Las calles estaban inundadas por los sonidos alegres de los coros navideños y las familias que hacían sus compras improvistas horas antes de las vísperas navideñas, algo que para su molestia se repetía todos los benditos años como un círculo vicioso, y era por eso mismo que Naruto no se volvía fan de salir el 24 de diciembre a pasear por los alrededores.
Aparte, la nieve cubría todo y solo un loco saldría a morirse de hipotermia con ese clima.
Había pasado muchas cosas desde que había finalizado la cuarta guerra ninja: los aldeanos habían dejado de odiarlo y empezaban a alabarlo como un dios, su círculo de amigos había aumentado hasta puntos inimaginable, tenía un pequeño grupo de fan quienes lo seguían fielmente y cuidaban de su persona, hasta aseguraba que Sakura empezaba a sentir algo por él. Pero siendo realistas, todos esos pequeños logros quedaban atrás a comparación de su mayor trofeo como persona...
Recuperar a su mejor amigo.
Claro que casi moría en el intento, pero lo habían recuperado y ese era el punto.
Desde entonces habían pasado días, semanas, meses, hasta años reencontrándose con el punto actual; su décimo octava navidad... solo.
No es que no fuera popular ahora, pero no quería ser una mala compañía entre sus amigos. Conocía muy bien ese sentimiento de querer pasar una de las mejores fechas con sus familiares, padres, tíos, hermanos, y no solo por su deseo personal impediría que sus amigos la pasen mal.
La primera en pedirle pasar la navidad con ellos, fue Hinata.
Desde que murió Neji por protegerlo, Naruto pensó que se había enamorado perdidamente de su prima; pero al cabo de unos meses de relación se dieron cuenta que no eran el uno para el otro y decidieron cortar su noviazgo para convertirse en muy buenos amigos. Hinata se sentía muy en deuda con Naruto, y era por eso que siempre le preguntaba si quería pasar la navidad con ellos.
-Hanabi estaría feliz de verte en la cena -le había comentado el 20 de diciembre-. Siempre dice que te ve como un hermano mayor y quiere pasar una navidad contigo.
Pero Naruto no se sentía muy cómodo con la familia Hyuga por la antigua relación que tuvo con Hinata. Sentía que cada vez que entraba, los empleados y los mismos padres de Hinata lo miraban con ojos tristes, cosa que le incomodaba.
-Será para otra navidad -se excusaba como ya era conocido.
Hinata no quería presionarlo, por lo que no insistía, pero realmente le daba pena ver a uno de sus mejores amigos pasar aquel día solo.
La siguiente en preguntarle sobre su navidad fue Sakura.
Ella iba a hacer una pequeña fiesta navideña en su casa, con sus padres, tíos y primos. Le había invitado el 21 de diciembre, después de que Hinata le comentara que no aceptó la cena que tendría en su familia. Sakura pensó que ese comportamiento no era correcto y decidió por si misma motivarlo a ir.
-Mis padres me dijeron que puedes ir a la fiesta de Navidad -sonrió mientras andaban al puesto de Ichiraku-. Estarían contentos de ver al salvador de la cuarta guerra ninja.
Al contario de la familia de Hinata, los papás de Sakura no lo miraban con pena. Pero ellos tenían en mente querer juntarlos a la fuerza, cosa que Naruto no agradaba. Puede que le haya gustado Sakura en el pasado, pero ahora la veía como una mera amiga. E igual, si las cosas hubiera funcionado con ella prefería que fueran a un ritmo lento, sin presiones.
-No podré este año -murmuró mientras masticaba los fideos del ramen, y aunque Sakura le preguntara el porqué, este desistió en responderle.
El tercero, y como él esperaba, fue Kiba.
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¡Es navidad! (oneshot)
FanfictionLo peor de ser huérfano es no saber con quien pasar la navidad, eso lo sabía muy bien Naruto. Pero quien dice que estará solo. -Es verdad, Sasuke también lo es. Una visita de imprevisto y sentimientos compartidos iniciaran esta velada navideña. 6/6...