Aquí otro cap, espero que os guste, votad y comentad. Un abrazo. ♡♥
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Ahí estaba, sentada en la mesa del comedor en el que tanto había protestado por la comida, en el que había reído y también había soltado un par de lágrimas. Sentía punzadas en el pecho al mirarlo, así que procuré mirar hacia abajo y juguetear con los bordes del mantel, mientras sentía su mirada clavada en mí. Psicoanalizándome como solía hacer cuando sabía que le ocultaba algo.
Lo que Susan, mi madre, no sabía, es que un tercer invitado estaba acompañandonos ese rato. Sus ojos eran oscuros, por no decir negros; de esos que cuesta aguantar la mirada sin querer que la tierra te tragase en ese mismo instante. Sus arrugas y sunpelo canoso dejaban ver que pasaba de los 50, y el balazo que le atravesaba la cabeza creo que deja bastante claro el resto de la descripción. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral cuando pasó por detrás de mí y sentí el contacto de la manga de su vieja chaqueta gris contra mi pelo.
Cerré los ojos con fuerza y volví a abrirlos al escuchar el sonido de la puerta por la que aparecía Rita, con 2 platos uno contenía pesto, en cambio el otro una ensalada. Tragué saliva pensando en que tenía el estómago cerrado después de lo que yo sola había presenciado. Ese tipo de pasta era mi preferida, me sorprendía que mi descuidada madre se acordase de aquel detalle.
Por primera vez desde que me senté en la mesa levanté la cara y la observé, aguantando la guerra de miradas que acababa de dar comienzo. Al cabo de unos minutos, bajó la mirada y sonrió.
-Se te va a enfriar la comida, Ángela. -Dijo mientras pinchó un poco de su plato, llevándolo a su boca y masticando con delicadeza.
Quedé en silencio unos segundos, escogiendo las palabras correctas para no decir nada extraño. Apoyé los codos en la mesa y eché mi cuerpo hacia delante lentamente.
-¿Por qué me has llamado? Han pasado 3 meses, ¿por qué ahora?- Pretendía sonar segura, pero acabé hablando confusa, lo que le provocó cierta superioridad.
-Tu padre nos ha dejado. Encontré una nota ayer por la mañana, se ha marchado.
-Te ha dejado, querrás decir. Hace un tiempo dejé bastante claro que no quería saber nada de vosotros y no opusisteis resistencia.
Dejó los cubiertos a ambos lados del plato y elevando las comisuras y entrecerrando los ojos contraatacó.
-Eres un estorbo en todos lados. Veo que no has cambiado. Estás siendo maleducada.
"Eres un estorbo en todos lados."
No supe qué decir, así que bajé la cabeza. Esa frase seguía repitiéndose en mi cabeza una y otra vez. Y entonces me di cuenta de que lo único que pretendía era humillarme y que le suplicase volver, y empecé a reír. Dejándola tan desconcertada que se obligó a sí misma a preguntar.
-¿De qué te ríes?- Soltó. Notaba su rabia contenida en las palabras que había más bien escupido.
Suspiré sonoramente, y con mi mejor sonrisa, levanté la mirada y contesté.
-De ti. ¿No es evidente? Ya hemos pasado por esto, y no voy a dejar que me humilles, no hoy. -Dicho esto me levanté, dejando caer la servilleta de seda en la mesa, cuando estaba a punto de cruzar la puerta y dejarla, me interrumpió,
-Hija espera.-me detuve, dejándola entender que podía seguir hablando.- Esta casa es grande para mí sola. Vuelve, empecemos de nuevo. Tus primos tienen que hacer su vida, las cosas pueden cambiar entre nosotras.
Terminó de hablar, y yo, antes de salir por la puerta y dejar la casa, le contesté.
-Lo pensaré.
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Pills.
Teen FictionEs demasiado desastroso como para tener una descripción. -NightBirds00.