Que duro es ser la esposa de un F4.

Capítulo 21: Confianza.

Todo lo que me dijo Tsukasa siguió rondándome por la cabeza mucho tiempo, no sabía como sentirme, solo sabía que yo estaba partida en dos, por un lado no quería estar con él porque me sentía agobiada con tanta supervisión, pero por el otro lado me sentía dependiente de él, le necesitaba, sentir su piel, oír sus latidos tenerlo a mi lado dándole mi amor a la vez que recibía el suyo.

-Tierra llamando a Sherlock ¿Me recibes?

-Hoy no vino.

-Dios, hermana ¿En qué quedamos?

-Lo siento, no puedo evitarlo.

-Hermana, en ese hombre no confío para nada, pero si en ti y que sabrás escoger la decisión que sería la mejor para ti.

-Susumu…

-Yo incluso me haré el loco si vas a su casa para hablar con él tranquilamente, sin que nadie meta mierda… Abrace a Susumu.

-Eres el mejor, gracias hermanito.

Contenta me fui directa a la salida con decisión de ir a la mansión Domyoji para hablar como adultos sobre el destino que tomaras nuestro matrimonio.

-Sherlock hola. En la salida me encontré a Jun con ropa de calle.

-Hola, hoy no entraste a la escuela.

-No, fui hacer unas cosas, pero por lo que veo, tu hoy sales temprano.

-Porque tengo un asunto que arreglar.

-¿Es sobre tu divorcio?

-No, es otra cosa. Le miento para que no influya en mi decisión.

-¿Es urgente? Es que me gustaría hablar contigo antes de irme con mis amigos.

-Bueno, puedo retrasarlo.

-Vale, pero aquí no hablemos, vamos a otro sitio en el que no hayan cotillas.

-Como tú veas- Jun me llevo a un parque que estaba desierto -bueno ¿Qué es lo que querías hablarme?

-Me quería disculpar, yo no soy quien para meterme en la vida de un matrimonio y bueno, solo pensaba que podías al fin abrir los ojos y dejar de confiar que ese hombre te respetará de una vez.

-Él aunque no lo parezca lo haces, solo es que le puede sus miedos.

-Pero por sus miedos tu no haz de pagar, así lo único que hace es siempre pagarlo tu.

-En si es parte del matrimonio.

-¿Uhm?

-Compartir todo, yo comparto los míos y él los suyos, una mitad más otra mitad.

-¿Estás pensando perdonarle?

-Eso no lo sé, solo hablando sabré como acabará todo, si me largo solo estoy alargando la cosa, así que la mejor manera es que él y yo hablemos como adultos, si lo fuimos para casarnos, lo seremos para tomar las decisiones que nos lleve por el buen camino que no nos haga repetir cosas del pasado.

-Entiendo- se levanto -tengo sé, espera aquí que te invito a un refresco para brindar que por nuestra parte está todo claro.

-Vale.

Sentada en ese banco me la pase un buen rato hasta que en un abrir y cerrar de ojos sentí un fuerte pinchazo a la vez que mi alrededor se volvió todo negro.

Continuara…