Capítulo 2

495 28 2
                                    


. : : \ Bajo la Luz de la Luna / : : .

Ya eran las siete y media de la noche. Toda la tarde había tratado de no pensar en el rendez-vous de las ocho pero eso era lo único que ocupaba mis circuitos. Había tratado de dormir, pero no había podido. Había probado leer. Hasta había intentado ejercitarme en el Centro de Entrenamiento pero los nervios no me habían dejado. Hasta me había puesto a contar los segundos. ¡Estaba perdiendo la cordura! Entonces había vuelto a mi habitación.

Estaba frente a mi escritorio cuando decidí escuchar música para tranquilizarme. No tuvo mucho efecto porque un momento después me encontré imaginándome todas las posibles reacciones de Zero cuando le diría que estaba enamorado de él. Me puse a reflexionar :

Si soy optimista, quizás Zero piense que es una broma, se reirá y me preguntará si efectivamente es una. Si no, pensará que me retaron a hacerlo o que mis circuitos sufrieron algún daño o algo por el estilo. Si sucede algo así, no tendré más remedio que seguirle la corriente. Ahora, si soy realista, Zero se asombrará y me dirá que para él yo sólo soy un amigo y se alejará de mí.

Era deprimente...

O peor aún, se enojará.

Era menos probable pero eso me dejó bastante preocupado.

Por otro lado, me atreveré a soñar...

Y en mis pensamientos me imaginé una versión caricatural de mí yendo a abrazar a Zero en cámara lenta, diciéndole que lo amo con corazones en la mirada, y él abrazándome de vuelta, diciéndome lo mismo. Me puse a reír, ¡qué lindo es soñar!

De repente, una alarma interrumpió mi sueño y volví a la realidad : ¡ya eran las ocho menos cinco! Pegué un tal grito que podría jurar que los Reploids del décimo piso me escucharon ― si existiese un décimo piso ― y el pánico me invadió. Me levanté apresuradamente y salí de mi habitación y hasta me caí. Entonces realicé que de nada servía enloquecer, que debía tranquilizarme, respirar profundamente e ir con calma. No podía echarlo todo a perder. Me levanté y me llené de coraje diciendo '¡Tú puedes hacerlo, X!' con una voz falsamente feliz.

Minutos más tarde alcancé la entrada principal del MHHQ y salí. Enseguida sentí la brisa fría de la noche sobre mi rostro – la única parte que no cubría mi armadura – y tuve un escalofrío. Estaba bastante oscuro pero la luna estaba más brillante que nunca y una extensa e inusual cantidad de estrellas se podían admirar en el cielo. Era una noche hermosa. Por segunda vez ese día me sentí determinado.

Hice unos pasos sobre el césped artificial de las afueras del MHHQ y me recosté contra un árbol electrónico esperando a Zero. Pero fui interrumpido antes de tiempo porque al minuto, sentí que soplaban en uno de los captores auditivos de mi casco por detrás mío. Tuve un segundo escalofrío y volteé enojado, listo en dispararle al responsable de tal acción. Pero al descubrir que me preparaba a lastimar a mi mejor amigo del alma y al que invadía mis sueños más secretos, me puse rojo como una manzana y exclamé :

"¿Zero?"

"Aquí estoy."

¡Jamás hubiese creído que él podría hacer algo así! Estaba fuera de carácter. No respondí enseguida porque el asombro todavía no me abandonaba, y nos quedamos mirándonos el uno al otro a los ojos por un momento – yo asombrado, él sonriendo – y al cabo de un minuto no supe qué fue lo que nos sucedió pero nos pusimos a reír bajo la luz de la luna.

Tan pronto nos tranquilizamos, Zero me preguntó, ya completamente serio :

"Vallemos al grano, X. ¿Puedo saber por qué estamos aquí?"

No esperaba esa pregunta tan pronto, pero me dije que era de esperárselo conociendo el carácter de Zero, siempre tan directo.

"Mejor sentémonos."

Nos sentamos sobre la hierba el uno al lado del otro, a una distancia respetable, él recostado hacia atrás sobre sus antebrazos, una pierna doblada y otra tendida, y yo con los brazos alrededor de mis piernas. Y me dije que era tiempo.

Miré la luna. Y sentí mis mejillas calentarse. Miré el pasto. Y los nervios comenzaron a apoderarse de mí. Dirigía mi mirada adonde sea menos hacia Zero, y cerré mis puños. Volteé a verlo lleno de coraje, el ceño fruncido, y con una voz tensa grité :

"¿Por qué no contamos las estrellas?"

"¿Qué...?"

Lo había echado todo a perder. ¡No había podido hacerlo! Nunca me había sentido tan avergonzado en toda mi vida. Nunca tan ridículo y cobarde como en ese preciso momento. Le había propuesto de contar las estrellas ― la más estúpida excusa para perder tiempo ― ¡cuando se suponía que tenía que decirle que lo amaba! Y como un completo idiota, me puse a contar las estrellas, señalándolas con el índice, mientras me moría de la vergüenza. Zero abrió grandes los ojos y luego frunció el ceño.

"X, no tengo ni la menor idea de lo que debes decirme pero sería mejor que lo tomemos en serio. Me dijiste claramente que era algo importante."

La verdad se sintió como un rayo de energía atravesando mi abdomen – algo que había experimentado a causa de Sigma – y me hizo volver a la realidad. Esto era de suma importancia y tenía que decírselo. Pero entonces visualicé la reacción de Zero cuando me le declararía y me entristecí. Él lo notó y puso su mano sobre mi hombro para consolarme.

"Más rápido hablas y menos sufrirás. Libérate de ese peso ya. No entiendo por qué te ocasiona tanta dificultad decirme eso que parece ser secreto del gobierno o algo. ¿Qué es lo peor que pueda pasar?"

Conocía la respuesta a eso.

"Que te alejes de mí por completo..."

Lo tomé desprevenido, no había esperado que responda.

"¿Y lo mejor?" Preguntó.

"Que pienses igual que yo... Pero eso es imposible..." Hice una pausa. "¿Ya entiendes por qué me es tan difícil decírtelo?"

Zero se quedó observándome.

"X, no te queda ser pesimista. Pueda que piense igual que tú."

Acompañó su frase con una pequeña sonrisa, hecha para darme coraje. Y creo que efectivamente dio resultado porque me encontré abriendo la boca, listo en desvelarle el secreto que le había guardado por más de un año.

"Yo... Lo que quería decirte... es que..."

Levanté la mirada hacia él. Zero se veía tan apuesto con la brisa entre sus cabellos dorados y me encontré sumergido en las piscinas de sus ojos azules. Me puse a recordar todos los momentos únicos que había pasado junto a él. Zero consolándome mientras lamentaba la muerte de varios compañeros durante una batalla contra los Mavericks ; Zero ayudándome a levantarme después que caía ; Zero protegiéndome de Vile años atrás ; Zero sacrificándose por mí.

Todas esas memorias desfilaron ante mis ojos, y dieron lugar a una última donde Zero se alejaba de mí, mirándome con cara de disgusto, y yo no pudiendo alcanzarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todas esas memorias desfilaron ante mis ojos, y dieron lugar a una última donde Zero se alejaba de mí, mirándome con cara de disgusto, y yo no pudiendo alcanzarlo. Me asusté, mi respiración se aceleró. Me quedé mirándolo, pero ahora lo veía con una mirada llena de pánico. Empecé a ahogarme en las piscinas de sus ojos ; y todo comenzó a dar vueltas, veía en blanco y negro, no sabía lo que estaba sucediendo. Todo terminó cuando mi vista se oscureció por completo, y mientras escuchaba a Zero gritando mi nombre alarmado, perdí la conciencia.

Contemos las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora