Prólogo.

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—Entre oscuros tiempos, la cuidad de Salem se vió involucrada en cacerías horripilantes hacia mujeres y hombres, incluso infantes. Todo aquél que mostrara conductas extrañas eran directamente mandados a juicios y especies de torturas.

Taehyung suspira profundamente acercándose un poco más a su mejor amigo, la fría brisa se sentía alrededor de su cuerpo.

—¿Cómo fue que pasó? Es decir, ¿A qué se refiere con conductas extrañas?—Cuestiona Seokjin con curiosidad rodeando al rubio, ambos mirando con atención al hombre de pie en la sala.

—Si decías una palabra que no fuera usual directamente creían que las brujas entraban a tu casa o que estaban conspirando contra ti.

—¿En serio? ¿Sólo por algo tan estúpido?—Masculla Taehyung de manera bajita ganándose la atención del viejo hombre, el contrario asiente con pena.

—Desafortunadamente sí, muchacho. Era el año 1692, no había algo que pudieran hacer. —Responde mirando el bosque a través de la ventana, suspira cuando nota la hora. Casi es medianoche, no deberían estar despiertos. —Bastaba con alguna acusación de un vecino a otro para ser enjuiciado, si te revelabas en contra entonces se te veía como un involucrado en la brujería y un renegador de dios.

El rubio traga saliva sintiéndose más frío de lo normal, se abraza con más fuerza a Seokjin quien de inmediato le dedica una mirada de preocupación.

—¿Estás bien?

—Estoy bien, Jinnie. —Responde acomodándose la bufanda para evitar sentir la brisa en su cuello, casi como una respiración. —Sólo tengo un poco de frío.

Seokjin asiente antes de quitarse el gorro de lana para ponérselo a él, Taehyung le agradece con una pequeña sonrisa.

—Dígame algo, ¿Qué sucedían con ellos? ¿Eran encarcelados?

—Depende de la situación, normalmente las personas que confesaban ser seguidoras del diablo y practicar su magia oscura eran encarceladas y después vendidas. —El hombre ansioso cierra la ventana, son las doce de la noche con cinco minutos. Se asegura de cerrar la cortina también y repite las mismas acciones con el resto de las ventanas. —Pero sólo algunas veces.

—¿Por qué? ¿Qué pasa con las personas que realmente eran inocentes?—El rubio pregunta con una expresión afligida en su rostro, el tema afectaba a cualquiera. No se imaginaba el dolor por el que debió haber pasado esa gente que no tenía culpa alguna.

—No importa que lo fueran, eran cruelmente quemadas vivas. Cualquier negación era una muerte directa, los ahorcaban en presencia de todo el pueblo.

—¿Cuántas personas murieron?

El viejo hombre dirige su mirada a Seokjin y camina hacia el pequeño taburete para soplar la flama de la vela.

—Se condenaron a doscientas personas y veinte fueron ahorcadas.

—Eso es tan escalofriante. —Susurra Seokjin analizando sus palabras, se abraza más a Taehyung en espera de que pudiera sentirse cálido.

—Lo peor es que los asesinatos se veían por esa ventana, totalmente expuestos para el disfrute de los demás. —Señala la ventana abierta, ambos chicos dirigen su mirada hacia el lugar señalado. El hombre se apresura a cerrarla al igual que las cortinas, Taehyung frunce el ceño confundido.

—¿Pasa algo, señor?

—Les contaré algo que probablemente vaya a asustarles.  —Expresa cerrando la última ventana de la casa, repite la acción con las cortinas.

—¿Qué cosa?

Seokjin sigue los movimientos del hombre también confundido por su comportamiento.

—Una de las veinte personas que fueron ahorcadas cruelmente fue Jeongguk, era un joven granjero que no tenía culpa alguna.

El aullido del felino en la casa los hizo alarmarse, Taehyung se giró abrazando a Seokjin por el susto.

—Hey, Sam. ¿Qué tienes, preciosa?—Le cuestiona a su mascota brindándole varias caricias, la gata estaba tensa y en alerta por cualquier tipo de movimiento.

—¿Todo bien?—Seokjin mira al felino con atención buscando algún tipo de herida que lo llevara a quejarse de esa forma, el viejo hombre asiente lentamente sosteniendo en brazos a Sam.

—Realmente me asusté, Jinnie.

Taehyung susurra de manera bajita sacando su cabeza del cuello de su mejor amigo, el contrario le sonríe para calmarlo.

—No sucede nada, la gatita quería mimos. Es como tú cuando me los pides, se queja con lloriqueos.

—¡Hyung!—Protesta el menor golpeando su hombro levemente, Seokjin se ríe con ganas evitando sus suavecitos golpes.

—Prosiguiendo con lo que les decía, Jeongguk fue un granjero que murió aquél día en presencia del pueblo. —Interrumpe revisando la cerradura de la puerta, estaba cerrada. Todo iba bien, no debía preocuparse por nada. —Él juró y perjuró entre lágrimas que no tenía nada que ver, que no hacía esas cosas del diablo.

—¿Por qué lo acusaron?—Taehyung le pregunta sintiendo lastima por el pobre hombre, era injusto lo que hicieron en aquél tiempo.

—La vaca que tenía no daba leche, la carne sabía mal. —Responde dejando a la pequeña felina en el sofá, un poco más calmada pero en alerta por los ruidos. —Entre su árbol de manzanos, uno salió con un gusano dentro. De inmediato acusaron que las brujas entraban a su casa y que él estaba siendo poseído por el diablo.

—¡Eso es una tontería!—Comenta el rubio entre pucheros, Seokjin sabe lo sensible que es y que está a nada de llorar por la historia.

—Lo es pero nadie podía objetar, terminarían con el mismo destino que Jeongguk.

—¿Y por qué dijo que nos asustaría la historia?

—Shh. —El hombre lo calla llevándose el dedo índice a los labios, rogándoles a ambos que no digan ni una sola palabra.

Taehyung lo mira confundido.

—¿Qué sucede?—Le pregunta Seokjin con extrañeza al observar sus acciones, el mayor revisa su reloj de nuevo impresionado por la hora. Es media noche, exactamente las doce en punto.

—Él está aquí. —Les susurra de manera muy baja, casi temiendo ser escuchado. Nota la vela que aún está encendida y con rapidez la señala pidiéndole a Taehyung que la apague, el menor obedece soplando con miedo.

—¿Quién está aquí? ¿De qué habla?

Seokjin con preocupación le pregunta, no está entendiendo nada pero se apresura a tomar a Taehyung entre sus brazos.

—Jeongguk. Todos los días a medianoche se considera la hora de las brujas, él vaga por Salem buscando a inocentes presas.

Los tres hombres en la casa tiemblan del susto al escuchar melódicas risas provenientes afuera de la tercer ventana.

El viejo hombre niega con la cabeza indicándoles con la mirada que no realizaran ningún tipo de movimiento, entre sus manos portaba agua bendita por si aquél ser del diablo entraba a su hogar. Palabras raras salían de sus labios, Seokjin pudo notar que estaba rezando.

Un chirrido se escuchó por la puerta, las risas encantadoras pasaron a ser más intensas y escalofriantes.

Toc, toc. ¿Salem tiene un nuevo inocente para mí? La soga se verá muy bonita en ustedes.

𝐖𝐈𝐂𝐂𝐀. | 𝐆𝐆𝐔𝐊𝐓𝐀𝐄/𝐉𝐈𝐍𝐓𝐀𝐄.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora