Café y Tereré

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Julio: hola, cómo estás? Te acordás de mi?
Bajo su Tereré y sentó,
(en la mesa de dos en la que siempre se sentaba Lilia con un libro y un café ).
Lilia (sorprendida):  hola, que?
Y  miró sus ojos, buscando aquel comprensivo rostro de amor, que describían los libros que tenía a medio terminar de colección.

Pero estaban tan vacíos  que prosiguió Lilia  escondiera su mirada, para no juzgarlo más, ella siempre esperaba sorprenderse con los demás.
Julio: Sos mala, no te veías así en el parque cuando nos cruzamos, (lo dijo débilmente con una sonrisa) apelando a la bondad que emanaba ella, con toda su dulce y casi ingenua belleza.

Lilia (confusa):  Perdón? Yo no sé mucho de cuando o donde me hablas, camino rápido siempre a todas partes, nos conocemos de algo?
Julio: No, pero quisiera
Bueno quería saludarte y conocerte, tenemos un amigo en común, mintió él, (no era exactamente un amigo en común más bien alguien de quién se valió para conocerla y conocía hacia bien poco, su vecino, el inseparables amigo de Lilia, un lector asiduo como Lilia,  soñaban juntos utopías de amor .
Lilia ( lo detuvo): Creyendo que este sería otro rescate, tratando de sanar a los demás de romper un corazón, es como una habilidad, encontrar inválidos sentimentales que buscan emplear los bellos sonetos para sus propios y poco atractivos deseos.
Bueno, era lo que casi siempre le tocaba encontrar.
Lilia: Si tenemos un amigo en común, supongo que seremos mi amigo también(sonrió Lilia), deslizó un libro hasta donde estaba Julio Conoces este libro? Te lo recomiendo dijo ella.

Julio: El amor en los tiempos del cólera?,no pero me encantaría, y en sus adentros,  ojeando las paginas ni loco voy a leerme 500 paginas, para eso existe internet, (sonrió mintiendo).
Lilia: No es necesario, sólo es una recomendación, que amigo teníamos en común?

Cierto, y como te llamas? Tiendo a iniciar de forma poco común las conversaciónes ( rió) para ayudarlo a deshacerse de su mentira inmediata.

Julio Se quedo helado, perplejo de que está niña, tan dulce y transparente, no haya temblado ni un poco en su presencia, como tantas otras, en cambio el se veía, sin salida como quien quiere cazar a un ave en vuelo, sin saber si correr o quedarse quieto.
Pues, su pregunta sin sentido lo delató
Julio: Querés Tereré?
Lilia: (rió nuevamente), tengo un café, esa niña tan dulce y aparentemente sin secretos, aún no había leído ese libro, apenas y llego al prólogo,  hasta ahora solo estaba tratando, de comprender el propósito de la persona que se sentó derrepente en su mesa.
Sin embargo, sin darse cuenta a parte de hacer un jaque mate al monólogo ensayado de julio, también había hecho un nudo pequeño en su estómago de mariposas.
Que muy pronto le costarían varias conversaciones sin sentido, con ella misma.

Lilia: Cual era tu nombre?, Y extendió su mano calida hacia julio para tratar de estrechar la suya, soy Lilia.
Julio: Dundando en lo que se acababa de meter respondió con una sonrisa, soy Julio.

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