Amelia's POV.
Después de ducharnos, desayunar unas arepas, las cuales estaban deliciosas, por cierto, y prepararnos, salimos de la casa. Yo tenía puesto un crop top tipo sudadera, de color lila. Unos jeans altos, que tapaban lo que dejaba a la vista el crop top. Unas vans blancas. Mi cabello estaba suelto. Me gustaba llevar mi cabello así. Tenía al hombro mi mochila, de cuero, con todo lo esencial.
Dylan estaba vestida con una camisa blanca básica. Una chaqueta de cuero que dejaba a la vista su camisa blanca. Una falda negra, de esas que tienen botones hasta el final. Unas botas de tacón, negras también. Su cabello estaba suelto. Era liso y de un color negro muy oscuro, contrastaba con su pálida piel y sus ojos azul cielo. Le llegaba a los hombros y así se le veía muy bien. Traía en el hombro su mochila de estampado militar. Dylan siempre vestía de negro. Sus looks eran sexys, pero sin pasarse de la raya. Yo siempre trataba de ser conservadora, usando sudaderas y jeans. No sólo para no llamar la atención, yo tenía otras razones que trataba de mantener en secreto.
Tessa tenía una camisa de color gris. Un overol, corto, que dejaba a la vista sus lindas piernas, de color blanco. Unos tenis, también blancos. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo alta. Su flequillo estaba muy bien peinado y le cubría parte de las cejas. Ella aún sujetaba entre sus manos su mochila de tela, color mostaza, aún guardando sus cosas. Tessa se viste de una forma simple, pero muy bonita. Sus atuendos son adorables. Pero siempre se ve espléndida.
Subimos al Toyota Camry de Tessa. Obviamente ella de piloto, porque no le confiaba su "bebé" a nadie. Yo como copiloto y Dylan en el asiento trasero.
Ya en el auto Tessa se percató de que había olvidado algo.
—¡Mi teléfono! ¡lo olvide! —Tessa se quitó el cinturón apresuradamente y se bajó del auto—Vuelvo enseguida.
Dijo una vez fuera. Yo asentí. Dylan se quejó y soltó un bufido.
—¡Que despistada! —se quejó Dylan. Yo me incliné hacia atrás en el asiento. Subí la cabeza. Cerré los ojos. Respiré profundamente. Y empezé a silbar la melodía de come and get your love. Sí, la canción de guardianes de la galaxia. Todas las canciones de esa película me encantan.
Silbar no sólo me ayudaba a olvidarme de todo lo que pasa a mi alrededor y tranquilizarme. También me hace recordar a Jake. No de una forma triste, que me den ganas de llorar, sino de una forma feliz y alegre. Él siempre silbaba cuando se aburría, cuando limpiaba su habitación, o sólo para relajarse. Él me enseñó a silbar. Recuerdo la primera vez que intente hacerlo. Lo único que salía de mi boca eran sonidos extraños y saliva. Después de unas cuantas lecciones intensivas por parte de Jake, lo dominé.
Nosotros hacíamos competencias de silbidos. Por ejemplo: quién duraba más silbando. Quién lo hacía mejor. Yo decía que lo superaba, que yo era mejor y que el alumno superó al maestro. Pero él decía que ese dicho era completamente falso, y que nunca lo superaría. Jake era muy orgulloso. Como Vegetta, de Dragon ball. Para aclarar cosas, no soy otaku. Pero me gustan ciertos animes. Entre esos Dragon ball. Él cuál veía con... Jake y mi padre. Mi padre y yo algunas veces la vemos. Pero no tan amenudo como antes
»¿Qué silbas? —preguntó Dylan sacandome de mi pequeña burbuja.
—Come Get Your Love.
—¿Qué?
—La canción de guardianes de la galaxia.
—Ah. Está bien.
Tessa llegó agitada. Entró al auto y cerró la puerta.
—¡Lo tengo! —anunció jadeando por la falta de aire en sus pulmones. Mostró su teléfono.
—¡Al fin! —gritó Dylan. Dejé de silbar y miré los ojos color avellana de Tessa.
—¿Ya podemos irnos? —pregunté expectante a una respuesta afirmativa.
—Sí, ya podemos irnos —respondió ella.
—Dale a toda máquina —dijo Dylan desde la parte de atrás. Tessa y yo reímos un poco.
—Entonces... cómo dice el rey Palomo: vamo' a darle —Tessa y Dylan rieron a carcajadas por mi comentario. Aunque no hayan entendido nada, porque lo dije en español.
Tessa encendió el motor y arrancó con cuidado. En el camino cantamos y reímos en exceso. Después de unos cuantos minutos llegamos a Pinkston, media hora más temprano.
—No te pregunté, ¿que significa vamos a darie? —preguntó Tessa. Yo empezé a reírme a más no poder. Ellas me quedaron viendo cómo si estuviese loca.
«¿Estaré loca? ¿debería ir a un psicólogo? Mmmmnh... naaah», pensé.
—Perdón. Es que lo pronunciaste mal. Se dice vamos a darle y significa vamos a darle —Tessa se sonrojo por la vergüenza. Yo la miré con compasión y ternura. Se veía adorable con sus cachetes rosados.
—Pero, ¿Quién es el rey plomo? —ahora preguntó Dylan. Volví a reír y otra vez me vieron cómo si me hubiese escapado de un hospital psiquiátrico.
—También lo pronunciaste mal. Se dice El rey Palomo. Significa el rey Palomo. El rey Palomo es un youtuber méxicano llamado Luisito comunica.
—Ah. Ya entiendo. Pero, ¿por qué le dicen así? —preguntó Tessa.
—No lo recuerdo...
—Cómo sea. Amelia, me encanta tu acento venezolano. Es muy sexy —comentó Dylan.
—Pués gracias.
—A mí también me gusta mucho —dijo Tessa. Caminábamos hacía la entrada, porque nuestra repentina clase de español nos distrajo, y nos quedamos en el estacionamiento de la escuela.
—A mí también me gusta demasiado, Lanita —dijo la voz tan familiar y odiada del chico más idiota, insoportable, egocéntrico y por alguna razón "popular" de, nuestro muy odiado Tommy Williams.
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¿Más Que Amigos?
Teen FictionSIPNOSIS: Amelia Stevens, es una chica de diecisiete años. De origen Venezolano. Se mudó a los Estados Unidos cuando tenía cuatro años. Va a la preparatoria en Dallas city -lugar en el que vive-, tiene amigas; su vida es "normal" por así decirlo...