Corría por las calles de Londres hacia la estación Victoria. Mientras que empezaba a llover y me faltaba el aire por la mala forma física en la que estaba.
Llegué a la estación bastante rápido. Nada más entrar vi a mis amigos y prometido esperando en el centro del edificio. No pude evitar sonreír. Quería lanzarme a los brazos de Vegetta y que la tontería de Rubius se haya pasado para siempre.
- ¡Vegetta! -Corrí hasta donde él, lanzándome a sus brazos al tiempo que ambos caímos al suelo.
Cuando nos levantamos, saludé a Luzu y Lana que estaban mirándome mientras que también estaban deseando abrazarme.
-Bueno ______, yo no me puedo contener más. Ya he aguantado varios meses con este secreto. -Dijo Vegetta mientras que pasaba su brazo por mis hombros.
-Vale, déjame hacer los honores. -Contesté. - Luzu, Lana, tenemos el placer de invitaros a nuestra boda.
-Wiiii. -Dijo Lana mientras me abrazaba dando saltos.
Estaban muy contentos por la gran noticia. Lo primero que hicieron fue batallarnos a preguntas sobre dónde sería, fechas y otros datos. Realmente no habíamos planeado absolutamente nada de la boda.
-Bueno, vamos al hotel y dejar que os invitemos a cenar para celebrarlo, ¿tienes algún sitio favorito? -Dijo Vegetta mientras que cogían su equipaje.
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De camino al hotel me estuvieron preguntando sobre cómo era la vida aquí, la gente, el ritmo de la ciudad y todo.
Después de dejar las cosas nos fuimos a un restaurante que había ido con Rubius alguna vez. Era de mis favoritos y era totalmente recomendable si querían probar la buena comida local, así que no había ninguna razón para no ir.
Llegamos a la puerta del local y nos dieron una mesa en el fondo de este.
-Creo que os tendríais que casar en verano agosto sería una buena fecha. Me acuerdo de que cuando estuvimos planeando la nuestra ______ soñaba con una boda en la playa. -Dijo Lana mientras miraba de reojo a Vegetta.
Lana y yo nos encargamos de organizar casi toda su boda, así que en ese sentido ya tenía algo de experiencia.
Cuando terminamos de cenar volvimos a la habitación. Ese fue el momento en que ambos nos quedamos a solas por primera vez.
-Y bueno, ¿me has echado de menos? -Dino Vegetta mientras me besaba el cuello.
-Sí, ¿cómo no iba a echarte? -Le contesté mientras nos besábamos.
Tuvimos una noche de sexo descontrolado. Tenía una sensación distinta a cuando manteníamos relaciones en España. No fue ni mejor ni peor, simplemente era diferente. Nunca habíamos estado tanto tiempo sin vernos, ni cuando empezamos a salir.
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Los primeros rayos de sol entraron por la ventana. Vegetta estaba durmiendo plácidamente a mi lado. Cogí mi móvil para ver qué había pasado en el mundo antes de que mis compañeros se levantaran.
Únicamente tenía una notificación, un correo electrónico que por su dirección no sabía de quién podía ser.
______ tenemos que vernos, ven a esta dirección a las 10 de la mañana. Es importante, te estoy esperando.
Miré el reloj. Eran las 9:30.
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New Life. (Rubius y tú)
Fiksi PenggemarUn nuevo comienzo puede conllevar muchos sentimientos que tal vez hasta ese momento no se habían conocido.