11. Amantes

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ITZAN ESCAMILLA

Espero fuera de habitación hasta que Ester termina conversando con su padre... quería decirle tantas cosas. Me dijo que es importante que hablemos así que le prometí que iba esperarla.

Cuando se trata de su padre... pues le prometí lo que le prometí e iba cumplir con esa promesa.

Después de pocos minutos Ester salió de habitación, pude notar claramente que estaba llorando.

-¿Dejaste a Gorka con tu madre? – me pregunta

-Si, lo llevo a su casa para prepararle comida.

-¿Podemos pasar por tu piso? Necesito paz y tranquilidad.

Yo asiento con cabeza, si eso es lo que necesita yo voy a darle...

Me toma por el mano, antes de que nos vayamos le limpio las lagrimas, todo lo que quería hacer es abrazarla.

Nos fuimos a mi piso, entramos y de inmediato sentamos por la mesa. Por suerte me quedaron unos macarrones del ayer que prepare, les recalenté un poco, dándole para comer.

-Aquí lo tienes... mejor macarrones del barrio. – bromeo

Ester sonríe.

-Extrañe tu comida.

-Ahora puedes comer cuanto quieras.

Ester me queda mirando fijamente, quiere decir algo, me quiere, me desea tanto como yo a ella.

-Yo no quise venir aquí para comer, Itzan... tú sabes muy bien porque estoy aquí.

Me sonrió tímidamente.

-Dímelo.

-Te necesito... ahora mismo.

Me acerco a ella, poniendo mano sobre su rodilla, acariciándole tiernamente.

-¿Cómo es que siempre consigo perder el control cuando estoy cerca de ti? – la pregunto

Ester sonríe, analizando mis labios, los acaricia, una caricia suya logra ponerme muy caliente.

-La que va perder el control ahora soy yo.

No podemos contenernos más, nos levantamos, le doy un beso con fuerza, poniendo manos sobre su cuello muy tenso, se pueden ser sus venas, puedo sentir su lengua pidiéndome más y más.

Vamos al camino a habitación que trae tantos recuerdos... en esa habitación ocurrieron muchas cosas. En esa habitación habíamos tenido una de las peleas más grandes en vida, entre otras cosas y ahora íbamos a hacer el amor de nuevo después de tanto tiempo.

Entramos, cierro puertas sin cuidado, de verdad no me importaba, solamente quería volver a sentirla de nuevo. Empiezo desabrochar mi camisa de inmediato mientras ella quitaba su camisa, respirábamos fuertemente, ambos sentimos tantas ganas de esto desde que volvimos a vernos.

-Joder, voy al infierno por seguir metiéndome con una mujer comprometida.

-El hecho de ser comprometida no significa que soy feliz.

-Yo te voy a hacer feliz... hoy, mañana, todos los días que tú necesitas.

-Quiero ahora mismo.

Los dos caemos sobre la cama, sonriéndose.

Era momento único... la quería tener en esta cama todos los días, como mi prisionera, la verdad.

Esto es amar y es para siempre...

ESTER EXPOSITO

Desde que volví encontrarme con Itzan sabía que iba venir otro momento como este... íbamos terminar haciendo el amor en esta cama que extrañe tanto.

Nada se compara a él... jamás.

Es perfecto, de un momento a otro quedamos sin ropa...enredo mis dedos sobre su pelo mientras el empieza besar mi cuerpo... desde pechos hacia abajo.

-¿Te gusta esto? – me pregunta

Que pregunta más estúpida, Itzan.

No me gusta, me encanta.

-Hablas demasiado.

Itzan sonríe, mete su cabeza abajo, estaba recorriendo mi clítoris con su lengua, era el principio y ya me sentí bastante mojada y caliente.

-Joder. – gemía

Itzan seguía haciéndolo mientras no dejaba de mirar mi reacción, mis gemíos se volvieron más fuertes y intensos.

-Itzan – gemía de nuevo

Después de momentos de puro placer donde ambos sentíamos tanta necesidad de gritar y gemir, Itzan entraba en mi poco a poco, no dejábamos de mirarnos fijamente.

-Esto es real. – digo

Pongo manos sobre su pelo de nuevo, sonriéndole.

Sin embargo sentí alguna tensión en el.

-¿Qué te pasa?

Itzan paraba con lo que hacía, su cerebro volvió funcionar como antes de tenerme desnuda aquí y me estaba asustando.

-Soy tonto, no puse condón, no lo tengo.

Joder.

-No importa. – respondo

En estas alturas ya no importaba, sinceramente, el hecho está hecho.

-¿Cómo no va importar?

-Itzan, ya está, por favor vamos a seguir follando o si no vas a dejarme con muchas ganas. Además, nosotros no podemos contenernos, no va pasar nada.

Itzan se calmaba poco a poco... cuando no usas protección una cosa pasa y es tener a un bebe. No creo que podría volver a pasar después de follarlo una sola vez sin protección.

Tenía otras cosas en que pensar...

Itzan seguía entrando en mí lentamente, cada paso fue más intenso y profundo.

-¿Y en que nos convierte esto? – pregunta curioso

-¿A qué te refieres?

-Follar a escondidas.

-Amantes.

-¿Amantes?

-Itzan... tú y yo siempre fuimos amantes, siempre...

Le doy un beso profundo mientras el entraba en mí, la verdad es que siempre fue así, nosotros somos amantes desde el primer día que nos conocimos. No tienes que follar o besar con alguien para poder convertirte en su amante... es filosofía de la vida.

Itzan es mi amante y yo soy su amante... hasta el fin de mi vida.

Una Foto en Blanco y Negro |ITZER|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora