mientras Momo le explicaba alguna anécdota acerca de cualquier cosa, Shoto no hacía más que observar cada movimiento que ella hacía con sus manos para dar énfasis, cada expresión que su rostro reflejaba a medida que avanzaba la historia, cada parpadeo de sus ojos de Luna. Y a la vez que labnarración alcanzaba su final, el joven Todoroki asentía, dando a entender que había escuchado con atención, y se preguntaba cómo un desgraciado como él había tenido tanta suerte.
Después de maltratarle durante quince años, puede ser que la Fortuna quisiera reconciliarse con él.
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Monocolor | TodoMomo |
FanficShoto Todoroki enmudece de manera voluntaria a la edad de seis años, queriendo encontrar un escape al yugo de su padre. Durante una década, construye a su alrededor una realidad alternativa, perfectamente moldeable a su antojo, que utiliza como escu...