-¿Y bien?-me dijo Mabel cuando entramos en mi cuarto.
-¿Y bien qué?-pregunté haciéndome la despistada cuando en realidad sabía perfectamente de lo que hablaba.
Me senté en la cama.
-Jane, no te hagas la tonta. ¿Qué tal hoy con Tony?-dijo sentándose a mi lado.
-Bien…-dije intentando parecer segura.
-No lo has dicho muy convencida.
A veces puede ser muy pesada.
-Casi nos besamos.-solté.
La expresión de Mabel era para fotografiar. La boca se le abrió tanto que pensé que se le iba a desencajar y los ojos los tenía tan abiertos que creí que se le saldrían en cualquier momento.
-No me mires así. No nos llegamos a besar.-le dije.
-¿Por qué?
-Porque tú llamaste.
-Uy, perdón.
-Da igual, mejor que no nos hallamos besado. No se que podría haber pesado si al final hubiéramos llegado a besarnos.
-Que te habrías dado cuenta de que te gusta y ahora estaríais saliendo.
Me reí.
-Sueñas mucho, prima.
-Ya me lo dijiste.
-Y te lo vuelvo a repetir.
-Repítelo todo lo que quieras, sabes que es verdad lo que digo. No me lo negarás.
-Es que no lo se… Creo…-me lo pensé.-creo que siento algo por él.
-¡Si!¡Lo sabía!-dijo levantándose de la cama de un salto y sobresaltándome.
La miré extrañada.
-Perdón.-dijo volviendo a sentarse.
-Me ha pedido que vuelva a quedar con él mañana para ir a montar a caballo.-le dije.
-¿Y qué le has dicho?
-Que si.-suspiré.
Me desperté sobresaltada por una pesadilla y miré mi móvil. Tenía un mensaje de Tony.
Tony: Voy a recogerte a las cinco.
Le contesté: Ok.
La verdad es que me apetecía verle pero a la vez estaba nerviosa. ¿Y si pasaba lo mismo que ayer?
Me levanté de la cama sin muchas ganas y me preparé.
Cuando ya estuve lista bajé a la cocina a desayunar.
-Buenos días, Jane.-me dijo mi prima.
-Buenos días.-dije sin muchas ganas sentándome en una silla.
-Mi madre se ha ido hoy a ver a una amiga. No volverá hasta la noche.
-Ah, vale.
Mabel dejó la taza en la mesa.
-¿A qué hora has quedado con Tony?
-A las cinco.
-Bien. Voy a ir al pueblo a comprar unas cosas, ¿te vienes?-dijo levantándose de la silla.
-Claro.
Ya habíamos terminado de comprar las cosas que mi tía le había pedido a Mabel que comprara.
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Una chica de ciudad en un pequeño pueblo
RomanceSoy Jane Palmer, tengo dieciséis años y vivo en Los Ángeles pero ahora mismo estoy en un avión rumbo a un pueblo en medio de ninguna parte en el que me quedaré con mis tíos y mi prima todo el verano. Me parece que estas vacaciones van a ser muy larg...