Algo tan inusual.
En tus ojos, sé que estoy en casa.
Cada lágrima, cada miedo,
desaparece al pensar en ti. (...)La mirada de Rubén recorre el rostro del mayor con una leve sonrisa.
El clima no era algo que les acompañara la verdad, ya que la nieve les dificultaba un poco debido a la ropa que traían puesta.
Al descender el vehículo, percibe la punta de su nariz congelarse rápidamente al igual que sus manos, las que tuvo que esconder en sus bolsillos. Una amplia sonrisa aparece en su rostro al pisar, por primera vez en muchos años el lugar que lo vio crecer. Cierra con lentitud sus ojos para disfrutar de mejor manera la fría brisa que golpea su rostro.
De pronto, una bola de nieve golpea su cara y se gira dramáticamente para ver de dónde provenía.
— Me encanta verte feliz. —Samuel se acerca para dejar un sutil beso sobre su mejilla, recibiendo como respuesta del más joven un sonrojo de sus mejillas.
Luego de todo lo ocurrido, Rubén se sumió en una breve depresión de la que poco a poco se pudo recuperar gracias al mayor. Samuel decidió entonces, que lo mejor para ellos sería alejarse de todo lo que en algún momento casi les destruye por completo y así fue.
— Calla, tío.
Una risa escapa de sus labios, formándose así una sonrisa que no borraría durante largos segundos. Se sentía en plena felicidad, luego de tanto tiempo, volvía a vivir el amor en su totalidad.
— ¿Ya te pusiste nervioso, Doblas? No aguantas nada.
El mayor abre la puerta de la nueva casa que compartían y por alguna extraña razón, el más joven siente ganas inevitables de llorar. Pero no eran de tristeza, todo lo contrario.
A pesar de que no estaban comprometidos ni mucho menos, habían tomado la desición de que un papel no tenía por qué unirlos para siempre. Si ellos querían estar juntos toda la vida, que dependiera de su amor y ya está.
— Que te calles, joder.
— Lo siento, chiqui.
"Chiqui", amaba cuando le decía así.
Se acerca hasta la habitación para dejar su equipaje sobre la amplia cama y sonríe satisfecho, girándose para observar al contrario entrar a la habitación.
— ¿No será mucho para ambos?
— No te enteras de lo que podemos hacer en esta cama, ¿verdad?
Las mejillas del menor en menos de unos segundos se tornaron de color carmesí, aún no se lograba acostumbrar a lo directo que era Samuel pero no se quejaba.
— No me entero, ¿qué es?
Y bueno, su inocencia era lo único que había perdido al estar junto al mayor.
— Esto, bonito.
En un segundo las manos del mayor se encontraban una en cada mejilla de su chico, atrayéndolo para unir sus labios en un beso profundo, cargado de amor pero a su vez cierto deseo por más. Rubén se sorprende en un principio, posando sus manos suavemente en el pecho de más alto y corresponde de inmediato a su beso.
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R E H É N • ʀᴜʙᴇɢᴇᴛᴛᴀ ᴀᴜ
Fanfiction(𝘌𝘭 𝘴𝘪́𝘯𝘥𝘳𝘰𝘮𝘦 𝘥𝘦 𝘌𝘴𝘵𝘰𝘤𝘰𝘭𝘮𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢́ 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯.) Rubén Doblas es secuestrado por un chico de ojos oscuramente bellos. ❝ Estoy obsesionado, desesperado Muero por tenerte de frente... ❞ ✞ 𝘋𝘰�...