31. cúpula

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Fue en un sueño profundo, donde encontré la salida de esta pesadilla.

— Espero todo salga bien. — dije estirando los dedos de mi mano esa mañana y aproveché que las demás dormían para introducir dos hasta tocar mi garganta.

Las arcadas vinieron fáciles y pronto mi jaula estaba llena de vomito.

— La llevaremos al consultorio. — un guardia me dijo con la expresión en blanco y yo sonreí con ojos acuosos evitando las preguntas de las demás mujeres. — ¿acaso eso le hace tan feliz?

— Es probable que tenga un renacuajo, estoy feliz por eso.

Mentir no era lo mío, pero el pensamiento me lleno de calidez casi real.

Cumplí con mi objetivo cuando después de asearme me llevaron por varios pasillos del domo, intenté mantener mis ojos bien abiertos y pares de ojos me eran conocidos como si en mis sueños me custodiaran. Al parecer los patrones en el suelo llevaban hacía varias salidas de emergencia, por ser un frente militar, debía haber cientos.

El doctor esa mañana no estaba de ánimo para soportar mi malestar.

— ¿Acaso has tenido relaciones el último mes?

Mi cara lo tuvo que decir todo porque chasqueo la lengua.

— Haremos varias pruebas antes de dar un diagnóstico, bien puede ser porque tenías trastornos alimenticios en el pasado... o tienes un renacuajo.— se encogió de hombros.

— ¿Usted conoció a mis padres?

La pregunta lo tomo casi desprevenido porque la aguja tembló un poco entre sus dedos.

— ¿Qué te importa?

— Solo tengo curiosidad de lo que era antes de su muerte, si ellos se fueron con una buena imagen de usted o siempre fue así de frívolo.

No me respondió, pero me hizo sufrir ese tiempo en ese consultorio, creo que tomo más muestras de las que debía y me hizo tomar medicina horrorosa. Vi la camilla a un lado y pude imaginarme a una de las mujeres teniendo su primer bebé en un lugar tan frío.

Taeyeon había dado a luz, pero ella ni siquiera recordaba nada de ese día.

Tal vez por eso que Yuseob decidiera regresar, con hombres de su lado en ese lugar (desde galenos hasta autómatas rebeldes) solo aumentó en mí el deseo de sacarlas de aquí. Era un plan sencillo, de una sola persona y en el que iba a morir gente... obviamente.

Cuando la electricidad se fue la adrenalina atravesó mi cuerpo.

El primero que cayó fue el autómata que me custodiaba y después el galeno desenfundó el arma disparándole a lo desconocido. Los ojos leopardo de Woonbin me saludaron por un momento con respeto y me ayudo a escabullirme por el suelo hasta llegar a la salida.

— Señorita... ¿está segura de lo que va a hacer?

— Woon, no hay nada de lo que esté más segura en este mundo.

— Tiene que prometerme que usted también saldrá. — su voz salía entre cortada mientras corríamos.

— No puedo hacer eso, tu prométeme que ellas regresaran al mar.

El dio un sonido de asentimiento cuando llegamos al pabellón donde estaban las demás. Ahí se libraba otra batalla campal, mientras las mujeres se alejaban de las jaulas resguardándose del caos yo me escabullí para quitarle la llave a un autómata.

Había visto en mis recuerdos a Dojin hacer algo parecido.

— Yah, estoy aquí. — le grite a uno y se abalanzó en mi contra.

𝕽𝖆𝖎𝖓 ♛ JJK¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora